Crece la angustia ante la escasez de gasolina
La Habana/Los rumores sobre una subida general de las tarifas han agudizado el desabastecimiento en las gasolineras y, este sábado, largas filas de vehículos están esperando su turno en los servicentros en todo el país.
El combustible vendido a precios preferenciales para miles de empleados estatales ha experimentado en las últimas horas una subida de precio equivalente a unos 0,10 CUC pero la Unión Cuba-Petróleo (CUPET) mantiene por el momento los precios para los otros clientes: 1 CUC para el diésel y la gasolina regular, y 1,20 en el caso de la especial, que lleva varios días desaparecida del mercado.
Los rumores más alarmantes aseguran que a partir de este 1 de abril los usuarios particulares, con excepción de quienes han rentado un auto en una agencia estatal, solo podrán comprar gasolina regular
Sin anuncios oficiales, todo se mueve a nivel de rumores y de conjeturas. Los más alarmantes aseguran que a partir de este 1 de abril los usuarios particulares, con excepción de quienes han rentado un auto en una agencia estatal, solo podrán comprar gasolina regular, y en ningún caso combustible especial de alto octanaje.
“Nos dijeron que había regulaciones pero no nos ha llegado ningún papel informando nada”, confirma a 14ymedio un trabajador del servicentro de la esquina de 24 y 23 en el Vedado habanero.
“No hay gasolina especial ni para los carros de renta", puntualiza. Los autos alquilados están destinados fundamentalmente al turismo extranjero y a los emigrados que llegan de visita al país. “Deben presentar el contrato de renta para ser abastecidos con el producto”, asegura el empleado, pero “por el momento tendrán que comprar gasolina regular que es lo único que hay”.
En La Habana, los conductores cargaron con botellones, garrafas y todo tipo de recipiente para almacenar combustible. “Vienen tiempos duros”, aseguraba Ricardo, un taxista privado que no sale de su sorpresa. “Cuando finalmente parecía que este país se iba a encaminar, entonces mira lo que pasa”, dice a este diario mientras señala en la prensa oficial las noticias que llegan de Venezuela.
El chofer pasó seis horas este sábado en la cola frente al Cupet de la esquina de 25 y G en La Habana a la espera de abastecerse de gasolina. Su mayor temor es que regresen “aquellos años del Período Especial cuando toda Cuba se paralizó por falta de combustible”.
La alianza con Venezuela impulsada desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 sacó a la Isla del atolladero energético. Caracas ha sido generosa con el envío del oro negro a la Isla y en los mejores momentos entregó hasta 100.000 barriles de petróleo diario a cambio de servicios médicos, entrenadores deportivos y mucho apoyo en el sector de la seguridad.
Pero los tiempos han cambiado y los analistas coinciden en que la cuota petrolera ha disminuido entre un 40 y un 60%. Esta reducción influyó negativamente durante el último año y contribuyó a que la producción nacional cayera en un 0,9%. La recesión despierta los peores fantasmas de la crisis económica tras la caída de la Unión Soviética, a principios de los años 90.
La producción nacional de crudo tampoco logra despegar. Según datos de Cupet, el país extrae unas cuatro millones de toneladas de petróleo pesado, que se destinan fundamentalmente a la producción de electricidad
La producción nacional de crudo tampoco logra despegar. Según datos de Cupet, el país extrae unas cuatro millones de toneladas de petróleo pesado, que se destinan fundamentalmente a la producción de electricidad. La empresa estatal calcula que en la zona cubana del Golfo de México existen reservas de crudo de unos 20.000 millones de barriles, aunque el Servicio Geológico de Estados Unidos maneja cifras menores.
El Gobierno espera que para el año 2030 un 24% de la energía provenga de fuentes renovables, pero antes necesita de nuevas infraestructuras y de la inversión de empresas extranjeras en el sector.
Horas antes de la medianoche de este viernes la angustia crecía entre los conductores. En los servicentros la venta se detuvo para ajustar las máquinas y programar los nuevos precios para los llamados “afiliados con tarjeta magnética”, un grupo de trabajadores estatales que reciben el combustible a precios preferenciales y entre los que hay desde médicos hasta militares.
El mercado informal de combustible se abastece con los miles de litros que se desvían cada día de esas “tarjetas magnéticas” y son revendidos a otros conductores. Las autoridades intentan frenar ese flujo y desde este 31 de marzo está prohibido que los “afiliados” lleven un recipiente para cargar la gasolina.
Pero el menor de los problemas es la subida de las tarifas privilegiadas o el déficit de gasolina especial, más cara y por tanto exclusiva de unos pocos. Lo que mantiene en vilo a la población es que muchas gasolineras están totalmente vacías, sin ningún producto a la venta. “Esto cada vez se parece más al pasado”, sentencia Ricardo minutos antes de acceder al surtidor de combustible.