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En Cuba, más de la mitad de los fumadores empiezan con el hábito antes de los 16 años

  • El mayor incremento de consumo se observa en los niños desde antes de cumplir los 10 años
  • El 92% de los fumadores apoyaría leyes para prohibir el consumo de tabaco, según la Encuesta Nacional de Salud

Las autoridades sanitarias cubanas no se resignan a combatir al tabaco y prefieren centrarse en el tabaquismo / ACN
14ymedio

01 de junio 2024 - 19:42

Madrid/El tabaquismo preocupa, y mucho, en Cuba, un país en el que 36 personas fallecen cada día por consumo activo de cigarrillos y cuatro siendo fumadores pasivos. Pese a una preocupación patente, las autoridades sanitarias cubanas no se resignan a combatir al tabaco y prefieren centrarse en el tabaquismo. 

“Sabemos que ahora, en este minuto, una lucha frontal contra el tabaco en nuestro país es imposible”, admite la doctora e investigadora Patricia Varona Pérez, “teniendo en cuenta la compleja situación económica por la que atravesamos, y que el tabaco es uno de nuestros rubros exportables. Hablar de eliminar el tabaco no es objetivo, porque no es real, porque miles de personas y sus familias dependen económicamente en Cuba de este producto”.

La especialista prefiere, por tanto, hablar de “tabaquismo, que es algo en lo que sí podemos desarrollar acciones concretas para reducirlo y proteger la salud de la población”, dijo.

La afirmación se hizo este 31 de mayo, Día Mundial contra el Tabaquismo, en el que la prensa oficial ha elaborado un especial que revela algunos datos preocupantes, entre ellos el que afecta a la edad de inicio en el consumo, que demuestra que los jóvenes cubanos parecen ir a contracorriente del resto. Mientras en Europa y EE UU se reduce la cantidad de fumadores de tabaco entre los adolescentes –que, no obstante, consumen más otras drogas–, en la Isla ha aumentado el porcentaje en diez años. 

La prevalencia entre los menores de 15 años fue del 10,5% en 2010, frente al 12,7% en 2020

La prevalencia entre los menores de 15 años fue del 10,5% en 2010, frente al 12,7% en 2020. Los datos, aunque dan pistas de la situación, se han quedado obsoletos, sobre todo ahora que, en los últimos meses se ha producido un incremento de los precios, acelerado por la fuerte subida de los aranceles al importado, que repercutieron en el nacional

Las consecuencias aún están por ver, pero con los números actuales hay un solo dato positivo, el de la prevalencia en el hábito, que cayó del 24% al 21,6% en esa década. Es el único. La subida antes mencionada es preocupante porque se refiere a un grupo de edad que va de los 10 a los 15 años. Además, un 78% de los fumadores comienza a consumir antes de los 20 y crece el número de grandes consumidores (más de 20 cigarrillos al día), del 10% al 11,4% en 2020.

“La más reciente Encuesta Nacional de Salud, llevada a cabo en el periodo 2018-2020 por el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (Inhem), evidenció que la población cubana presenta importantes problemas de Salud asociados a las enfermedades no transmisibles, cuyo comportamiento puede ser modificado si se cambian los hábitos de vida y comenzamos a trabajar en ello desde todos los sectores de la sociedad”, dijo el ministro José Ángel Portal Miranda en verano de 2022 ante la Asamblea. 

Cubadebate repasó este viernes otros datos fundamentales sobre el tabaquismo en Cuba. Entre ellos, que hasta 36 cubanos mueren al día por fumar, mientras que hay cuatro fumadores pasivos que mueren a diario por enfermedades como cáncer de pulmón o isquemia. La edad media de inicio en el hábito está en los 17,4 (según la citada encuesta de 2020), con mayor predominio entre las mujeres –un porcentaje que se invierte si se toma en cuenta a la población de todas las edades– y reparto similar entre el entorno rural y urbano. 

Más cifras alarmantes vinculadas con la edad están en el inicio del tabaquismo, ya que uno de cada diez fumadores empieza antes de los 10 años, cinco de cada diez, entre los 12 y los 16 y dos de cada diez entre los 17 y 19. “El mayor incremento se observó en los grupos de 10-11 años (21,4%); de 12-14 años (10,8%), seguido del de menos de 10 años (7,8%)”, señala el texto, que rompe con la norma de otros países en los que los jóvenes han dejado de conectar con el tabaco y prefieren otro tipo de estimulantes, entre ellos los cigarrillos electrónicos. 

De estos aparatos alertan también las autoridades sanitarias cubanas consultadas para el texto. La doctora Elba Lorenzo Vázquez, coordinadora nacional del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo, afirma que estos dispositivos amenazan los avances en la reducción del hábito entre ese sector de la población sobre todo. “Se trata de los cigarrillos electrónicos, que aunque está prohibida su entrada al país, su diversidad de formas y tamaños permite que a veces escapen de la vigilancia. Es importante alertar sobre estos productos”, subraya.

La experta se refiere también a una idea ya obsoleta que afirmaban que estos aparatos ayudaban a abandonar el tabaquismo y recuerda que no solo no es así, sino que algunos países han determinado que el consumo de tabaco se triplica entre quienes comenzaron fumando cigarrillos electrónicos. Además, los sabores y aromas los convierten en muy atractivos, pero el aerosol contiene habitualmente sustancias nocivas, como la nicotina o el plomo. 

La experta se refiere también a una idea ya obsoleta que afirmaban que estos aparatos ayudaban a abandonar el tabaquismo

“Ningún uso de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, es seguro. Casi todos los productos de cigarrillos electrónicos que se venden contienen nicotina, que es la misma droga adictiva que se encuentra en otros productos”, dijo Lorenzo Vázquez, que recordó que muchos países ya prohíben o limitan su venta.

Los cubanos se mantienen, como promedio, 30,6 años fumando. La cantidad de quienes lo hacen es elevada tomando en cuenta que son más de dos millones de personas. Un 17% de las muertes que se produjeron en la Isla en 2020 fueron provocadas por cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y cerebrovasculares, todas ellas muy vinculadas al tabaco. 

El tabaquismo debe ser definido como una enfermedad en sí misma, señala la doctora Patricia Varona Pérez. Es, además, sistémico, porque afecta a todos los órganos y es “transmisible” en un sentido cultural, ya que el mecanismo de “contagio” es social. 

La experta señala, entre algunos de los riesgos presentes, el hecho de que las mujeres embarazadas persistan en mantener el hábito, así como la escasez de opciones para quienes desean dejarlo. “De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud, seis de cada diez personas que fuman en Cuba desean dejar de fumar y el 92% de los fumadores apoyaría leyes para prohibir el consumo de tabaco”. 

Aunque la experta cree que los datos son alentadores, las autoridades siguen sin tener a disposición de la población programas para abandonar los hábitos más tóxicos y los tratamientos más empleados con frecuencia, como chicles o caramelos de nicotina, solo se encuentran en el mercado negro.

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