Construido en 1912 por un arquitecto italiano, el Ten Cent de Cienfuegos se tambalea
Mal restaurado por la estatal Cimex en 2017, el edificio amenaza con derrumbarse
Cienfuegos/Cada ciudad de la Isla con cierto acomodo económico tuvo en los años republicanos una tienda Ten Cent. Construidos muchas veces por encargo, diseñados por arquitectos extranjeros y administrados por cadenas americanas, esos comercios minoristas solían ser el centro de bulevares y avenidas comerciales. Lo que ha sido de ellos después de 1959 horrorizaría a sus antiguos dueños. El Ten Cent de Cienfuegos no es una excepción.
Dos pisos, estilo ecléctico y vitrales monocromáticos, el antiguo comercio, ubicado en el bulevar de la ciudad –antes calle San Fernando–, es ahora un peligro para los transeúntes. La tienda, que ha pasado por varios nombres, desde Variedad Cienfuegos hasta el actual Variedades Cimex, permanece rodeada desde hace meses por un perímetro de zinc que evita que las personas se aproximen al edificio, en peligro de derrumbe.
Construído en 1912, el antiguo Ten Cent era propiedad de la empresa estadounidense F. W. Woolworth Company, dedicada a la venta de artículos minoristas. Desde su nacionalización tras la llegada al poder de Fidel Castro, el centenario edificio ha experimentado muy pocos, para no decir ninguno, mantenimientos. Cuando la fachada comenzó a perder trozos y la humedad ya carcomía las paredes, Cimex intentó realizar una reparación en 2017 con vistas al bicentenario de la ciudad e invirtió dos millones de pesos.
El antiguo Ten Cent era propiedad de la empresa estadounidense F. W. Woolworth Company, dedicada a la venta de artículos minoristas
“Aquella gran restauración que prometieron quedó en nada. Lo poco que hicieron fue de mala calidad, bien porque se robaron los recursos, bien porque los materiales no eran lo suficientemente buenos, o ambas cosas. Todo es muy bonito en proyecto, pero cuando lo llevan a la práctica, lo echan a perder”, se queja Ramón, un vecino de la zona que recuerda los años en los que su padre, un obrero textil, le compraba chucherías por 20 centavos en la tienda.
Ramón recuerda que cerca del año 2000 el edificio ideado por el arquitecto italiano Alfredo Fontana Giugni fue víctima de otra “restauración”. “Estuvieron muchísimo tiempo trabajando en el Ten Cent y al final solo pudieron habilitar una parte de la planta baja”, cuenta.
Al pasar por el bulevar, muchos transeúntes se alejan de la estructura ruinosa que, aunque su fachada parece firme, deja entrever por los ventanales huecos en los techos y algunas zonas derruidas. Los desprendimientos de adornos o de algún pedazo de muro, han sacado más de un susto a los cienfuegueros. “Esperaron demasiado tiempo para dedicarle atención y ahora, si no es con mucho dinero, ya no tiene remedio. Ojalá no dejen que se pierda por completo, como tantos edificios de la época”, lamenta Ramón.
Lo que ha sido de las tiendas Ten Cent después de 1959 horrorizaría a sus antiguos dueños
El hombre tampoco espera que una futura reparación traiga al edificio a su vieja gloria. “Si llegaran a rehabilitarlo, todo el mundo sabe que la mayoría no va a tener acceso a los productos, por lo caro que está todo. Entonces le empezaremos a decir Ten Dollars”, se burla.
Con 78 años, el cienfueguero es capaz de recordar el porte de los edificios republicanos que adornaban la ciudad en su adolescencia. “Las casonas más elegantes, las tiendas con mejor estilo, todas eran capitalistas”, asegura Ramón. El “olor a yanqui”, a “capitalismo”, fue algo que la Revolución pronto se quiso sacar de encima, opina.
“Ahora solo quedan casonas convertidas en viviendas de dirigentes, conventos transformados en escuelas y algún que otro retazo de esa época del que la gente ni se acuerda de dónde salió”, zanja. Los Ten Cent, al menos los que siguen en pie y no se han convertido en mipymes, son de los últimos que todavía sobreviven a ese “despojo”.