Precios por las nubes y rebrote de covid en Santiago de Cuba
La provincia reporta desde hace más de dos semanas un aumento en los contagios, muchos de ellos importados
Santiago de Cuba/Manzanas aisladas, vigilancia policial y médica, cintas y vallas que prohíben el paso, olor a cloro y mucha tensión de las autoridades, es lo que perciben los pobladores de la provincia de Santiago de Cuba ante el incremento de los casos confirmados de covid-19 en los últimos días.
El rebrote pone al territorio a un paso de retroceder a la fase de transmisión autóctona limitada. La provincia reporta desde hace más de dos semanas un aumento en los contagios, muchos de los cuales son viajeros que han llegado al Aeropuerto Internacional Antonio Maceo o contactos suyos. Un ejemplo es el evento de transmisión en el municipio Songo-La Maya, que este martes reportó diez positivos infectados por una persona que llegó del extranjero.
La prensa oficial recordó que en este municipio no hubo contagios en la primera etapa de la pandemia, pero que "hoy afrontan una complejidad sanitaria a partir de las transgresiones de los dos casos importados, fuentes de contagio de los autóctonos que reportan, con una extensa cadena de contactos".
Además, señaló que en la actualidad hay escuelas cerradas, 97 viviendas y 198 personas confinadas, no solo por la "indolencia de los viajeros", sino también por las "violaciones de los protocolos por parte del personal médico" que atendió a los primeros casos y "el escaso accionar de las organizaciones políticas y de masas en la comunidad".
En el municipio de Santiago de Cuba, un tramo de la calle Santa Rita, una de las más transitadas en el centro, entre Trocha y Clarín, es uno de los últimos sitios que fueron aislados en la provincia. Así sucede también con centros escolares que han sido cerrados por los nuevos contagios, como la secundaria básica Rubén Martínez Villena en la calle Trocha.
Pero el rebrote del virus solo es uno de los problemas que cercan la cotidianidad de los santiagueros. Las áreas en cuarentena han coincidido con un aumento del costo de los alimentos, que obligan a los residentes en la ciudad a trasladarse largas distancias para encontrar precios más bajos.
"Hasta los productos que hace meses estaban en todos los mercados, como el boniato, ahora han desaparecido y cuando lo encuentras es carísimo"
"Esta situación nos ha sorprendido en un momento en que toda la comida está por las nubes", comenta a este diario Iracema Rojas, residente en el reparto Altamira, con una delicada situación epidemiológica. "Hasta los productos que hace meses estaban en todos los mercados, como el boniato, ahora han desaparecido y cuando lo encuentras es carísimo".
"Dicen que la culpa de los contagios la tiene la gente que ha ido a visitar viajeros, pero es que la situación está tan difícil que cualquier regalo que te traigan es un alivio, cubre una necesidad que no puede esperar", lamenta Rojas. "Tengo una amiga que está en cuarentena porque fue a buscar un paquete de café que le trajo uno de los viajeros que resultó ser positivo".
El diario Sierra Maestraasegura que los viajeros al "esconder los síntomas" y declarar falsos lugares de residencia "impiden el control epidemiológico", y que son los residentes los que se reúnen con estas personas y ponen "la añoranza y las necesidades materiales por encima de la salud".
La ciudad parece distinta en la medida en que se extienden las zonas bajo vigilancia sanitaria. "No se oyen ni las motos", explica a 14ymedio Duanel, un joven que reside cerca de la conocida plaza de Marte, un punto de recogida de pasajeros de este popular medio de transporte. "Aquí había días en que no se podía ni ver la televisión por las motos que iban y venían pero ahora esto está muerto", detalla el santiaguero. "La gente tiene miedo".
Las autoridades locales anunciaron la semana pasada un grupo de medidas, que, según publicó el periódico local en su edición impresa, están encaminadas a establecer un "fuerte enfrentamiento" para que se "cumpla el aislamiento o distanciamiento social". Las actividades festivas quedaron prohibidas y cerraron bares, cabarets y centros nocturnos que solo trabajan para ofertar comida para llevar. Sin embargo, el Gobierno decidió mantener abiertas las instalaciones hoteleras "reduciendo al 50% la ocupación".
Desde que el pasado 5 de noviembre Santiago de Cuba identificó al primer caso autóctono luego de pasar 187 días libre de covid, la provincia ha registrado 111 positivos, 83 autóctonos y 28 importados. Este jueves la provincia amaneció con 11 casos, tres en Songo-La Maya y ocho en la capital, dos de ellos importados.
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