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"Ni sus dirigentes creen en los CDR y muchos viven ahora en Estados Unidos"

Cienfuegos se queda sin caldosa y con apagones

Sin música ni festejos, los vecinos se dedicaban este viernes a pasar el apagón en los portales de sus casas. / 14ymedio
Julio César Contreras

28 de septiembre 2024 - 18:31

Cienfuegos/Que un aguacero rotundo y largo cayera este viernes sobre Cienfuegos era la esperanza de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) para enmascarar el desánimo de los barrios de la ciudad durante el aniversario de la organización. No obstante, ni la suerte ni el huracán Helene favorecieron a los funcionarios este 27 de septiembre –cuando comienzan las festividades por el 28– y, después del mediodía, el sol brillaba con fuerza. 

"Tenemos que reconocer la apatía de la gente cuando se habla sobre los CDR. La mayoría de las veces nos vemos obligados a llenar informes con datos inventados, porque en muchas cuadras ya ni siquiera tenemos representación de dirigentes a nivel de base", admite un funcionario cederista que cuenta a 14ymedio que les fue imposible realizar una actividad en la propia calle Argüelles, donde tienen su sede provincial. 

El funcionario, bajo condición de anonimato, confirmó las sospechas de muchos cubanos: "La organización se ha ido muriendo año tras año. Ya no tenemos poder de convocatoria ni para recoger materias primas, ni para hacer donaciones voluntarias de sangre, que eran dos objetivos fundamentales. Por no hablar de la guardia cederista, que desapareció desde hace años”.

Bastaba acercarse a los barrios para confirmar que los vecinos no dieron importancia a la fecha

Al menos en Cienfuegos, ayer bastaba acercarse a los barrios para confirmar que los vecinos no dieron importancia a la fecha y la mayoría prefirió quedarse en su casa. "Aquí lo único que estamos esperando es que nos pongan la corriente, pues ya vamos para cinco horas de apagón. Así pretenden que hagamos fiesta y caldosa, cuando ni uno tiene qué comer ni cómo cocinar", se quejaba la tarde de este viernes Arelis, sentada en la acera frente a su casa. 

"El presidente del CDR este año no se atrevió a pedir nada para hacer la caldosa, porque está clarísimo que nadie se va a quitar lo poquito que tiene para celebrar el hambre y la miseria que hay", lamenta la mujer. Después de renunciar a la militancia del Partido Comunista, Arelis explica que se ha desvinculado de todo lo concerniente al trabajo cederista, pues "no se puede convencer al pueblo de que se comprometa con algo que solo exige sacrificios sin nada a cambio".

"Hace unos años yo todavía bajaba a la calle cada vez que anunciaban que había reunión. Un día mi hija me preguntó por qué lo hacía y le dije que por ella, que estaba en la universidad y no quería que la marcaran. Ese día me dijo que ya tenía bastante con que la vigilaran en la escuela, y que nosotros no teníamos por qué seguirle la corriente a los chivatos. Desde entonces no voy a ninguna convocatoria de nada", recuerda. 

Si hace años la víspera del 28 de septiembre las calles se llenaban de banderas cubanas colgadas de las rejas y de grandes calderos dispuestos para la caldosa colectiva, hoy el silencio y el desgano ponen en evidencia el descrédito de la organización. "En los CDR no creen ni sus dirigentes, a los que les pagan por mantenerlos en pie", zanja Marcos, quien asegura ser uno de los muchos perjudicados por la “vigilancia disfrazada de preocupación” típica de los comités. 

El clima tranquilo de los barrios puso en evidencia el escaso poder de convocatoria de la organización. / 14ymedio

"Los comecandela que me hicieron la vida imposible viven ahora en Estados Unidos y yo sigo aquí, en mi casita de la calle Reina. Los CDR han hecho mucho daño. A sus filas pertenecieron todo tipo de sinvergüenzas disfrazados de revolucionarios. Ahora que el barco hace aguas nadie quiere que se le relacione con el tema, pero en su momento hicieron actos de repudio y eran activistas consagrados", asevera. 

El aniversario 65 de los CDR no parece interesarle a los cienfuegueros quienes, antes de siquiera plantearse asistir a una fiesta, deben asegurar la supervivencia diaria. En los barrios con viviendas en mal estado, calles destruidas y personas sumidas en la pobreza, no hay motivos para celebrar. "Hasta hace poco, en el aniversario se escuchaba la música desde el parque Villuendas hasta el Parque Martí. El olor a caldosa se sentía desde el barrio de Tulipán hasta el malecón. Muchas cosas han cambiado", compara Arelis, quien durante años fue presidenta de los CDR en su cuadra.

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