El diálogo entre Cuba y EE UU avanza aunque aún sin grandes anuncios
La Habana/(EFE).- Tres meses después del anuncio de su deshielo diplomático, Cuba y EE UU prosiguen el diálogo sin definir todavía cuándo abrirán sus respectivas embajadas, aunque con el logro de haber establecido un canal de comunicación directo y continuo, que fluye entre la cautela y el optimismo.
La complejidad del proceso se pone de manifiesto en el hecho de que, después de tres meses, todavía se estén discutiendo los detalles técnicos para la apertura de sus respectivas legaciones, primer paso fundamental para poder hablar del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre dos naciones declaradas enemigas durante más de 50 años.
"En el pasado ni se hablaban; ahora ya se han reunido tres veces en tres meses, abiertamente y de manera oficial. Es un cambio notable y muy positivo después de 50 años no sólo de no relación, sino de relación hostil", señaló a Efe el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray.
Este analista considera que, aunque el único hito por el momento en este proceso es el anuncio del pasado 17 de diciembre, la intensidad de los contactos diplomáticos es una "clara señal de acercamiento" y de "reconstrucción de la confianza".
Los equipos negociadores de ambos países mantuvieron ayer un nuevo encuentro en La Habana para pulir los detalles que llevarán a la apertura de embajadas, algo que Estados Unidos quiere que se produzca a tiempo para la Cumbre de las Américas, que se celebrará en Panamá los días 10 y 11 de abril.
"Mi impresión es que hay un acuerdo tácito entre las partes de que, tan pronto se comunique las exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, se anunciará la fecha para abrir la embajada", apostó Alzugaray.
La complejidad del proceso se pone de manifiesto en el hecho de que, después de tres meses, todavía se estén discutiendo los detalles técnicos para la apertura de sus respectivas legaciones
Jorge de Armas, director de la organización CAFE (Cuban Americans for Engagement), que aboga desde hace años por la normalización de la relación Cuba-EE UU, afirmó a Efe que para la política exterior de EEUU es "vital" llegar a Panamá con el tema de las embajadas solucionado.
"El rechazo que ha provocado la reacción del presidente Barack Obama contra Venezuela obliga a su Administración a no comprometer su imagen exterior con una dilatación de los anuncios del pasado 17 de diciembre", explicó.
Precisamente el actual conflicto diplomático entre EE UU y Venezuela, uno de los más fieles aliados de la Cuba revolucionaria en el siglo XXI, ha despertado algunas suspicacias en algunos sectores sobre una posible ralentización del diálogo con la Isla.
Cuba se aprestó a declarar su "apoyo incondicional" a Venezuela pocas horas después de que EE UU la considerara una amenaza a su seguridad nacional y el presidente Raúl Castro en persona viajó hoy a Caracas a la Cumbre extraordinaria del ALBA de respaldo a su socio bolivariano.
"Cuba no puede ignorar lo que pasa con uno de sus principales socios, pero no va a dejar que un asunto se inmiscuya en el otro", aseguró Alzugaray, quien cree que la declaración de apoyo de Cuba a Venezuela fue "ponderada" y "lógica".
Cuba se ha visto obligada a moverse entre dos aguas, ya que por un lado respalda a su aliado ideológico y económico, pero por otro "busca coexistir pacíficamente con su antiguo rival y promover mejores relaciones comerciales y financieras con él", dijo a Efe el director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad de Florida, Jorge Duany.
"En el interés de ambas naciones está no politizar los pasos dados para normalizar sus relaciones (...) y no condicionar las negociaciones en función de las alianzas ideológicas de cada una", matizó a este respecto De Armas.
Cuba se ha visto obligada a moverse entre dos aguas, ya que por un lado respalda a su aliado ideológico y económico, pero por otro "busca coexistir pacíficamente con su antiguo rival", explica un experto
También está sobre la mesa la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, algo que podría producirse "pronto", según dijo la semana pasada un funcionario del Departamento de Estado, aunque la Isla ha rebajado el tono sobre esa exigencia histórica y ya no lo impone como requisito para abrir embajadas.
"Cuba jamás debió ser incluida en dicho listado. Al hacer un uso político de un instrumento que debe servir para la lucha contra el terrorismo, EE UU sacrifica su capital internacional para complacer a un sector minoritario de la comunidad cubano-americana", afirmó De Armas.
En paralelo a las negociaciones diplomáticas, que avanzan a paso lento pero seguro, en estos tres meses también se han producido contactos empresariales, que parece que están tomando velocidad y dando algunos frutos.
Hace unas semanas desembarcaron en la Isla un centenar de empresarios del lobby agrícola de EE UU para explorar opciones de negocio, se ha restablecido la conexión telefónica directa entre ambos países y desde hoy se reanudan los vuelos chárter entre Nueva York y La Habana.
"Para las empresas las trabas son sólo regulatorias, mientras que para la diplomacia son políticas. Es un diferendo que ha durado más de 55 años, solucionar las suspicacias de uno y otro lado es mucho más complicado que impulsar áreas de beneficio económico", afirmó De Armas.
"Para aquellos que piensan que las negociaciones van lentas, hay que recalcar que se ha avanzado mucho más en tres meses que en los últimos 56 años", aseveró.