Desabastecida y sucia, la Plaza del Mercado de Cienfuegos languidece bajo gestión estatal

A la habitual falta de higiene, incluso en la manipulación de los alimentos, se suman los estantes a menudo vacíos

Las constantes inspecciones y medidas estatales han espantado a los vendedores
Las constantes inspecciones y medidas estatales han espantado a los vendedores / 14ymedio
Julio César Contreras

24 de agosto 2024 - 16:33

Cienfuegos/Adentrarse en la Plaza del Mercado, ubicada en la calle Santa Cruz de Cienfuegos, es sumergirse en un lugar lúgubre y descuidado. A la habitual falta de higiene, incluso en la manipulación de los alimentos, se suman los estantes a menudo vacíos no por falta de comida –que también escasea– sino por las constantes inspecciones y medidas estatales que han espantado a los vendedores. 

"La verdad es que aquí lo poco que hay tiene muy mala calidad", valora Anselmo, un cienfueguero de 73 años que señala con el índice unos aguacates "golpeados" colocados de manera desordenada sobre un mostrador. "Te los venden a 60, 70 y hasta 80 pesos, pero yo no gasto el dinero en algo que no sirve para nada", sentencia. 

"Vine a ver si tenían algunas viandas sabiendo que aquí no venden muchas cosas, pero no me esperaba que todo estuviera tan pelado", se queja, y asegura que "lo poco que entra a la provincia" las autoridades lo concentran en la feria de La Calzada, una vez a la semana. Por el momento, solo se oferta arroz a 170 pesos la libra y frijoles negros a 320 y, advierte el jubilado, "hay que estar a cuatro ojos con la pesa, porque te tumban unas onzas encantados de la vida". 

"Vine a ver si tenían algunas viandas sabiendo que aquí no venden muchas cosas", lamenta un cliente
"Vine a ver si tenían algunas viandas sabiendo que aquí no venden muchas cosas", lamenta un cliente / 14ymedio

Anselmo no se rinde y, luego de repasar con el dedo los billetes dentro de su cartera, se acerca uno de los vendedores con el que ha hecho "negocios" en otras ocasiones. "Vete a ver al Chino, en la casa de la esquina, que él te va a dar lo que tú buscas. Con la de inspecciones que nos han caído hemos tenido que sacar ‘lo gordo’ para otros lugares. Aquí dejamos limpia la fachada con sazones, aliños y otras boberías", le indica el vendedor.

"Si el Estado toma medidas para controlar los precios", advierte con maña el hombre, "nosotros las tomamos también para que nos dé resultado el negocio. Hasta que las cosas no cambien, esto se mantendrá así: vacío", advierte.

En la entrada de la Plaza del Mercado, un menú sin ofertas marca el espacio que ocupa la cafetería del local. A 120 pesos cada una, un lote de pizza escuálidas es el único producto que vende el lugar. "Yo no me comería nada, ni aunque me lo dieran gratis", zanja Anselmo.

El cienfueguero sale del mercado no sin antes anunciar que "hay que ajustarse bien los pantalones para que los precios no le saquen un susto a uno". En contraste con el mostrador desierto de los cárnicos, el Chino oferta perniles, paletas y hasta hígados de cerdo. La "carne roja" también está disponible para los "clientes confiables", que no vayan a delatar el negocio.

Los alimentos alimentos que se compran en la Plaza del Mercado no dan para una comida en condiciones
Los alimentos alimentos que se compran en la Plaza del Mercado no dan para una comida en condiciones / 14ymedio

Con tres libras de filetes y una y media de trozos de cerdo, Anselmo sigue su periplo en busca de alimentos. "Ahora toca ir al mercado de los guajiros, donde los precios tampoco perdonan", dice con preocupación.

Una opción viable, analiza el jubilado, sería comprarle de primera mano a los campesinos, que también evitan en gran medida vender lo que siembran al Estado y prefieren comercializarlo ellos mismos o entregarlo a carretilleros y revendedores, que les pagan mejor. "Si vas directo con los campesinos, consigues los productos más frescos y más baratos. El problema es el transporte, que es tan caro que lo que ahorras en comida, lo gastas en el viaje", reflexiona.

Después de pasar por el local, Anselmo regresa a casa con dos bolsas de nailon que debió pagar a 10 pesos, una de carne y otra con algunas guayabas y un aguacate "sin tantos moretones". Aunque la cuenta supera los mil pesos, lamenta, los alimentos "no dan para una comida en condiciones y mucho menos para celebrar mis 74 años". 

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