La crisis de la basura en Las Tunas obliga a las autoridades a entregar más combustible a Comunales
Hasta el momento, la empresa solo recibía 2.000 litros mensuales, el 50% de lo que necesita
La Habana/El gobierno de Las Tunas elaboró una “estrategia” para mitigar la crisis de los vertederos salidos de control desde hace meses en la ciudad. El plan consiste en entregar a Servicios Comunales unos 3.000 litros de diésel, el 75% de lo que deberían darles mensualmente, con los que la estatal logró recoger este sábado unos 400 metros cúbicos de basura.
El resto de la solución consistió en convocar “la labor de palas mecánicas y camiones de diferentes empresas con trabajadores de los propios consejos populares y otras entidades”, dijo este sábado Periódico 26, que celebró la recogida de basura como un gran hito, pese a que la empresa ni siquiera recibió la totalidad de los recursos necesarios. Hasta ahora, dijo el medio, Comunales sólo obtenía el 50% del combustible que requiere, su infraestructura es escasa y sus vehículos están, en su mayor parte, en mal estado.
Las Tunas lleva meses pidiendo a gritos que el gobierno se ocupe de la higiene de la ciudad. La primera alternativa, concebida hace meses, fue contratar a los conductores de carretones para que se ocuparan de la basura, pero las inconformidades de los cocheros con los pagos y lo duro de la tarea dejó sin recolectores al municipio. En la provincia trabajan 252 cocheros con Comunales, cuando, solo en la cabecera provincial, se necesitan 659 “para lograr una recogida sistemática”.
Las Tunas lleva meses pidiendo a gritos que el gobierno se ocupe de la higiene de la ciudad
Periódico 26, que explicó que “esta misión se desarrollará hasta que la ciudad quede completamente limpia”, es consciente de que “tal esfuerzo requiere de una sistematicidad en la recogida de desechos sólidos”. Sin embargo, no se aclaró de dónde sale ese combustible –un recurso que el Estado no entrega con facilidad por la escasez– y si las entregas a Comunales se harán regularmente.
Parte de la responsabilidad también se atribuyó a los habitantes del municipio, a quienes se les pidió “disciplina”, además de “cumplir con lo establecido y velar por la limpieza del entorno”. “La nueva estrategia ya demuestra que puede ser posible mantener la urbe limpia con el apoyo institucional y el comportamiento de la población”, zanjó el diario, pese a que la solución evidente es dar a Comunales lo que necesita y no agotar los recursos de otras empresas.
El último reporte de la prensa tunera sobre la situación de la basura, a finales de abril, lamentaba que pocos carretoneros “han dado su paso al frente para encarar la labor”. A cada uno se le paga 40 pesos por metro cúbico de basura –unos 1.800 pesos (5 dólares al cambio informal) diarios– y tienen un 35% menos de aranceles a la hora de pagar impuestos, “pero ni así quieren desarrollar esa labor”, se quejaba, en una entrevista concedida a Periódico 26 el subdirector provincial de Comunales, Eiser Prieto.
Según el diario oficialista, los tuneros generan unos 33.200 metros cúbicos de desperdicios al mes, de los que la mayor parte deben encargarse los cocheros son la asistencia de Comunales que debería mantener dos camiones recolectores y ocho tractores, pero solo cuenta dos de estos últimos vehículos. Esa saturación de basura, junto al poco equipamiento y los riesgos de que tanto el conductor como el animal contraigan enfermedades, han abrumado a los carretoneros.
A inicios del mismo mes, Periódico 26 describió la abrumadora situación de Las Tunas: una ciudad cabecera “llena de vertederos”, municipios en absoluto “deterioro”, “falta de sensibilidad” de los dirigentes, que actúan solo “cuando se indica por los organismos superiores”.
Lamentó además las “indisciplinas sociales” como arrojar basura en cualquier esquina, pero reconocían que “muchos vecinos no tienen otra opción que echar basura en los depósitos aun cuando estén repletos”. “¿Qué otra cosa pueden hacer?”, reclamaban, “si no hay combustible ni hay carretoneros”. El diario también pidió entonces un aumento de salario para los carretoneros –“no hay de otra”–, una medida que había que haber tomado “hace muchos meses”, recordaban.