Vuelven las asambleas de rendición de cuentas
La Habana/Una vez más, como un ritual sin consecuencias, se lleva a cabo, desde el primero de octubre, un ciclo de Asambleas de Rendición de Cuentas de parte de los delegados de circunscripciones en todo el país. El actual es el cuarto y último del XV mandato de los llamados órganos del Poder Popular y se extenderá hasta el 21 de diciembre.
Como es conocido en las 16 provincias en que se divide el país hay 14.537 circunscripciones, cada una de ellas puede tener entre 5 u 8 áreas, según su dimensión y densidad poblacional; en cada área se realiza una asamblea en la que el delegado debe rendir cuentas de las soluciones o respuestas a los problemas planteados en la anterior reunión.
Cada vez resulta más difícil convocar a los electores, que de manera creciente han ido perdiendo el interés en escuchar más justificaciones que soluciones. En este periodo ya se han realizado 25.400 asambleas y han tenido que suspenderse más de mil a causa de falta de fluido eléctrico, lluvia o “problemas organizativos”
Una peculiaridad de dichas asambleas es la ligereza de los planteamientos, que por regla general rondan temas superficiales sin llegar a los asuntos esenciales. Ejemplo de ello es que no se reflejan en las intervenciones ni la insolvencia de los salarios, ni la carestía de la vida, ni mucho menos los asuntos relacionados con los derechos humanos o cuestiones políticas.
En esta edición, como en las anteriores, los asuntos más tratados han sido el alumbrado público, la reparación de viales, la ampliación de los servicios telefónicos, el abasto de agua o la inestabilidad en la recogida de la basura. En cada una de estas sesiones se introdujo, promovido desde arriba, el tema de las indisciplinas sociales, donde se destaca el maltrato a la propiedad social y las numerosas ilegalidades en las que incurren los ciudadanos en medio de las dificultades de la vida diaria.
Quizás estas rendiciones de cuentas sean el último vestigio de un folclore revolucionario donde figuraban las marchas combatientes, las movilizaciones militares, las tribunas abiertas, las microbrigadas, los trabajos voluntarios, las guardias cederistas, las asambleas de méritos y deméritos que servían para ganarse un bono de efectos electrodomésticos, y otras más que han ido quedando en el olvido.