Los cubanos para el Calixto García y “los turcos a las salas VIP”

La Habana/El ministerio de Salud Pública informó este sábado sobre la condición de los ocho lesionados, seis turcos y dos cubanos, en el incendio de la patana turca Belgin Sultan, anclada en la bahía de La Habana. Según el reporte, permanecen ingresados un cubano, por traumatismos, y cinco extranjeros, dos de ellos en estado grave.

Tanto la población como la prensa oficial han puesto su atención en los empleados de la empresa turca Karpowership, dueña de la central flotante que se incendió la madrugada del jueves durante unos supuestos trabajos de soldadura, especialmente después de que se anunciara que uno de ellos estaba “en estado grave con peligro para la vida”.

Desde entonces, en cada comunicado las autoridades han asegurado que “están garantizadas las condiciones para la atención a todos los pacientes y se le da seguimiento constante por un equipo multidisciplinario de especialistas acorde a las lesiones que presentan”.

Lo que no han explicado es que, pese a que Salud Pública asegura la buena atención a “todos los pacientes”, los turcos hayan ido a parar al hospital Hermanos Ameijeiras, donde se atiende no solo a extranjeros, sino a la cúpula militar y política del país. Si un paciente de la Isla quiere ser atendido en sus instalaciones, que tampoco escapan del todo de la escasez, deberá hacerlo a través de amistades o “regalos”.

Los cubanos, por otro lado, fueron ingresados en el Calixto García, un hospital que causa terror entre los habaneros por su falta de higiene e insumos de todo tipo, además del hacinamiento de pacientes.

Tanto la población ha puesto su atención en los empleados de la empresa turca, especialmente después de que se anunciara que uno de ellos estaba “en estado grave con peligro para la vida”

Al pie de la nota de Salud Pública, muchos usuarios criticaron la segregación de los obreros. “El cubano para el Calixto García, un hospital que no tiene de nada y que aunque tenga, la atención sabemos que no es la misma” se quejaba un internauta, al tiempo que otro le respondía: “El cubano para el Calixto y los turcos para las salas VIP”.

Los accidentes laborales se vuelven cada vez más frecuentes en la Isla y, en ese contexto, la Unión Eléctrica (UNE) ha sido señalada no solo por sus trabajadores accidentados, sino por las escasas medidas de seguridad que provee. Este verano, la empresa publicó en sus redes sociales imágenes de los obreros de la central Ernesto Guevara en Santa Cruz del Norte, en Mayabeque, mientras limpiaban las cenizas altamente contaminantes de una caldera sin la protección requerida para esas tareas peligrosas.

Con apenas unos cascos y botas, los cuatro empleados que se muestran en las imágenes removían –algunos con palas, otros con guatacas– los montículos de ceniza del interior de la unidad 2 de la central. De ellos, solo uno usaba guantes y no había protección para las vías respiratorias, los ojos y mucho menos la piel.

El pasado marzo la UNE también perdió a uno de sus linieros en La Habana, que cayó de un poste mientras reparaba el tendido eléctrico. El silencio de la empresa sobre la causa del accidente hizo dudar sobre si las medidas de seguridad del trabajador habían fallado o no las tenía.

Según la Oficina Nacional de Estadística e Información, la cantidad de fallecidos en accidentes laborales aumentó el primer semestre del año en comparación con el mismo período de 2023. Si se tiene en cuenta que el número de trabajadores ha caído brutalmente en la Isla –en parte por la migración masiva–, las cifras son incluso más alarmantes. Aunque la variación en números absolutos fue solo de dos personas (25 víctimas mortales frente a 23 el pasado año), el porcentaje supone un 8,7%.