La administración reanuda la entrega de licencias para paladares
La Habana/Un funcionario de la Dirección municipal de Trabajo y Seguridad Social de La Habana confirmó este miércoles a 14ymedio que se había reanudado, “desde el pasado 24 de octubre”, la concesión de licencias para abrir nuevas paladares. Los requisitos siguen siendo los mismos que antes: primero, se presenta la solicitud y, “al cabo de unos cinco días”, los inspectores acuden a la vivienda para analizar las condiciones del local donde se pretende establecer el negocio
En una entrevista con Radio Reloj, la vicepresidenta en funciones del Consejo de la Administración Provincial, Isabel Hamze, aseguró que la suspensión temporal decretada el 15 de septiembre tenía como objetivo la realización de “un control especial” en paladares de todos los municipios capitalinos. La decisión había sido tomada para “alertar sobre cuestiones que enturbian el buen desempeño del trabajo por cuenta propia”.Según cifras oficiales, existen más de 1.700 restaurantes particulares en todo el país, de los cuales unos 500 están en La Habana.
Hamze precisó que dentro de esta actividad económica se permiten los bares, pero aclaró que hay algunos lugares que, al llegar, uno “lo ve pintado todo de negro y en el medio del salón una bola giratoria lumínica. Eso no está autorizado”
Hamze explicó que se habían inspeccionado 32 restaurantes y que solo se propuso retirar la licencia a uno de ellos. En declaraciones difundidas por la televisión, la funcionaria insistió en que estos establecimientos deben conservar el “objeto social” para lo que fueron creados. Hamze precisó que dentro de esta actividad económica se permiten los bares, pero aclaró que hay algunos lugares que, al llegar, uno “lo ve pintado todo de negro y en el medio del salón una bola giratoria lumínica. Eso no está autorizado”, advirtió.
El incumplimiento de los horarios de apertura, sobrepasar el límite de 50 asientos que impone la ley o la adquisición de productos de manera ilegal, práctica habitual para estos negocios ante el desabastecimiento de la red comercial estatal, son los principales asuntos que preocupaban a las autoridades. Los controles se centraron también en la contratación de artistas, la droga y la prostitución, el blanqueo de dinero, el empleo de trabajadores sin licencia ni contratos y la evasión fiscal o el uso de licencias de restaurante para abrir clubes nocturnos, las violaciones urbanísticas en el proceso de inversión, trámites fraudulentos en la compra de inmuebles, importación de mercancías para uso personal a las que en realidad se les da uso comercial y la vulneración de las normativas sobre ruido.
La medida generó inquietud entre los dueños de estos locales que en los últimos meses han visto desfilar por sus mesas a estrellas del pop, actores de Hollywood, figuras emblemáticas del rock y hasta al presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama. El temor más extendido era un posible paso atrás en las reformas emprendidas por el Gobierno a partir de 2008. Sin embargo, en reuniones con trabajadores del sector, los funcionarios explicaron que solo se trataba de cambiar las normativas para perseguir las ilegalidades.