La venta de costillas peladas de vaca alborota un barrio en Sancti Spíritus
Un vehículo sin ningún tipo de refrigeración despachaba las piezas en una carnicería del reparto Kilo 12
Sancti Spíritus/Bajo el sol, con las moscas posándose en los huesos y ante la mirada atenta de los vecinos, descargaron este jueves varios costillares de res en una carnicería del reparto Kilo 12 de la ciudad de Sancti Spíritus. Tras varias semanas sin ningún suministro, las piezas, sin apenas carne, debieron ser vendidas cuanto antes, pues el local tiene problemas para refrigerar alimentos.
"Están muy pelados, se ve que le quitaron todo lo que pudieron para luego vendernos a nosotros los huesos nada más", lamentaba Hortensia, vecina de la barriada y que nada más ver al camión de reparto doblar la esquina se preparó para comenzar la cola frente al comercio.
Los clientes preguntaban con sorna: "¿Y la carne de esas vacas a dónde fue a parar?"
En el vehículo, que no contaba con refrigeración alguna, viajaban varios empleados que se vieron rodeados de clientes que preguntaban con sorna: "¿Y la carne de esas vacas a dónde fue a parar?".
A pesar de las críticas sobre la calidad de las piezas y la falta de refrigeración, la necesidad pudo más que la molestia y en pocos minutos ya había una fila con una docena de personas en la puerta de la carnicería. Un anciano dictaba cátedra: "Con un cuchillo muy afilado y pasando varias veces bien pegadito al hueso se le sacan unas masitas".
La última vez que al local arribó algún producto lejanamente emparentado con una vaca fue el mes pasado cuando se vendió un picadillo destinado a personas con dietas médicas. En aquella ocasión no eran costillas pero también costaba imaginar el animal del que provenía el alimento. Molido o en el hueso pelado, es la única forma en que muchos espirituanos se encuentran esporádicamente con el ganado mayor que una vez fue el orgullo de sus campos y sus granjas.
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