Un año después, los familiares de los presos siguen sin acceso a visitas
El contagio de covid-19 en la mayor instalación penitenciaria del país, a pesar de las restricciones, es elevado
La Habana/La situación es insostenible para las familias cubanas que tienen algún miembro en la cárcel. Por más que llevan meses protestando, aún no les conceden visitas, ni siquiera conyugales. Así son las normas desde octubre de 2020, cuando las autoridades decidieron restringir la entrada de allegados debido al aumento de contagios de covid-19 en la Isla.
"Llevo más de 11 meses sin ver a mi esposo", se queja a este diario Raiza. "Él es de aquí de La Habana, pero lo tienen en un campamento en Villa Clara. Supuestamente no le dan pase, ni me dejan ir a mí para que no se contagie con el covid, pero todo ese sacrificio que nos han impuesto no ha servido de nada y yo quiero ver a mi marido ya", sentencia la joven, quien lamenta que a pesar de estas restricciones, hace unos pocos meses sacaron de los campamentos a los presos para apoyar las labores de cosecha en los campos aledaños, donde todo indica se contagiaron varios de ellos.
"Llamo a la Dirección General de Prisiones de 15 y K, en El Vedado, y nos tratan como perros, nunca nos dicen nada de nada", continúa. "Después de 15 días sin tener ni siquiera una llamada de mi esposo, logré resolver el número de teléfono del lugar donde tienen a mi marido, y ahí es que me entero de que lo tenían ingresado por covid. El oficial que me dio la información por teléfono me dijo que no estaba grave y que ya se estaba recuperando". Cuando Raiza preguntó por qué no habían avisado a la familia, el oficial le dijo que ellos no tenían nada que ver con eso, que "los encargados son los de 15 y K".
"En 15 y K y me dicen que ellos no saben nada y que por el momento todo seguirá de la misma manera hasta que bajen las cifras de contagios"
La desinformación a la que tienen sometidos a los familiares es abusiva, a los reclusos les dicen una cosa y a los familiares otra, denuncian las familias, que aseguran que todo parece indicar que el próximo mes se reanudarán las visitas. Con importantes restricciones, sin embargo. "Me dice mi hijo que pronto permitirán a un familiar dejarlos ir a ver, pero que como requisito inviolable es presentar original y copia de la tarjeta de vacunación contra el covid", dice Mirta, una madre de 60 años que había decidido no recibir la vacuna Abdala por miedo a enfermar, después que varias amistades de ella desarrollaran síntomas, algunos de gravedad, tras ser inoculados por el fármaco.
"En 15 y K y me dicen que ellos no saben nada y que por el momento todo seguirá de la misma manera hasta que bajen las cifras de contagios", agrega Mirta, quien cuenta que ha decidido vacunarse "a riesgo personal, por si va y es cierto lo que le dijeron a mi hijo en la prisión". La mujer comenta otro inconveniente: "Ahora se hace difícil acceder a la vacuna porque tienen a todos los médicos y enfermeros de la familia vacunando en las escuelas, y en el policlínico aun no he podido resolver".
Desde el Combinado del Este, en La Habana, llegan serias denuncias hechas por el familiar de otro reo: el contagio en la mayor instalación penitenciaria del país, a pesar de las restricciones, es elevado. Desde la Dirección de Prisiones se lanzó un llamado hace un mes, dirigido a los parientes de los presidiarios, para que estos donaran antipiréticos y antibióticos. Unos días después, el pedido fue cancelado debido a la lluvia de críticas que recibieron.
"En ese momento confirmé todo lo que me venía contando mi hermano en las llamadas que me hace cada semana: la situación de los centros penitenciarios es horrible", cuenta este habanero que prefiere reservar su nombre. "Los mismos guardias han contagiado a los reclusos allí. Lo más triste de todo es que si te quejas, marcan al familiar de uno allá adentro y después le hacen la vida un yogur". Su hermano le cuenta que ha sabido al menos de dos presos que han fallecido después de haberlos puesto en cuarentena tras presentar síntomas graves de la enfermedad. "Y los familiares ni se enteran que estuvieron ingresados y mucho menos que tuvieron el virus".
Los familiares de los presos llevan meses denunciando no solamente la falta de visitas, que las autoridades justifican por la pandemia del coronavirus, sino los impedimentos para entregar a los reos alimentos y productos de aseo que compensan las malas condiciones en las cárceles cubanas.
"En ese momento confirmé todo lo que me venía contando mi hermano en las llamadas que me hace cada semana: la situación de los centros penitenciarios es horrible"
Este soporte, conocido como "la jaba", es vital para la sobrevivencia de los prisioneros debido a la mala calidad y poca cantidad de la comida que se sirve en los comedores de las cárceles. Por regla general, la familia apoya con productos de larga duración, como azúcar, cuadritos concentrados de sopa, manteca animal que pueda guardarse sin refrigeración, leche en polvo y refrescos instantáneos.
Los suplementos nutricionales, las vitaminas y, en el caso de los enfermos crónicos, los medicamentos, son un apoyo esencial. Los reos también reciben con frecuencia cigarrillos enviados por sus familiares que les sirven como moneda de cambio dentro de las prisiones. Mientras que la literatura es estrictamente controlada y revisada por los carceleros para evitar los "libros contrarrevolucionarios".
Con más de 90.000 personas encarceladas, según los datos proporcionados por las organizaciones Civil Rights Defenders y Prisoners Defenders, Cuba es el país con más presos en el mundo, en proporción a su población. Muchas veces las autoridades deben recluir a los condenados lejos de sus lugares de residencia por el colapso o hacinamiento en los centros penitenciarios más cercanos a sus familias.
Cuando se está lejos de la provincia original, los presos ven disminuidos sus derechos a visitas y pases, una situación que se ha recrudecido en los últimos meses.
________________________
Colabora con nuestro trabajo:
El equipo de 14ymedio está comprometido con hacer un periodismo serio que refleje la realidad de la Cuba profunda. Gracias por acompañarnos en este largo camino. Te invitamos a que continúes apoyándonos, pero esta vez haciéndote miembro de nuestro diario. Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba.