Díaz-Canel propone sacar a Cuba de la crisis “peleando, porque los combates se ganan tirando tiros”
El IX Pleno del Comité Central del PCC prioriza "el trabajo político-ideológico" y la intervención del Estado en la economía
Madrid/La Habana/No serán pocos los cubanos que hoy, al ver los titulares de la prensa oficial, la revisen esperando encontrar algo sobre un tema al que dan prioridad absoluta: la escasez de alimentos. Medios nacionales y provinciales abren con la noticia de que el IX Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que comenzó este jueves y acaba hoy viernes, analizó “los resultados alcanzados en la producción de alimentos”. Ni un solo dato hay de esto, y no por falta de espacio dedicado.
La primera jornada de la reunión del organismo dirigente del partido único dejó solo dos noticias de escaso calado, una de ellas por esperada, la “liberación” de Lázaro Expósito Canto, que dejó de estar –años atrás– en las quinielas para suceder a Raúl Castro y desde 2021 había ido abandonando cada vez más, por motivos de salud, sus responsabilidades.
La otra noticia ya era conocida, aunque fue el único dato ofrecido en la reunión: el déficit fiscal se ha reducido en 2024 en un 46%, el equivalente a 57.000 millones de pesos (174,3 millones de dólares al cambio informal). Que se sepa, es el único de los temas que fue considerado ayer “favorable”, aunque las reducciones de déficit siempre tienen una cara B: más recaudación y menos gasto, una decisión arriesgada para una sociedad tan dependiente de lo público.
La otra noticia ya era conocida, aunque fue el único dato ofrecido en la reunión: el déficit fiscal se ha reducido en 2024 en un 46%, el equivalente a 57.000 millones de pesos
A la espera de que las sesiones del período ordinario de sesiones del Parlamento dejen –como es habitual– más información y cifras, el lector que busque hoy saber, como le prometen, los resultados de la producción de alimentos solo encontrará arengas ideológicas del PCC.
Entre ellas, la frase del presidente, Miguel Díaz-Canel, que en un momento de hundimiento total de todos los indicadores señaló como prioridades del Partido “el fortalecimiento de la unidad, el perfeccionamiento de la labor político ideológica, la implementación de las proyecciones para corregir distorsiones y reimpulsar la economía y la atención a las desviaciones y tendencias negativas presentes en la sociedad cubana actual”.
Sin enmarcar con datos lo que calificó de “momento complejo”, pidió a todos los miembros del PCC una buena dosis de voluntarismo. “Vamos a salir, pero peleando, porque los combates se ganan tirando tiros”, dijo.
Poco más, al margen de instar a sus compañeros a acentuar la labor de captación –en un momento en que el PCC y el oficialismo se desangran, fruto no solo de la huida en masa de la población, sino también de la falta de fe en el partido–, dijo el máximo dirigente del país, que dejó el mayor peso del debate en manos de su segundo de a bordo, Manuel Marrero.
El primer ministro, encargado de presentar –presuntamente– un informe sobre la marcha de la economía, expresó su “insatisfacción al no alcanzar aún los resultados necesarios, a pesar de todas las acciones desarrolladas”, un reconocimiento implícito a la absoluta falta de efectividad de las medidas que, pese a los avisos de los expertos, insisten en mantener.
Se habló de "la importancia de implementar sistemas de trabajo basados en el vínculo directo con los productores; fortalecer el proceso de contratación, así como fomentar el uso de la ciencia y la innovación"
Así se demostró, sin ir más lejos, en las palabras de José Ramón Monteagudo, miembro del Secretariado del Comité Central y jefe de su Departamento Agroalimentario, que al hablar de los malos resultados de la producción agrícola volvió sobre "la importancia de implementar sistemas de trabajo basados en el vínculo directo con los productores; fortalecer el proceso de contratación, así como fomentar el uso de la ciencia y la innovación".
