Cuba necesita más de un millón de dólares diarios para importar cinco alimentos básicos
"Prácticamente no hemos cumplido los planes que nos propusimos para este año y hemos decrecido en varias producciones importantes", reconoce el ministro de la Industria Alimentaria
Madrid/Aunque intenten suavizarlo con la expresión “complejidades económicas”, las autoridades cubanas no pueden negar la realidad: la producción de alimentos es desastrosa y la importación de bienes, demasiado onerosa para las exiguas arcas estatales. Garantizar la canasta familiar normada es cada vez más difícil.
Es lo que se desprende de los datos aportados por el ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, en la más reciente entrega del programa Mesa Redonda. Entre ellos, el costo de “cinco productos esenciales en los que tenemos responsabilidad” y que deben importarse: leche en polvo, pollo, aceite, yogur de soya y pan. “Mensualmente, debemos dedicar más de 33 millones de dólares para garantizar estos cinco productos”, declaró el ministro. “Esto significa que necesitamos aproximadamente 1,1 millones de dólares diarios para asegurar su disponibilidad”.
Aunque han podido mandar leche fluida a Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, el resto de las provincias recibe leche en polvo, y, refiere el ministro, en estas últimas no pudieron garantizar el alimento para los niños de dos a seis años. Respecto al yogur de soya, solo se logró entregar cuatro bolsas al mes, en lugar de las 12 establecidas. De igual manera, hubo “incumplimientos” con el aceite: se dejó de repartir durante cinco meses.
López Díaz reconoció que el Gobierno enfrenta "un déficit de financiamiento en divisas convertibles", que es "uno de los factores que más golpea"
En cuanto al pan, recordó la reducción de peso a la que lo sometieron, de 80 gramos a 60 por falta de harina. “Para garantizar el pan de la canasta, necesitamos hoy 425 toneladas de harina diariamente con esta norma de consumo, mientras que anteriormente requeríamos 800 toneladas. Una tonelada ronda los 400 o 500 dólares en el mercado cercano, pero los fletes encarecen mucho más el tiempo de traslado”, enumeró.
López Díaz reconoció que el Gobierno enfrenta “un déficit de financiamiento en divisas convertibles”, que es “uno de los factores que más golpea”. De los 43 millones de dólares “planificados para la compra de materias primas, piezas de repuesto, producción del pan, mantenimiento y reparación de las calderas en la fábrica de lácteos”, detalló, “solo se han podido otorgar siete millones, lo que representa un 9% del total planificado”.
Otro de los elementos que más ha afectado al rendimiento de la industria alimentaria ha sido la falta de combustible. “Este año hemos recibido solo el 48% del combustible planificado, lo que equivale a aproximadamente 3.000 toneladas mensuales”. De ellas, informó el ministro, 800 toneladas están destinadas al acopio y distribución de leche fluida, algo que califica de “actividad fundamental”.
En cuanto a la producción “endógena”, López Díaz admite: “Prácticamente no hemos cumplido los planes que nos propusimos para este año y hemos decrecido en varias producciones importantes”. Mientras que en 2023, de 22 producciones “se decreció” en 20, este 2024 ninguna de ellas cumplió lo previsto, aunque matiza: “Ha habido un ligero crecimiento en 7 de esas 22 producciones, como cerveza, pasta de tomate, acuicultura, si bien sigue siendo insuficiente para las necesidades del país”.
“Hay capacidades en todas las provincias; contamos con una industria láctea, cárnica y pesquera, así como con café, entre otros, con un total de más de un millón de toneladas en capacidad productiva”, dijo el ministro, que se pregunta y se contesta: “¿Dónde está el problema? Que no contamos con la materia prima”.
"¿Dónde está el problema? Que no contamos con la materia prima"
Como es habitual en el oficialismo al hablar de la crisis del país, López Díaz mencionó el embargo de Estados Unidos, de la mano, eso sí, de un elemento importante que poco tiene que ver con las sanciones: la disminución de las exportaciones.
“Desde que estamos en el Ministerio de la Industria Alimentaria, hemos palpado la realidad de estas medidas y la crueldad de ese bloqueo”, lamenta el ministro, y a modo de ejemplo, cuenta: “Pertenecemos a organizaciones internacionales donde tenemos cuotas de pescado y hemos tenido que trasladar pescado desde África a Cuba, con empresarios que piden que no divulguemos sus nombres o tipos de empresa por temor a represalias. También hemos traído pescado de Europa, pasando por tres puertos en China, lo que encarece la distribución”.
Acerca de la pesca, indicó que la “falta de combustibles nos ha limitado la captura de 5.000 toneladas” y que están “apostando por la industria del cultivo”. En este ámbito, informó, se está poniendo en marcha una “pesca intensiva en jaulas en los embalses” que está dando cuatro toneladas de tilapias por hectárea –90 toneladas por jaula durante un año–, con “experiencia trasladada por Vietnam”, que no detalló: “Estamos aprendiendo de los amigos vietnamitas para poder montar un esquema que nos permita desarrollar rápidamente estos resultados”.
Como explicación a “por qué se exporta parte de los alimentos que producimos”, López Díaz afirmó que la pesca “tiene un plan de ingreso en divisa de 90 millones”, especialmente derivados de la venta de langosta y anguila, pero que esos volúmenes de exportación “no son significativos para resolver el problema alimentario de nuestro pueblo”. En cambio, aseveró, dramático, “con esos 90 millones podemos garantizar la leche de los niños de cero a un año de vida”.