"Me han declarado como 'enemigo' pero no voy a abandonar la causa"
Alexander Fábregas fue excarcelado luego de cumplir nueve meses en prisión por convocar a una protesta el 11J
La Habana/Para Alexander Fábregas, de 32 años, todo es motivo de sorpresa este miércoles. Lleva pocas horas en la calle tras ser excarcelado luego de cumplir nueve meses en prisión por convocar a una protesta el 11 de julio a través de las redes sociales. Desde su casa en Sancti Spíritus habla telefónicamente con 14ymedio sobre el tiempo en la cárcel y los planes futuros.
"Es muy frustrante ir a una prisión para cumplir una sanción impuesta sin merecerlo, por algo que no es delito en ninguna parte del mundo", explica a este diario. "No hice nada para tener ese castigo. Hasta hoy estaba en un lugar donde solo veía paredes y rejas y ahora todo me parece extraño: los colores, los sonidos, la voz de la gente".
Fábregas no recibió ningún beneficio penal. "Las autoridades dicen que en Cuba no hay prisioneros políticos pero si yo hubiera sido realmente un preso común me habría tocado la libertad condicional en mitad de mi sanción pero no me la dieron. Solo una vez me permitieron ir por tres días a mi casa".
"Varias veces me fueron a visitar a la cárcel los oficiales de la Seguridad del Estado a hacerme amenazas, pero yo no tengo nada que hablar con ellos. Ellos me han declarado como un enemigo de la supuesta Revolución", comenta. "Ahora estoy pasando por una situación difícil porque tengo mucho estrés por el encierro".
"Las autoridades dicen que en Cuba no hay prisioneros políticos pero si yo hubiera sido realmente un preso común me habría tocado la libertad condicional en mitad de mi sanción pero no me la dieron"
"Estoy muy preocupado por Luis Mario Niedas Hernández, que es como mi hermano, y a quien le negaron el derecho a ser trasladado desde la prisión a una granja de trabajo", comenta Fábregas. Niedas fue sentenciado a tres años de cárcel por "desacato de carácter continuado" debido a sus críticas a través de Facebook contra varios altos funcionarios, incluyendo a Miguel Díaz-Canel.
Ahora, Fábregas insiste en la importancia de la solidaridad que han recibido tanto él como Niedas desde el primer día de su arresto: "Gracias a todos los que han contribuido y me siento muy honrado de haber formado parte del 11 de julio. Patria y vida".
"No voy a abandonar la causa, no voy a claudicar pero tengo que ser precavido porque ya tengo antecedentes penales y de seguro van a querer seguirme citando policialmente y acosando. Pero voy a continuar siendo un defensor de los derechos humanos en Cuba y, especialmente, aquí en Sancti Spíritus".
La madre de Fábregas, Luisa María Milanés Valdés, de 58 años, también experimentó este tiempo como un calvario. "Estos han sido los nueve meses más terribles de mi vida", sentencia la mujer que ha mantenido la denuncia sobre el caso de su hijo. "Hemos pasado por momentos muy difíciles y a veces pensé que no iban a liberarlo en la fecha que estaba prevista".
"Está un poco deprimido porque todo esto que ha tenido que vivir lo ha afectado psicológicamente pero ya al menos está aquí, junto a nosotros", afirma Milanés.
Fábregas fue arrestado la noche del 11 de julio en su casa, por transmitir en sus redes sociales su llamado a salir a las calles de Sancti Spíritus para acompañar las protestas que durante esa jornada ocurrieron en otras provincias de la Isla.
"Voy a continuar siendo un defensor de los derechos humanos en Cuba y, especialmente, aquí en Sancti Spíritus"
Nueve días después de su arresto y en un juicio sumario, Fábregas fue condenado a nueve meses de prisión por el delito de "incitación a delinquir", aunque no puso un pie en la calle aquel 11 de julio. Solo logró tener un defensor un día antes del juicio, denunció entonces su familia.
Aunque el joven perteneció al Foro Antitotalitario Unido (Fantu), al momento de su llamado a salir a las calles era "opositor por cuenta propia", según su madre. En diciembre de 2020 ya había pasado tres días de arresto, luego que publicara una fotografía en redes sociales donde aparecía con un cartel que decía: "No Más Miseria".
Luisa María Milanés Valdés también sufrió presiones de la Seguridad del Estado y tras la condena de su hijo se vio obligada a abandonar la casa donde vivía alquilada en Sancti Spíritus. Las amenazas llegaron incluso a hacerle temer que iba a perder su trabajo en un hospital para niños con discapacidad mental.
Este miércoles, la madre no le quita la vista de encima a Fábregas, temiendo que la policía vuelva a tocar la puerta y se lo lleve.
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