En el pueblo holguinero de Cacocum, una multitud salió a la calle contra los apagones
La crisis energética se debe a las "escasas finanzas" del Gobierno cubano, dice el ministro Vicente de la O Levy
La Habana/“Queremos corriente, queremos corriente”. En Holguín, no pueden más con los apagones y, la noche de este sábado, una multitud de vecinos salió a manifestarse con cacerolas en el municipio de Cacocum. “La gente se tiró para la calle, y no fueron cuatro o cinco, sino decenas”, asegura una fuente del lugar a este diario.
En la provincia quitaron ayer la corriente a las seis de la mañana y, pasando las siete de la noche, el lamento de los vecinos era generalizado. “Justo llevo 14 horas y 15 minutos sin corriente, es un abuso, sin dar tiempo a hacer ni café por la mañana, ni hacer almuerzo, ni hacer comida, ni agua fría, porque cuando la ponen no da tiempo ni para hacer un hielo, hay que estar comprando comida en la calle”. Así desgrana Maidelys a 14ymedio el rosario de problemas que enfrentan los residentes del lugar.
Al reparto holguinero de Loma de la Cruz, por ejemplo, hace días que no llega el agua, cuenta Manuel, debido a la falta de electricidad y, por lo tanto, de bombeo. “Cuando llega el agua a los puntos donde la venden purificada, es un desastre”, refiere. “La gente está comprando esa agua, que habitualmente es solo para beber, para todo, incluso para asearse”.
“Estoy a oscuras otra vez (...) Me llega el llanto de los niños pequeños de las familias que me rodean. Me estremece pensar que ellos y yo, nacido en los 90, compartiremos infancias parecidas; y sus padres, como los míos, deberán agarrar abanicos y libretas para alejar el calor y los terrores nocturnos de sus hijos”. Este fragmento no es de ningún opositor cubano, sino de un artículo publicado este sábado en Girón, el periódico del Partido Comunista en Matanzas. Porque ni la prensa oficial puede ya ocultar con eufemismos el desastre energético que vive Cuba.
Tampoco lo esconde el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, cuyas declaraciones a la televisión nacional este sábado muestran a cabalidad la “compleja situación energética”. El ministro asegura que este mismo lunes entrará en funcionamiento la termoeléctrica de Guiteras, en Matanzas, con una potencia de 280 megavatios, superior a la que tenía cuando detuvo sus operaciones para ser sometida a una reparación más. Sin embargo, también advierte de que “las situaciones van a seguir tensas”.
El “problema fundamental” apuntado por De la O es “el tema de los combustibles”. Según sus palabras, que no especifican si las donaciones de Venezuela y México se han detenido, están haciendo “un trabajo intenso y un sacrificio grande” a nivel financiero, “porque ya no tenemos combustible que no sea comprado en el mercado internacional”.
El ministro concede: “Tenemos deuda con ellos y la hemos renegociado y estamos trabajando con cada uno de ellos. Algunos han aceptado, han entendido nuestra situación con la electricidad”. A modo de ejemplo, mencionó al “barco que llega ahora, el día 23, con unas 43.000 toneladas a partir de esa negociación”.
Bien puede referirse De la O al tanquero Eco Fleet, que llegó de Túnez hace casi tres semanas, el 25 de febrero, y no ha descargado aún. Esa carga, en cualquier caso, según explicó el ministro, solo dará para “diez o doce días”. Después, “llega otro barco, el día 29, con crudo que nos permite refinar”, pero la generación de energía que permitirá este producto una vez refinado no sucederá hasta el 6 de abril, fechó el alto funcionario. ¿Mejorará la cosa a partir de entonces? No parece: “Esa semana [la del 6 de abril] vamos a tener una situación mejor, pero después vuelve otra vez y hay un bache”, y reiteró: “Estamos comprando combustible con las escasas finanzas que tenemos”.
Mientras tanto, seguirá por parte del Gobierno una “planificación exacta hora a hora”. Están, asevera el ministro, haciendo lo imposible para reservar combustible para las horas de la noche, “y que el pueblo pueda descansar, porque estamos conscientes de lo que está sucediendo”. Hay regiones, reconoce De La O, “que las madrugadas enteras están en apagón y prácticamente todo el día”.
No solamente lo saben en Holguín, sino en otras provincias, como Mayabeque, donde la empresa eléctrica informó de apagones de más de 10 horas seguidas, con alumbrones de dos a tres horas. En Camagüey, reportó el periodista independiente José Luis Tan Estrada, el déficit el sábado fue de 105 MW, “lo que representa el 99 por ciento de la provincia apagada. Desde la 5 de la mañana sin corriente y contando”.
"Yo tuve que botar cantidad de comida, muslos de pollo, pescado e incluso queso que se me echó a perder", dice Dunia, desesperada
Lo mismo ocurrió en Sancti Spíritus. “Yo tuve que botar cantidad de comida, muslos de pollo, pescado e incluso queso que se me echó a perder”, dice Dunia, desesperada. “Estamos desgastados, al borde de una crisis nerviosa”. La empresa eléctrica de esa provincia había avisado sobre la marcha de que debido al déficit, habría más apagones de los planeados: “Se hace necesario extender el tiempo de afectación, así como adelantar algunos circuitos antes de la hora prevista”.
En San Antonio de los Baños, Artemisa, cuna de las masivas manifestaciones del 11 de julio de 2021, proliferan los rumores de protestas luego de un sábado de apagón continuo. “Me la acabaron de poner y me la volvieron a quitar como a las ocho de la noche”, cuenta María Fe. “Mi hermano se metió en la ducha y cortaron la energía, y le dije que saliera. Aféitate y sal, porque con agua fría no te puedes bañar. Si nos enfermamos ahí sí complicamos la cosa”.
Una vez se puso el sol ayer, los mosquitos se agolpaban en las pantallas de los móviles, la única luz en muchos barrios de La Habana, que, como reconoció el ministro, también sufre “importantes afectaciones”. En Centro Habana, por ejemplo, hubo un apagón “extra”, que no estaba en el calendario previsto: “Muy mal deben estar ellos para atreverse aquí, el bloque nuestro no tenía planificado hoy”, observa Miguel.
Este hombre, de unos 40 años, se siente cansado. “Calculo que fue un poco más de tres horas nuestro apagón nocturno. Cuando regresó la electricidad fue realmente impresionante el murmullo de alegría y alivio que recorrió todo el barrio”. Desde el balcón de Miguel, se vislumbra un objeto que nunca pierde la corriente. El viernes, la mastodóntica Torre K, en la calle 23 de El Vedado, adornaba su fachada con un juego de luces. “K-23, decía”, cuenta Miguel. “Pero le faltaba un pedazo al 2. Hasta ese adefesio sufre los apagones, aunque sea poco”.