“Por varias distorsiones”, sale más caro producir alimentos en Cuba que importarlos

Sin ofrecer soluciones a esta situación, el primer ministro Manuel Marrero llama al sector agropecuario a producir más

Una tienda en divisas en Galerías Paseo, en La Habana.
Una tienda en divisas en Galerías Paseo, en La Habana. / 14ymedio
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14 de marzo 2025 - 23:29

La Habana/“Necesitamos alimentos y, sobre todo, proteínas”, insistió el primer ministro, Manuel Marrero, antes de reconocer que, de los nueve productos de la canasta familiar, ocho provienen de la importación. Toda una novedad, puesto que no hace ni un mes que afirmó que era el 100% lo que se compraba en el exterior. 

Lo dijo en un encuentro del Ministerio de la Industria Alimentaria, en presencia de su jefe, Miguel Díaz-Canel, y llamó al sector agropecuario a producir más. “La comida más segura emerge de la producción nacional”, espetó a la concurrencia el primer ministro, que reconocía, en palabras de Granma “que su costo de elaboración en el país resulta elevado, por varias distorsiones”. 

Apenas 24 horas más tarde, el diario provincial de Sancti Spíritus, Escambray, publicaba una nota dedicada a una de las grandes excepciones de la industria cubana: el camarón, que junto con la langosta es el único producto pesquero que marcha bien en Cuba. 

“La comida más segura emerge de la producción nacional”

A pesar de que, según los datos del último quinquenio, la caída llega al 82% (de 7.200 toneladas en 2018 a 1.200 en 2023), el camarón da buenos resultados; pero lejos de convertirse en esa proteína nacional que Marrero dice buscar, su fin es salir hacia las mesas de los extranjeros. O de los cubanos con acceso al dólar. 

“En los primeros meses del año se prevé beneficiar unas 300 toneladas con destino a la exportación y a la venta interna en divisas”, señala el texto de Escambray. El diario habló con Romny González Álvarez, director de Industria en la Empresa Pesquera e Industrial de la provincia –ubicada en Tunas de Zaza–, que explicó cómo los trabajadores “se enfrascan” en su “rigurosa” labor, que exige “estrictas normas de calidad para que clasifique como producto exportable dentro del mercado internacional, principalmente, hacia los destinos de Europa y Asia”.

El directivo cuenta que el pasado día 25 de febrero se comenzó a procesar el crustáceo, procedente de Júcaro, en Ciego de Ávila, y el 28 llegó el de la flota de Cienfuegos. Todos ellos se crían a través del cultivo intensivo en granjas y dan hasta ocho tallas, la más pequeña, de 20 gramos.  

“Cienfuegos pide que su producto reporte un 92,5% por cada tonelada de camarón que envía y aquí logramos un 95% o 96%, mientras que Júcaro exige un 94,1% pero acá alcanzamos un 97%; en resumen, superamos lo que ambos proveedores nos demandan y eso se revierte en resultados económicos para nuestra entidad”, explica, sobre el aprovechamiento que sacan al marisco una vez recibido. Todo ello, se jacta, a pesar de que las máquinas han estado fallando, problema solventado gracias a la preparación de los trabajadores. 

La última liberalización del sector se produjo en marzo de 2014, cuando el Gobierno permitió a los pescadores privados acordar ventas sin contratos con el Estado

Mientras los obreros del camarón limpian el producto, destinado al exterior, Marrero “convocó a eliminar las trabas para la actividad pesquera y resaltó el papel de los gobiernos municipales en la búsqueda de acuerdos con los pescadores”, cuenta Granma. La última liberalización del sector se produjo en marzo de 2014, cuando el Gobierno permitió a los pescadores privados acordar ventas sin contratos con el Estado. 

Sin embargo, precisamente dejó fuera a la langosta y el camarón rosado, que aportan una nada despreciable cantidad de divisas. El último año con datos disponibles es 2023, cuando el Estado ingresó por este concepto 62 millones de dólares. No es una enorme cantidad, pero sí para la exigua cantidad de producto que logró sacar adelante: 2.380 toneladas.

Marrero, en su lamento por la falta de producción nacional, contó precisamente la gran cantidad de dinero que el Estado debe invertir en comprar jurel por culpa del embargo: 3.000 toneladas del pescado “facilitado por un país africano” tuvieron que viajar 75 días “con costos muy altos”. A estas penurias, Marrero sumó los problemas de la Cervecería Bucanero, que “no pudo abrir cuentas en el exterior por la dilación en los trámites de los bancos, presionados por el poder imperial. Además, Havana Club sufrió pérdidas por encima de 40 millones de dólares”.

En la cita estaba también el presidente del Grupo Empresarial de la Industria Pesquera, Osmani Barreiro Consuegra, que lamentó la reducción de las capturas en un 50% –sin especificar si fue en el último año y qué cantidad logró entonces– y que el plan de exportación se quedó solo en el 67%. 

La Empresa Cárnica de Sancti Spíritus dijo que prevé incrementar en 2025 “la entrega de 17,4 kilogramos mensuales a cada consumidor, aunque todavía resulta insuficiente”

La Empresa Cárnica de Sancti Spíritus dijo que prevé incrementar en 2025 “la entrega de 17,4 kilogramos mensuales a cada consumidor, aunque todavía resulta insuficiente”, no explicó en qué se basa para el cálculo optimista en medio de una crisis galopante, como tampoco lo hizo la conservera de Ciego de Ávila, que “se plantea rescatar los polos productivos”. Más concreto fue, en cambio, el lanzamiento de una marca de refrescos de la que no se dio ningún detalle pero con la que se “intentará conquistar el mercado ruso”.

En medio de un panorama tan aciago, las autoridades ministeriales se mostraron optimistas, aunque no se sabe qué cuentas han realizado para presentar una perspectiva que no sea la debacle. El ministro, Alberto López Díaz, dijo –de manera farragosa– que se prevé un “crecimiento en la décima parte de las utilidades, en el 26% del aporte al Estado, y en el doble de las producciones cooperadas”. Además, propuso “nueve productos recaudatorios, con potencial para más de 74.000 toneladas, y para reducir el déficit fiscal en las dos quintas partes”.

Mientras, la Isla seguirá importando, en un generoso volumen, desde EE UU. Según el informe publicado por Cuba Trade, en 2024 La Habana gastó 586,5 millones de dólares en sus compras a Estados Unidos, de los que 433,8 millones (el 74%) correspondieron a alimentos y productos de primera necesidad, pollo en su gran mayoría.

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