Daniel Llorente, el hombre de la bandera, pide ser desterrado a Estados Unidos
La Habana/Eliezer Llorente, de 17 años, lleva más de tres semanas visitando a su padre, Daniel Llorente Miranda, en el Hospital Psiquiátrico Comandante Dr. Bernabé Ordaz Ducungé, más conocido como Mazorra. Cada miércoles y domingo llega hasta allí desde su casa en la barriada de Luyanó para poder conversar con su padre. El activista permanece detenido desde que el 1 de mayo irrumpió en la Plaza de la Revolución con una bandera de EE UU durante los actos por el Día del Trabajador.
Este miércoles Llorente recibió de su padre la misión de entregar varias cartas en la embajada de Estados Unidos en La Habana. En una de ellas, fechada el 18 de junio, pide "ser inmediatamente desterrado", apelando al artículo 42.1 del Código Penal vigente en el país, para cumplir su deseo de vivir en el país que considera "el mayor defensor de los derechos humanos, la esperanza, la libertad, la justicia, la hermandad y la búsqueda de la felicidad, Estados Unidos de América".
Daniel Llorente Miranda, de 53 años, ha escrito varias cartas a las que 14ymedio tuvo acceso este miércoles y que firma con el sobrenombre El Patriota. "Debo dejarlas todas, a primera hora de este jueves, en el buzón de la embajada", explica su joven hijo.
Llorente padre afirma en una de sus cartas que las autoridades lo han calificado de "sujeto peligroso, proclive a cometer delito" y expresa que es un ciudadano "anticastrista, anticomunista y antisocialista"
Llorente padre afirma en una de sus cartas que las autoridades lo han calificado de "sujeto peligroso, proclive a cometer delito" y expresa que es un ciudadano "anticastrista, anticomunista y antisocialista", recordando previamente la modificación de la Constitución de 2002 en la que se declaró "el carácter irrevocable del socialismo en Cuba".
El pasado martes, Eliezer entregó también una carta de su padre dirigida al presidente de Estados Unidos en la que explica que, aunque inicialmente estuvo de acuerdo con la "actitud del expresidente Obama de reanudar los lazos de amistad" entre Cuba y su país, ahora quiere felicitar a Donald Trump y al senador republicano Marco Rubio por el giro en su política hacia la Isla hasta que exista "una verdadera libertad, justicia y democracia" que encamine el respeto a los derechos humanos.
"Me dio unas cartas nuevas, una para los que se oponen a la nueva política de Trump y otra que explica por qué es ilegal mantenerlo preso en ese lugar", cuenta Eliezer.
Llorente alude en su misiva del 19 de junio al "numeroso grupo de importantes hombres y mujeres del pueblo norteamericano" que se han manifestado en contra de la directiva de Trump y les pregunta: "¿Se oponen en verdad porque les preocupa seriamente la situación en la que vive el pueblo cubano o las ganancias personales que les puedan reportar las negociaciones con la dictadura de Castro?".
Eliezer explica a 14ymedio que su padre lo llamó el martes para decirle que se declaraba en huelga de hambre "hasta que no se acabe la injusticia" que están cometiendo con él y añade que durante la visita de este miércoles, pasadas las primeras 24 horas de huelga, su padre le expuso con más detalles las razones para tomar esa decisión.
Según el relato de Llorente hijo, su padre fue conducido este martes a una sala en la que había muchos pacientes y en la que "le costó mucho trabajo dormir".
Daniel Llorente decidió ponerse en huelga a raíz del cambio de sala y "por las injusticias que se están cometiendo" en su contra. En su carta del 20 de junio, el activista desgrana los malos tratos a los que ha sido sometido desde que fue detenido en la Plaza de la Revolución. Los golpes, según relata, continuaron en la Unidad de Policía de Zapata y permaneció durante días en 100 y Aldabó sin atención profesional ni más medicamentos que los que le prestaron sus compañeros de celda.
"Todavía hasta hoy está plantado porque pide justicia con su caso", señala con énfasis el hijo.
El joven también se queja de la falta de información de los profesionales que atienden a su padre. "La doctora ha hablado conmigo, una vez me dijo que tenía que esperar un tiempo para poder escribir al tribunal porque ya ella se había dado cuenta que él no tenía nada, ningún trastorno para seguir allí".
Llorente Miranda ha sufrido desde el comienzo de la huelga chantajes y presiones, denuncia su hijo. "Varias veces le han advertido de que si continúa con la huelga de hambre le van a quitar las visitas y las llamadas, y él me llama todos los días por teléfono", lamenta.
"Mi padre pidió una entrevista con el director del centro para decirle que existen dos motivos por los que se puede estar allí, uno es trastorno y el otro cometer delito, y que él no está en ninguno de los casos. El director solo le respondió que no dejara de comer, que él elevaría su caso", sostiene.
Este jueves, Daniel Llorente sabrá si las autoridades le dan una respuesta sobre su caso, a raíz de una petición que éste hizo a una funcionaria que se encontraba de visita en el hospital. Mientras, su régimen de visitas se mantiene inalterable, los miércoles y los domingos de una a cuatro y su estado de salud se deteriora a ojos de su hijo Eliezer. "El primero de julio ya se cumplen dos meses del encierro de mi padre y, desde el primero de mayo hasta ahora, ha bajado mucho de peso".