Los campesinos han pedido en infinidad de ocasiones que el Estado los deje producir y comerciar sin su intervención en el proceso, pero el partido no prevé dar su brazo a torcer. “Tiene que ser una contratación a nivel de cada productor, no una contratación en una oficina o en un salón, es una contratación productor a productor, con todos los factores que corresponda. Hemos dado pasos, pero aún falta más por hacer”, machacó.
Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización, que condujo la sesión, enfatizó en la importancia de ese sistema de contratación fracasado y que ha llevado a muchos guajiros a preferir tirar sus productos antes que entregarlos
al Estado, por el ínfimo precio, los retrasos en los pagos y los incumplimientos enla acordada retribución parcial en divisas, entre otras cosas.
“Si nosotros logramos incrementar la producción de alimentos, sustituir la importación de alimentos para la canasta básica, para un grupo importante de sectores como el propio turismo; si logramos una mayor oferta a nuestra población eso tendrá también un impacto en los precios”, comenzó el cuento de la lechera de Morales, que proseguía con un alza en los salarios como consecuencia y, por ende, mayor capacidad de compra. Pero cuando Morales se calló, la realidad seguía allí, y el jefe de Gobierno, seguía lamentando que “no se ha avanzado con la necesaria celeridad, sobre todo en aquellas cuestiones que más demanda la población”.
Aunque con infinidad de críticas, las pequeñas empresas privadas estaban contribuyendo en los dos últimos años a aliviar ligeramente algunas necesidades a quienes podían pagarlas, pero en los últimos meses el Gobierno ha introducido algunas medidas que afectan a estos negocios, muchos de los cuales ya están preparando la retirada. Lejos de plantearse un acercamiento, Marrero rescató la prioridad que seguirán teniendo las empresas estatales y “la conducción y ordenamiento de la participación del sector no estatal en la vida económica y social del país”.
Lejos de plantearse un acercamiento, Marrero rescató la prioridad que seguirán teniendo las empresas estatales y “la conducción y ordenamiento de la participación del sector no estatal"
De los privados está previsto que se siga hablando en la jornada de hoy, aunque el primer ministro consideró que ya se les ha dado la receta. “Se avanza en la implementación de las normas actualizadas para los actores económicos no estatales”, dijo.
En la cita se habló, siempre muy superficialmente, de infinidad de temas: el combate a las drogas, la corrupción y el delito; la situación del Sistema Energético Nacional, "la política genocida de bloqueo", la importancia de captar unas divisas que no llegan y la sempiterna promesa de eliminar los subsidios a productos y servicios para dárselos a las personas.
Se mencionó la zafra y volvió a quedar el misterio de cuánto azúcar se produjo en la pasada. Solo una pista: "En el desarrollo de la zafra, (...) se reiteraron incumplimientos de etapas anteriores”. Para “salvarla” –como se llegó a decir– “es vital la identificación de soluciones novedosas que permitan detener el deterioro que enfrenta la agroindustria azucarera, la que no debe medirse solo por la producción de azúcar, sino también de energía, derivados y la generación de empleo”.
Pero el evento dejó claro que este era un acto de reafirmación ideológica. Lo dejó claro Manuel Marrero, que anunció como prioridades para el próximo año fortalecer el trabajo político-ideológico, a consolidar la defensa de la patria, al orden interior y el enfrentamiento al delito, a la recuperación del sistema electroenergético, a la implantación del nuevo mecanismo de asignación de divisas, así como de los esquemas de financiamiento cerrado para el sector exportador, y el reordenamiento del mercado cambiario.
“La labor ideológica es tan necesaria e importante como nunca antes”, subrayó Morales Ojeda tras leer un rosario de desgracias que azotan a la población y que, a su juicio, tras estudiar “el clima sociopolítico, ratificó el apoyo mayoritario a la Revolución, sus dirigentes y el orgullo de ser cubanos; y la condición de referentes del Comandante en Jefe y el General de Ejército”.