La libre contratación de jornaleros no resuelve los problemas del campo
La medida busca "fortalecer y perfeccionar la producción agropecuaria" en un momento en que al país le urge reflotar la agricultura
La Habana/Miami/Los productores agropecuarios privados ya pueden emplear legalmente a personal sin licencia de trabajo por cuenta propia. Esta medida formaliza la vieja práctica de contratar por la izquierda a jornaleros en el campo y no resuelve los graves problemas que enfrentan los campesinos, según los testimonios recopilados por 14ymedio.
Este tipo de contratación será posible "en los picos de cosecha, siembra, labores culturales u otras actividades de similar naturaleza", según una resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social publicada el pasado 23 de septiembre en la Gaceta Oficial.
La medida busca "fortalecer y perfeccionar la producción agropecuaria" en un momento en que al país le urge reflotar la agricultura y poner más alimentos en los mercados.
"La nueva medida es correcta, pero insuficiente", afirma Esteban Ajete, presidente de la Liga de Campesinos Independientes, a 14ymedio. La contratación de mano de obra temporal en tiempos de cosecha, advierte, siempre se ha hecho y casi nunca se ha cumplido la exigencia de que el jornalero tuviera una licencia como cuentapropista en la actividad de trabajador agropecuario.
"Ahora se está aceptando como legal lo que hace tiempo era una realidad en los campos cubanos". El activista asegura que el trabajo informal ha sido una constante desde hace décadas por la complejidad de los mecanismos de contratación anteriores. Eso, unido a la incapacidad del Estado de desplegar un cuerpo de inspectores que revisara el cumplimiento de los anteriores requisitos, los hicieron menos que inútiles.
La actual flexibilización ha dejado un sabor amargo ante la impaciencia por que se cumplan otras exigencias más determinantes para la producción agropecuaria
Sin embargo, la actual flexibilización ha dejado un sabor amargo ante la impaciencia por que se cumplan otras exigencias más determinantes para la producción agropecuaria.
"Con esta resolución ya los trabajadores contratados no se verán obligados a pagar licencias de cuentapropistas ni impuestos por ganancias personales y los campesinos que los contratan tampoco tendrán que pagar por ello. No es lo que queremos, pero es algo", dice Ajete, que recuerda que la supresión durante diez años de los impuestos a productores y procesadores de alimentos es una de las demandas de la campaña Sin campo no hay país, iniciada este abril por la Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (Flamur).
Entre las peticiones también estaba la de otorgar libertad para la producción y distribución de productos, para fijar los precios de acuerdo al mercado, para importar y exportar directamente, y la entrega de títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas.
En los últimos meses las autoridades nacionales han llamado repetidamente a aumentar la producción agrícola. Con la pandemia, el desabastecimiento de frutas, viandas, vegetales y granos se ha agravado en un país que importa anualmente cerca del 80% de los alimentos. La deficiente gestión estatal de los campos ha traído pérdidas de cosechas que se pudren sin transporte para llevarlas hasta los mercados, un mal servicio de venta de semillas y de insumos a los campesinos. Desde la falta de ropa adecuada para laborar en los campos hasta la imposibilidad de comprar un tractor, los guajiros lamentan la desatención del sector y los pocos recursos con los que cuentan.
La deficiente gestión estatal de los campos ha traído pérdidas de cosechas que se pudren sin transporte para llevarlas hasta los mercados
Ahora, la nueva resolución indica que "el contrato de trabajo puede concertarse de forma verbal por un período que no exceda los noventa días" y establece que el productor agropecuario deberá garantizar condiciones mínimas de trabajo entre las que se encuentra la jornada laboral de ocho horas, que la remuneración no puede ser inferior al salario mínimo aprobado en el país en proporción al tiempo real de trabajo y que se deben mantener las condiciones de seguridad y salud en el trabajo.
Pero la medida no ha sido acogida de igual manera por todos. "Ahora, ese trabajador agrícola, que ya era el eslabón más frágil de los campos cubanos porque no tiene tierra propia y hace las labores más duras, estará también más desprotegido" explica a 14ymedio la economista Nara Manduley. A su juicio, el campesino que contrata a una jornalero podrá evadir sus obligaciones salariales, como ocurría hasta ahora.
"Lo que se está haciendo es legalizar la precariedad laboral de un grupo de personas que son vitales para la producción de alimentos, precisa Manduley. “Esa no es la forma de elevar la producción ni de destrabar las fuerzas productivas", opina.
Alfredo Pérez, campesino tabacalero de la finca La Isleña en San Juan y Martínez (Pinar del Río), cree que esta medida es "legalizar la vista gorda que se hicieron de aquí para atrás [porque] nunca aplicaron lo que tenían establecido ni impusieron multas a quienes contrataban a los que no tenían papeles, así que ahora que todo el mundo trabaje como le da la gana".
Un campesino de San Antonio de los Baños, que prefirió no ser identificado, se refirió a la nueva regulación diciendo: "Así de a poquito en poquito no se va a avanzar como hay que hacerlo. No se puede ser tan tímido. Si ya ellos saben que hace falta abrir, pues que abran de una vez".
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