Ni construyendo 40.000 casas se alivia el déficit en Ciego de Ávila, dicen las autoridades cubanas
Este año solo se han edificado 649 viviendas de las 1.321 previstas
La Habana/Al cierre de septiembre, faltando apenas cuatro meses para culminar el año, se habían construido 649 casas en Ciego de Ávila, menos de la mitad de las 1.321 previstas en el plan anual estatal para 2023. Según la prensa oficial, ni construyendo 40.000 viviendas podría aliviarse del todo la necesidad habitacional de la provincia, cuya situación no es de las más graves del país.
El periódico provincial Invasor asegura que, como promedio, la provincia edificaba cerca de 1.000 viviendas anualmente. El logro de construir 1.300 casas en 2020 provocó que las autoridades del territorio pusieran la parada aún más alta y exigieran, para el año siguiente, 1.581. La crisis económica agravada por la Tarea Ordenamiento y la pandemia de covid-19 hicieron que la expectativa fuera imposible de cumplir, alcanzando solo el 35,2%.
Los materiales necesarios para las obras, que ya eran difíciles de conseguir, desaparecieron de los llamados patios o rastros estatales
Desde entonces, los materiales necesarios para las obras, que ya eran difíciles de conseguir, desaparecieron de los llamados patios o rastros estatales (puntos de venta de materiales), y hacerse con unos sacos de cemento, algún metro cúbico de gravilla o unas pocas cabillas se volvió imposible. A ese paso, el año 2022 también fue pésimo para la construcción de viviendas en Ciego de Ávila, llegando a edificarse apenas 560 casas, el 35,2% de lo previsto.
Este año, aunque un poco por encima de los doce meses anteriores, las familias avileñas que esperan por sus viviendas tendrán que seguir haciéndolo. El periódico resalta, no obstante, que la "terminación" de 103 "células básicas" para personas vulnerables, así como de 23 casas para madres con más de tres hijos y el uso de varios locales ya construidos para transformarlos en espacios habitables han sido medidas que "alivian tensiones".
El malestar de los avileños no es reciente. Un artículo de Invasor publicado el pasado año daba cuenta de que para 2021, apenas se había levantado el 58,6% (2.478) de las casas que sufrieron derrumbes durante el paso por la región central del país del huracán Irma cuatro años antes, en 2017. Casi un lustro después, todavía faltaban 1.753 viviendas por recuperarse, además de la proyección que hace cada año la provincia de casas por edificar. "Son números que no se redondean, como no se redondea la necesidad", admitía Invasor.
El texto también documentaba una intervención de Ernesto Herrera, subdirector técnico de Vivienda en la provincia, quien se quejaba de que la prohibición de que esta entidad estatal compre viviendas que están a la venta en el mercado inmobiliario lastraba no solo los resultados de la empresa, sino la capacidad de las familias vulnerables de acceder a un hogar digno en el menor tiempo posible.
Una alternativa como esta hubiese ahorrado fondos y materiales de construcción, sobre todo si se hubiese implementado en los últimos años
Una alternativa como esta hubiese ahorrado fondos y materiales de construcción, sobre todo si se hubiese implementado en los últimos años, cuando la emigración masiva de miles de cubanos dejó libre gran cantidad de viviendas y bajaron los precios en el mercado inmobiliario, que se expresan mayoritariamente en divisas.
También en Villa Clara, la provincia vecina, la situación de la vivienda se encuentra "comprometida". Según datos ofrecidos este agosto por el periódico Vanguardia, el 39% de las viviendas del territorio están en malas condiciones y la capacidad para edificar más casas se encuentra en un bache estructural, funcionando a un 45%, por la escasez de materiales.
Según María del Carmen González, directora provincial de Vivienda, en 2019 la entidad diseñó un plan de diez años para levantar 46.051 nuevas casas y reparar otras 33.111. Sin embargo, del plan previsto para los últimos cuatro años –13.353 viviendas– faltan por terminar 3.287, el 25%. La mayoría de los inmuebles se edificaron entre 2019 y 2020, justo antes de la pandemia, a lo cual siguió un período de estancamiento que no se logra superar.
Pinar del Río, por su parte, tampoco va a buen paso con la recuperación de las viviendas derrumbadas durante el paso del huracán Idalia este agosto. Para el momento que el ciclón afectaba a cientos de familias en la provincia más golpeada por estos eventos meteorológicos, aún restaba por construirse el 97% de los 12.000 hogares con derrumbes totales tras el paso de Ian, un año antes.
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