La llegada de un crucero británico reaviva por unas horas a La Habana Vieja

Se trata de un barco solo para adultos y abarca varios servicios de ‘spa’, un club-casino, bares y restaurantes

Los policías detenían el tráfico para que los turistas pudieran salir cómodamente del edificio de la Aduana. (14ymedio)
Los policías detenían el tráfico para que los turistas pudieran salir cómodamente del edificio de la Aduana. (14ymedio)
Natalia López Moya

09 de febrero 2024 - 23:33

La Habana/El crucero británico Marella Explorer 2 ha vuelto a La Habana este viernes y, como suele suceder, sus pasajeros, en tanto turistas extranjeros de los que extraer divisas, tienen preferencia. Una patrulla custodiaba la parte más cercana al muelle, y los policías, incluso, detenían el tráfico para que los turistas pudieran salir cómodamente del edificio de la Aduana, algunos de ellos con maletas.

Aunque hubo algunos viajeros que se quedaron en el barco, otros muchos salieron a pasear, unos a pie, otros en ómnibus, al cercano casco histórico de la capital cubana o a otros lugares turísticos.

Desde tierra, se atisbaba algo del esplendor del buque, perteneciente a la empresa turística TUI Group, de Reino Unido y Alemania, en la pantalla gigante al borde de la piscina y la enorme antena satelital. Varios spa, un club-casino, bares y restaurantes, son algunos de los servicios que ofrece el crucero, "solo para adultos".

Marella Explorer 2 visitó Cuba con un programa de cuatro atraques para vincular a sus pasajeros a las ofertas recreativas de la Isla.

El crucero forma parte de la flota de TUI Group, compañía líder en viajes de turismo (Reino Unido-Alemania). Se trata de un barco solo para adultos y abarca varios servicios de spa, un club-casino, bares y restaurantes.

En La Habana Vieja, los comerciantes se frotaban las manos. Así, en la calle Obispo les ofrecían cambio "a buen precio", a 280 por dólar (la tasa informal reportada por El Toque para este viernes está a 298). Los chiquillos de la zona ensayaban algunas frases en inglés pidiendo "money" y las calles próximas a la bahía volvían a vivir parte del frenesí que antaño las caracterizó.

Al caer el sol todo habrá terminado. Los turistas volverán a su crucero, los niños de la barriada regresarán a sus cuarterías y la ilusión de una ciudad dinámica se habrá esfumado. Todavía quedará, eso sí, la silueta del Marella Explorer 2 con sus piscinas, sus zonas de lujo y su internet de banda ancha.

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