Los cubanos, reticentes a comprar combustible el primer día del 'paquetazo'
Fuera de la capital, las razones para que las gasolineras estuvieran vacías se deben fundamentalmente a la escasez
La Habana/La mirada atenta de dos soldados boinas rojas daba la bienvenida, este viernes, a los pocos habaneros que llegaban al servicentro de Infanta y San Rafael, en La Habana. Aunque había gasolina en muchas de ellas, el desgano de los clientes ante la implementación de las nuevas tarifas era visible y la cola –kilométrica hasta ayer en otras gasolineras– no llegó a sobrepasar la cuadra.
"La seguridad de los servicentros parece ser, por fuera, lo único que cambió", observaba un chofer que repostaba en el servicentro, ubicado en Centro Habana. "No sé para qué, si ahora son los precios los que espantan a la gente", dijo a este diario.
A varias cuadras de allí, en la gasolinera de La Rampa, no estaban dando servicio por algún problema técnico. “¿Ya llenaste el tanque ya?”, le preguntaba el empleado a un chofer que aprovechaba para echar aire a las gomas de su vehículo. “Ayer, ayer”, respondía el hombre, ante las risas cómplices de los presentes. Al menos hasta que pase el fin de semana, evitarán llenar el tanque.
Según las tablillas que esta mañana ya aparecían en algunos de los servicentros, la gasolina especial cuesta ahora 156 pesos o 1,30 dólares en lugar de 30 pesos; regular y diésel a 132 o 1,10, en lugar de 25 y motor (combustible para motos) a 114 pesos o 0,95 dólares, en lugar de 20 pesos. Es decir, más del 400% de aumento en todos los casos y hasta 470% para el combustible de motos.
"Por lo que veo no hay mucho entusiasmo con las nuevas tarifas y, en cuanto a la seguridad, no sé ni por qué están ahí, porque no se va a armar cola ninguna", reflexiona. "No obstante, al final hay que morir con el Estado. Si no llenas el tanque hoy, pues habrá que hacerlo mañana", asevera.
Es cierto que en muchos servicentros de La Habana, hay una “cola virtual” y, por lo tanto, nunca se acumulan largas filas, pero, aun así, la poca afluencia era llamativa. En El Tángana, en el municipio de Plaza de la Revolución, organizado por Telegram, las bombas permanecían desérticas justo en el turno en que deberían estar esperando una veintena de autos.
Lo mismo que en Los Paraguas, en Guanabacoa, donde Esther Pérez Trujillo, la mandamás de la gasolinera, anunciaba esta mañana la disponibilidad de "3.000 (litros de gasolina) especial y 500 de regular", y lamentaba la ausencia de clientes. "El Cupet está vacío y va pasando todo el que necesite y llegue", advertía a quienes había convocado a través del canal de Telegram para comprar.
En el servicentro El Modelo, también en Plaza, uno de los que presuntamente funcionarán en dólares, esta mañana ni siquiera había electricidad y los empleados se afanaban en encender una planta para recobrar la corriente. Solo en 25 y G se divisaba una pequeña cola de vehículos que, por otra parte, no se comparaba a la que ayer se arremolinaba en la misma gasolinera y que ocupaba varias cuadras.
Antes de este día, muchos conductores optaron por almacenar combustible en bidones en sus casas, una práctica común en la Isla donde el desabastecimiento fuerza a guardar en las viviendas gasolina y diésel, a pesar de los peligros que representa conservar estos productos bajo techo en espacios habitados. Así lo contó a este diario Mijaíl, un habanero dueño de una moto que, en previsión del alza de precios, llevaba semanas acumulando gasolina.
"Yo no cojo lucha con eso porque tengo gasolina para un año en la casa. Lo he tenido que hacer así porque, solo ir y virar a la barbería en la que trabajo me sale ahora en 800 pesos", calcula. Mijaíl, no obstante, sabe que sus reservas no lo salvarán de tener que comprar combustible con los nuevos precios. "Esto es solo un pequeño ahorro, y cuando se me acabe tendré que subir el precio de los pelados, como hará todo el mundo que tenga vehículo propio", lamenta. En el mercado informal, advierte, el combustible también "se va a disparar".
Conforme fue transcurriendo el día, en La Habana iban llegando más carros, nunca en la cantidad de días pasados.
Fuera de la capital, las razones para que las gasolineras no tuvieran clientes eran dispares, pero especialmente la escasez del producto. En Santa Clara, informan a 14ymedio vecinos del lugar, están “prácticamente vacías” “porque hay poco abastecimiento y solo de gasolina especial, la más cara”.
En la ciudad de Holguín, los clientes ni siquiera han podido experimentar los nuevos precios porque la mayoría de los servicentros estaban sin suministro este viernes. "Pensé que como ahora era más caro iban a surtir pero las gasolineras destinadas a las motos aquí en la ciudad estaban sin combustible a primera hora de hoy", contó a 14ymedio Aníbal, conductor de una motocicleta que visitó, entre otros, el servicentro de La Loma, en la calle Libertad y la avenida Capitán Urbino.
"No pude guardar porque aquí han sacado poca gasolina en las últimas semanas, así que si no traen hoy voy a tener que parar el motor y seguir moviéndome a pie", añade. "El litro de gasolina está a más de 300 pesos en el mercado negro y eso no lo puedo pagar, aunque hay gente que la compra así porque le sacan dinero después al carro llevando pasajeros o mercancías, pero no es mi caso".
Por último, la gasolinera Luanda, en el municipio cabecera de Las Tunas, este viernes comenzó a despachar combustible. Los clientes, sin embargo, tampoco acudieron a comprar, pese a que el servicentro llevaba días sin prestar servicio, según pudo comprobar este diario.
Tras aplazar el aumento de los precios el pasado febrero por un "ataque cibernético", y destituir al ministro de Economía y Finanzas en el proceso, el Gobierno anunció el pasado miércoles, de un día para otro, el cambio de tarifas. Su excusa para el llamado paquetazo ha sido en todo momento la caída de las importaciones de crudo.