El cardenal de Boston hizo una cuarentena de apenas seis horas en Cuba

Madrid/El cardenal y arzobispo de la Archidiócesis de Boston, Sean Patrick O'Malley, pidió a Miguel Díaz-Canel en la visita que hizo a la Isla el pasado 9 de septiembre el indulto para todos los manifestantes que participaron en las protestas del 11 de julio en Cuba, eso sí, precisó que la demanda era para quienes lo hicieron de forma pacífica. Esa palabra da margen suficiente a las autoridades para defender su postura ante el prelado y seguir alegando que los detenidos en prisión lo están por su actitud violenta.

O'Malley ha relatado su paso por la Isla en una entrada de su blog dedicada también con referencias al aniversario del 11 de septiembre y las paradas durante su breve gira caribeña en República Dominicana y Haití. En el texto desvela que hizo una cuarentena de apenas seis horas antes de celebrar misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre. Las personas que viajan desde el exterior están obligadas a realizarse pruebas PCR y seguir aislamiento durante varios días y, aunque es de suponer que la norma no sirva para visitas de alto rango, el cardenal lo deja claro.

"Hablé con él [Díaz-Canel] también sobre las manifestaciones que tuvieron lugar este verano y pedí el indulto para los implicados en las manifestaciones de forma no violenta"

"Hablé con él [Díaz-Canel] también sobre las manifestaciones que tuvieron lugar este verano y pedí el indulto para los implicados en las manifestaciones de forma no violenta", despacha brevemente el cardenal que, renglón seguido, pasa a las tribulaciones del mandatario cubano con las remesas que no llegan.

"El Gobierno de Cuba está, por supuesto, muy preocupado porque las remesas que los cubanoamericanos estaban enviando a sus familiares ahora son mucho más difíciles de recibir y las posibilidades de viajar a Cuba también se han visto muy restringidas. Fue un encuentro muy cordial y obsequié al presidente una copia de la última encíclica del Santo Padre, Fratelli tutti", repasa.

Antes, el prelado había participado en un encuentro entre doctores católicos cubanos con profesionales sanitarios de la organización médica neoyorquina SOMOS que viajaron con O'Malley a Cuba. Esa misma comitiva lo acompañó posteriormente a un encuentro de carácter más político, en este caso con el canciller Bruno Rodríguez, que relató las gestas de los sanitarios cubanos por el mundo.

El cardenal debió quedar notablemente impresionado por las palabras del ministro, ya que no solo no hace mención a las condiciones abusivas en que trabajan los médicos de las brigadas internacionales, sino que además acusa a quienes las cuestionan.

"Una de las cosas que han hecho los cubanos desde la Revolución es formar un gran número de médicos y enviarlos por todo el mundo. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores me dijo que solo en Haití trabajan unos 250. Por supuesto, el programa ha sido atacado por muchos, pero ciertamente, toda el área de la atención médica y la salud pública es una parte muy importante del espíritu de la Revolución Cubana", escribe.

Otra de las rutas turísticas organizadas por el Gobierno para el cardenal fue la realizada al Instituto Finlay de Vacunación. "Están trabajando en conjunto con el MIT y varios hospitales de Estados Unidos y han podido desarrollar varias vacunas que están distribuyendo a otros países, así como al pueblo cubano. Fue impresionante ver lo que han hecho los cubanos", añade.

El cardenal también realizó varias visitas de carácter más religioso, entre ellas la participación en la misa del Día de la Virgen de la Caridad del Cobre en el santuario de Santiago o la celebrada ante la tumba del cardenal Jaime Ortega, fallecido en 2019 y cuyo cuerpo está enterrado en la Catedral de La Habana.

"Es probable que lo más importante de la visita del asesor del papa Francisco a Cuba no haya sido solo lo que se publicó, sino el comienzo de una mediación para la solución de conflictos"

El texto ha sido comentado por Dagoberto Valdés, que considera positiva la visita aunque entiende las reticencias de parte de la población, que considera al Arzobispo de Boston un enviado del papa Francisco para favorecer el diálogo con la Administración Biden, como ya ocurrió en el deshielo anunciado en 2014.

Valdés cree que es un buen gesto del cardenal la mención a las manifestaciones del 11 de julio , así como la petición de permitir la entrada de ayuda humanitaria a Cuba procedente de EE UU y a través de Cáritas.

El fundador del Centro de Estudios Convivencia ve significativa la mención al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como colaboradora con las vacunas, algo que hasta la fecha no había trascendido y que, de ser cierto, demostraría -sostiene- que la soberanía no se quiebra con esto.

"Es probable que lo más importante de la visita del asesor del papa Francisco a Cuba no haya sido solo lo que se publicó, sino el comienzo de una mediación para la solución de conflictos tanto entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos, como entre la sociedad civil y los mandatarios cubanos. Pasemos del evento al proceso. Del pasado que no debe repetirse, al presente que es distinto y al futuro que queremos sea nuevo de verdad", dice.

Valdés se manifiesta a favor de un verdadero diálogo, pero rechaza un posible fraude y exige que, de materializarse, esta vez sea "para la libertad, para transitar pacíficamente hacia la democracia. Un diálogo para Patria y Vida"

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