EE UU ilumina su embajada con los colores de Ucrania para dar la 'bienvenida' en Cuba a Lavrov

Madrid/La misma noche en que Miguel Díaz-Canel acababa de asumir de nuevo el cargo de presidente de la República, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aterrizaba en La Habana y será el primer dirigente extranjero al que reciba el mandatario en esta legislatura. Está casualidad, quizá forzada, refleja la situación actual de las relaciones internacionales de la Isla, con Rusia como socio prioritario.

Era también la misma noche elegida por la embajada de EE UU en La Habana para reiterar su apoyo a Ucrania con luces azules y amarillas en todo lo alto de su fachada, aunque esto no fue casual. "Esta noche, la Embajada de Estados Unidos en La Habana se ilumina de nuevo con los colores de Ucrania para demostrar nuestro apoyo inquebrantable al pueblo ucraniano. Rusia continúa su brutal e ilegal guerra de agresión contra Ucrania. Seguiremos utilizando las herramientas diplomáticas y económicas a nuestro alcance para asegurarnos de que la influencia maligna y la brutal agresión de Rusia sean reconocidas en todas partes", expuso en sus redes sociales la sede diplomática.

"En 1961, el pueblo de Cuba defendió heroicamente su soberanía e independencia, logrando un triunfo histórico al derrotar en las arenas de Playa Girón al imperialismo estadounidense"

Mientras, la Cancillería rusa tuiteaba en su cuenta en español: "En 1961, el pueblo de Cuba defendió heroicamente su soberanía e independencia, logrando un triunfo histórico al derrotar en las arenas de Playa Girón al imperialismo estadounidense. Felicitamos a nuestros amigos cubanos por esta fecha tan significativa".

La visita, según la prensa oficial, se centrará en impulsar la cooperación política, económica, educativa y cultural. "Las relaciones entre Rusia y Cuba son excelentes. Cuentan con una alta prioridad otorgadas por ambos Gobiernos y están basadas en tradicionales lazos de amistad entre los pueblos", dijo el diario Granma en una nota en la que añade que el diálogo entre ambas naciones "al más alto nivel ha sido valioso, amistoso y dirigido a impulsar las relaciones bilaterales en todos los campos de interés y beneficio mutuo".

Desde que la llegada de Donald Trump, en 2017, puso fin al deshielo con EE UU y las oportunidades económicas menguaron para el régimen cubano, las relaciones con Moscú se han ido estrechando. Se vio especialmente entre 2018 y 2020, cuando además de en los viajes –el turismo ruso se duplicó–, en la multiplicación de inversiones de Moscú en la Isla, aunque muchas de ellas fueron canceladas por una actitud que no gustó a Rusia.

Aunque en 2020 se suspendió una colaboración ferroviaria por "las dificultades económicas y las restricciones de cuarentena en la Isla", según el director de la empresa estatal de ferrocarriles del país euroasiático (RZD), Serguéi Pávlov, las declaraciones de otros altos funcionarios indicaban que la mentalidad de los dirigentes cubanos era el gran impedimentos para que las inversiones llegaran a buen puerto. Oleg Kucheriáviy, secretario ejecutivo de la Comisión Intergubernamental Ruso-Cubana de Comercio, había dicho a la televisión de su país que solo 10 de 60 proyectos conjuntos se estaban llevando a cabo y que el silencio y la dilación de las autoridades de la Isla tenían mucho que ver en ello.

La invasión de Ucrania lo ha cambiado todo y ha reimpulsado las relaciones. En esta ocasión, el interés de la parte cubana por tener un suministrador potente tanto de energía como de inversiones se corresponde con el ruso, de ganar influencia en el área Latinoamericana. Con la premisa de aglutinar a su alrededor a cualquier enemigo potencial de occidente, con EE UU a la cabeza, Moscú ha vuelto a soltar la manguera.

En esta ocasión, el interés de la parte cubana por tener un suministrador potente tanto de energía como de inversiones se corresponde con el ruso, de ganar influencia en el área Latinoamericana

Las reuniones de Boris Titov, presidente del Consejo de Negocios Cuba-Rusia y hombre de confianza de Vladímir Putin, con autoridades de la Isla en los últimos meses lo dicen todo.

Entre los resultados más conocidos de esos encuentros están la creación de una empresa mixta de alimentos, productos químicos y otros artículos para el hogar con la estatal Cimex, el proyecto de un hotel solo para clientes rusos y los enormes aumentos de combustible del país euroasiático a la Isla, fruto también de la gira en diciembre de Díaz-Canel que lo llevó a reunirse con el propio presidente Putin en Moscú.

Titov reconoció en una entrevista a Sputnik el pasado marzo que su equipo asesora a las autoridades cubanas para una reforma económica que pase por dar más apoyo al sector privado, y aunque consideró que hay problemas en la mentalidad del régimen para que haya cambios profundos (mayor flexibilidad empresarial y rebajas de impuestos, entre otras), muchos expertos advierten del peligro de seguir los pasos que en su día dio la URSS para convertirse en una economía de grandes oligarcas actualmente. A la vista de las mipymesque se están multiplicando en la Isla, la asesoría de Moscú se está viendo reflejada , aunque se sospecha que muchos de esos pequeños y medianos empresarios son amigos del régimen y benefician de privilegios.

Lavrov llega a La Habana después de una reunión en Brasil con Luiz Inázio Lula da Silva, que ha apostado por una política "a la china" y propuesto un plan de paz para poner fin al conflicto en Ucrania. Su postura ha sido muy criticada por la Otan, por ponerse de perfil ante la invasión del imperialismo ruso y, pese a ello, era las más crítica con Moscú de las que tenía que afrontar el canciller, que, tras quitarse de encima Brasilia, llegó por fin a territorio de amigos incondicionales. Venezuela, Nicaragua y Cuba, mucho más dependientes económicamente que el gigante sudamericano, han respaldado sin fisuras a Rusia desde que comenzó la guerra y no solo por omisión, sino por acción, algo que se refleja desde en las votaciones en Naciones Unidas a la propaganda oficial prorrusa.

En Nicaragua, Lavrov se mostró satisfecho del respaldo de Daniel Ortega, que ha abogado recientemente por su incorporación como país observador en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y en el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica).

"Todo esto ayuda a crear en América Latina un centro poderoso y un pilar en el mundo nuevo que se está formando", expuso Lavrov

"Abordamos muchos temas de mutuo interés, como asuntos económicos y también cooperación en el marco de la comisión intergubernamental", agregó Lavrov. Esos asuntos van desde la salud a los automóviles, los fertilizantes, la producción alimentaria y el transporte, pero sin duda lo que realmente importaba a la parte rusa es la diplomacia.

"Todo esto ayuda a crear en América Latina un centro poderoso y un pilar en el mundo nuevo que se está formando", expuso Lavrov. Según él, los países de Occidente, principalmente Estados Unidos, "tratan de proliferar su hegemonía y su influencia en los conflictos, como por ejemplo en Ucrania o en la región hacia Asia-Pacífico".

"Nosotros, con nuestros partidarios nicaragüenses, vamos a luchar contra estas tendencias y prevenir estos actos", afirmó.

La petición de Rusia para incorporarse al Sica está en trámite, al igual que la de Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Georgia, pero se prevé una gran división, ya que países como Costa Rica y Guatemala se oponen a ello.

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