Dejar la vida en el tablero

Carlos Antonio Hevia Alejano en el Torneo Capablanca. (14ymedio)
El joven ajedrecista, Carlos Antonio Hevia Alejano. (14ymedio)
Pérez Coyula

21 de junio 2015 - 15:28

La Habana/Carlos Antonio Hevia Alejano, La Habana 1991, es desde hace algunos meses el Gran Maestro de ajedrez más joven con que cuenta la Isla. Sus primeras aproximaciones al tablero ocurrieron justo en los años en que se extendió la enseñanza del juego ciencia y hasta en la televisión nacional se impartían lecciones. Hoy, ya ha recorrido un largo camino pero aún le queda mucho por andar.

Este viernes, en un pasillo del Hotel Nacional donde asiste al Torneo Capablanca in Memoriam, Hevia Alejano nos cuenta sobre sus inicios, su retos actuales y el momento que vive el ajedrez cubano.

Pregunta: ¿Cómo han sido estos últimos meses, desde que consiguió el título de Gran Maestro?

Respuesta: Este año ha sido un flujo constante de resultados, me he preparado muy bien. Entreno mucho con mis amigos, hemos desmenuzado cada variante del repertorio de aperturas y creo que este es el momento en que mejor me he sentido jugando ajedrez.

P: Usted descolló justo en el Capablanca de 2009, donde consiguió su primera norma de Maestro Internacional (MI) y desde entonces todo ha sido un ascenso constante. ¿Cuál ha sido su línea de trabajo para lograr algo así?

R: He tenido muy buenos entrenadores como Ramón Hernández y el MI Osmel García que me crearon muy buenas bases estratégicas y conceptuales. La preparación en los últimos años ha estado enfocada en mejorar mi cálculo de variantes y mi repertorio de aperturas que son dos de los aspectos más importantes hoy en día. Creo que el cálculo es lo que marca la diferencia entre los ajedrecistas.

El cálculo es lo que marca la diferencia entre los ajedrecistas

P: ¿Está su estilo de juego más enfocado en el ataque?

R: Sí. Cuando la posición conlleva un juego agresivo, nunca busco otro camino.

P: ¿Qué jugador es su modelo en esa estrategia?

R: Magnus Carlsen, por supuesto.

P: Cuéntenos sobre sus inicios, sus primeros entrenadores y resultados.

R: Mi papá me enseñó a mover las piezas y luego pasé al Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez, donde mis profesores fueron Ramón Hernández y Eumelia León. Hernández me ayudó muchísimo, fue mi primer entrenador y uno de los más importantes.

P: ¿Después pasó a la Escuela de Alto Rendimiento (CEAR)?

R: Sí, fui captado por tener buenos resultados en los Campeonatos Nacionales de la categoría 11-12 años. En el CEAR trabajé con Osmel García que me inculcó muchas cosas buenas, como el concepto de la iniciativa.

P: A pesar de sus espectaculares resultados en el año 2009, pasaron casi seis años hasta que pudiera convertirse en Gran Maestro. ¿Por qué?

R: Creo que se debe a dos causas: en el país solo el Torneo Capablanca in Memoriam y el Campeonato de Cuba facilitan la obtención de normas internacionales. De manera que cuando se da la ocasión, tienen que coincidir muchos factores como jugar con extranjeros, con titulados, obtener la media de Elo necesaria y por supuesto estar en buena forma. Entonces hay que sacar el máximo provecho de esas oportunidades. Personalmente dejé escapar varias ocasiones de lograr norma… por ambicioso. Por ejemplo, en una última ronda haciendo norma con tablas, jugué para ganar el torneo y eso me retrasó quizás hasta dos años.

P: Marcó un doblete en los Abiertos del Capablanca en 2011 y 2012. Háblenos al respecto.

R: Son torneos que recuerdo con mucho cariño. No fueron nada fácil y me demostraron para lo que estaba. Respecto a lo anterior, ahí está el ejemplo perfecto: quedé primero en los dos torneos y aun así no pude completar norma de Gran Maestro porque en un abierto con tantos jugadores es muy difícil que te toque enfrentar a los GM necesarios, de los pocos que asisten, para lograrlo.

En el país solo el Torneo Capablanca in Memoriam y el Campeonato de Cuba facilitan la obtención de normas internacionales

P: Siendo campeón del Abierto de 2011, ¿no tenía derecho a jugar en el grupo premier del año siguiente? ¿Qué pasó?

R: Prefiero no tocar el tema.

P: Cuéntame sobre tus experiencias en el extranjero.

R: Siempre es un desafío. Es magnífico para medirnos con jugadores nuevos. A la mayoría de los cubanos nos va bien, creo que nos preparamos mejor porque las oportunidades son pocas.

P: ¿Cómo ha conciliado las distracciones o intereses propios de la juventud con el entrenamiento de rigor para jugar un ajedrez de alto nivel?

R: El ajedrez siempre te aparta un poco de la vida adolescente porque el entrenamiento lleva mucho tiempo. Pero cada uno sigue lo que le apasiona y debe aprovechar siempre el tiempo. Aunque también se encuentra espacio para relajar y disfrutar. La clave es mantener un equilibrio.

P: ¿Qué le parece el grupo que ha asistido este año al Capablanca?

R: Todos los participantes son de gran calidad. Creo que el que mejor se haya preparado y le sonría la suerte será el ganador.

P: ¿Y a los más jóvenes cuán preparados los ve?

R: No veo la misma fuerza que en otras generaciones como la de Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón o las que siguieron. En parte se debe a que la Federación Cubana de Ajedrez que hace lo posible y lo imposible por los atletas, no tiene el presupuesto para foguearles desde jóvenes. Por eso es muy difícil que volvamos a tener Grandes Maestros con 17 años o menos.

P: ¿Posibilidades de integrar el equipo olímpico cubano?

R: Hay muchos jugadores que pueden aspirar al equipo olímpico. Todavía es temprano, el año que viene se verá. El Campeonato Nacional va a ser clave e incluso es un torneo en que siempre hay muchas sorpresas. Cualquiera lo puede ganar.

P: ¿A qué se dedica cuando no está frente al tablero?

R: Paso mucho tiempo con mis amigos, me gusta mucho salir con ellos. También soy un fanático del anime y me gusta estudiar idiomas. Para relajar de verdad, partidas de póker o billar.

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