Difícil situación epidemiológica en Artemisa
Artemisa/La creciente presencia de focos del mosquito Aedes aegypti en la provincia de Artemisa está generando alarma en la población. Según la prensa local, los municipios más afectados son Mariel, Bauta, Caimito, San Antonio de los Baños, Güira de Melena, San Cristóbal y Artemisa, la capital provincial. Los esfuerzos para erradicar o disminuir la infestación no están dando los resultados esperados o no se alcanzan con la velocidad requerida, reportan los medios y los residentes entrevistados.
La percepción de riesgo existe, pero no se cuenta con todos los recursos ni con la suficiente colaboración de la población. Olga Lidia Sierra, subdirectora provincial de Salud a cargo de Higiene, Epidemiología y Microbiología en Artemisa, declaró recientemente que "el índice de infestación en estos municipios dista del control esperado (0,05%). Por tanto, se eleva el riesgo de transmisión de enfermedades de origen vectorial".
Hay una atmósfera de guerra contra el mosquito que se hace más visible por lo que se conoce como el “tratamiento adulticida extradomiciliario”
En el municipio Güira, el más afectado, este indicador era del 5,9% (de cada 100 viviendas inspeccionadas, casi seis resultaron positivas al Aedes aegypti) mientras que en el sector estatal se reportaban 16 centros de trabajo con focos de mosquito.
Fuentes independientes confirman la versión oficial y señalan la inconformidad de la población, que se queja de la existencia de fosas desbordadas y de la indiferencia de las autoridades sanitarias. Además, los vecinos denuncian que las campañas educativas no son eficientes porque muchas fumigaciones no se realiza por la complicidad entre residentes, que no quieren fumigar sus casas, y operarios deseosos de cumplir su tarea diaria en el menor tiempo posible.
En Artemisa una de cada 35 viviendas ha sido multada, mientras que el promedio nacional es de una por cada 100. A principios de septiembre la Escuela de Medicina en la provincia no había podido comenzar el curso debido a que el centro se había declarado en cuarentena por brotes de dengue.
Con independencia de los insuficientes resultados, lo cierto es que en la provincia hay una atmósfera de guerra contra el mosquito que se hace más visible por lo que se conoce como el "tratamiento adulticida extradomiciliario", que no es otra cosa que la fumigación diaria en las calles. Para visitar los 25.800 habitantes del casco urbano se cuenta con médicos y enfermeras de la familia, pero también con estudiantes de medicina, técnicos de la salud y hasta oficinistas de policlínicos y otras entidades estatales.
Las personas con fiebre son aisladas en un centro habilitado. Los niños son remitidos al hospital José Ramón Martínez, en Guanajay, las embarazadas van al Iván Portuondo, en San Antonio, y los casos más delicados son llevados al Comandante Pinares, en San Cristóbal.