Los cubanos "no tienen ni idea del daño que se hacen cuando se automedican con azitromicina"

Madrid/En las redes sociales de compraventa de medicamentos en Cuba, la azitromicina es uno de los fármacos más buscados. Aunque hace meses que ni está ni se espera este antibiótico, el furor no es nuevo: los cubanos ya arrasaron con sus existencias durante la pandemia, cuando llegó a venderse por hasta 7.000 pesos después de atribuírsele en redes una supuesta eficacia contra el covid-19, desmentida por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pasada esa fiebre, el precio ha vuelto a estabilizarse en el mercado negro y los vendedores informales piden por el tratamiento entre 350 y 1.000 pesos. "Aquí la gente la toma por cualquier cosa, es costumbre: una tos o dolor de garganta y toman azitromicina", señala Pedro, un habanero que recurre habitualmente a la venta online para suplir las carencias de unas farmacias cada vez más vacías.

La pasada semana, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) comenzó un proceso de revisión de todos los fármacos que contienen este antibiótico

El preciado objeto de deseo de los cubanos, sin embargo, se enfrenta a momentos complicados. La pasada semana, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) comenzó un proceso de revisión de todos los fármacos que contienen este antibiótico, ya que la población está desarrollando una alarmante resistencia a los antimicrobianos (RAM) por su consumo indiscriminado.

La azitromicina fue descubierta en la antigua Yugoslavia en los años 70, por el laboratorio croata Pilva. En 1981 se patentó y comenzó a cruzar fronteras de la mano de Pfizer. El medicamento, que actúa suprimiendo la síntesis de proteínas bacterianas mediante la unión a la subunidad 50S del ribosoma, ha adquirido una gran popularidad en el mundo, pero se ha regulado de manera desigual en la Unión Europea, que ahora aspira a unificar sus recomendaciones.

Las diferentes indicaciones en su consumo estaban "en conflicto con el uso racional de antibióticos y la administración de antibióticos; y pueden resultar en un mayor desarrollo de resistencia de los antimicrobianos a la azitromicina".

La EMA revisará ahora toda la información disponible sobre los beneficios y riesgos de la azitromicina y considerará si es necesario realizar algún cambio en sus usos aprobados en los Estados miembros de la UE.

"Cada vez es más frecuente que un catarro banal se vaya a casa con un antitusivo, un mucolítico y el "antibiótico de los 3 días" (azitromicina)", alertaba hace un par de meses David Andina, pediatra y Premio Nacional de Medicina en España, a través de sus redes sociales, donde participa activamente para dar consejos de salud a un usuario medio. "Es más fácil, rápido y seguramente aumenta la satisfacción paterna. Pero es innecesario y peligroso", advertía tajante.

"Es más fácil, rápido y seguramente aumenta la satisfacción paterna. Pero es innecesario y peligroso", advertía tajante

El doctor lleva tres años consecutivos, situando la azitromicina para infecciones respiratorias en vías altas entre sus red flags anuales, una lista de medicamentos a evitar en determinados contextos. Además, el año pasado advirtió del craso error que supone pautar –cuando no, automedicarse, algo menos común en España que en Cuba– ese antibiótico para un cuadro viral, ya que está concebido para luchar contra bacterias.

"Usar antibióticos de forma indiscriminada no solo aumentará las resistencias bacterianas y dificultará el tratamiento de infecciones en el futuro sino que impide hacer una correcta valoración posterior cuando la fiebre persiste e invalida el resultado de las pruebas microbiológicas", argumentó en un mensaje a principios de este año. Andina enlazó literatura científica que demostraba que, incluso, se puede producir una grave intoxicación letal por el uso de este y otros medicamentos empleados para aliviar síntomas catarrales sin criterio médico y ante la creencia de que no pueden hacernos daño.

La azitromicina está clasificada por la OMS en la categoría W (vigilancia) de la lista AWaRe (Access, Watch and Reserve) de antibióticos, una guía creada por la organización para reducir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos, sus eventos adversos y costos, y el uso correcto de este tipo de medicamentos. El objetivo de las autoridades mundiales sanitarias es reducir el consumo hasta un 60%, ya que su previsión es que la resistencia a esos fármacos se convierta en la primera causa de muerte en el mundo en el futuro.

La resistencia bacteriana a los antimicrobianos estuvo asociada a 5 millones de muertes en 2019, incluidas 1,27 millones de muertes por causa directa, lo que convierte a la RAM en una de las primera causas de mortalidad (con una previsión de pasar a 10 millones de fallecidos anuales en 2050), una situación que se agrava en los países de ingresos bajos.

Este septiembre, además, se hizo público que la responsable de la gonorrea, la Neisseria gonorrhoeae, para la que se utiliza ampliamente la azitromicina, se ha hecho resistente

Ya hay varias bacterias que se han hecho resistentes a los antibióticos, entre ellas la Acinetobacter, la E-coli y la Klebsiella pneumoniae. Este septiembre, además, se hizo público que la responsable de la gonorrea, la Neisseria gonorrhoeae, para la que se utiliza ampliamente la azitromicina, se ha hecho resistente y, cada año se diagnostican 82 millones de casos en el mundo intratables.

Estos problemas vienen a sumarse a las advertencias que, durante años, ha hecho la reguladora estadounidense sobre el riesgo de arritmias de este antibiótico, por encima de los que experimentan quienes se tratan con amoxicilina y ciprofloxacina.

"La azitromicina es un antibiótico de amplio espectro que se usa para diversas infecciones bacterianas como la sinusitis, la faringoamigdalitis, la otitis, las infecciones de la piel o la uretritis, entre otras pero no sirve para una gripe", sostiene el internista e infectólogo colombiano David Forero Peña, que recuerda el peligroso auge de este medicamento –aumentado durante la pandemia– y advierte de la importancia que tiene utilizarlo únicamente cuando lo indica un facultativo.

Su opinión al trascender la decisión de la EMA fue tajante: "No tienen ni idea del daño que se hacen cuando se automedican con azitromicina".

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