Drogas y corrupción de jóvenes: la vida de Maradona en Cuba al amparo de Fidel Castro
'América TeVé' entrevista a Mavys Álvarez, quien fue novia del astro argentino con solo 16 años
La Habana/Diego Armando Maradona, quien en el año 2000 anunció que viajaba a Cuba para desintoxicarse de su adicción a la cocaína, tuvo en el régimen castrista a un aliado para sus excesos. Es lo que evidencia el caso de Mavys Álvarez, quien con 16 años tuvo una relación con el astro argentino y cuyo testimonio ha sido recogido por América TeVé.
Drogas, prostitución y relaciones sexuales con menores de edad, algo por lo demás severamente castigado para los cubanos de la Isla, forman parte del catálogo de faltas cometidas por el ídolo del fútbol mundial, siempre al amparo de su protector, Fidel Castro.
"Estuvieron más de una hora convenciéndome de que era importante ayudar a Diego, que era una figura mundial, amigo de Cuba y que estaba deprimido. Y finalmente acepté", recuerda Álvarez sobre el día que fue contactada por un hombre que le propuso "acompañar a Maradona" mientras caminaba por Matanzas, su ciudad natal.
"Al principio pensé que quien me proponía eso estaba loco. Era un cubano. Después supe que era el salvavidas del hotel. En el carro, a unos pasos, nos miraba Carlos Ferro Viera, amigo de Maradona", narra frente a las cámaras.
"Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia"
En su estancia en Cuba acompañaban a Maradona sus padres, su esposa, Claudia Rosana Villafañe, su manager, Guillermo Esteban Cóppola, y su médico personal, Alfredo Cahe.
El futbolista siguió volviendo a la Isla durante largos períodos a lo largo de cinco años, tiempo en el que profundizó su relación con Álvarez, a quien conquistó con lujos prohibidos en ese entonces para los cubanos, como cenar en restaurantes en dólares o visitar discotecas y hoteles. "Conversó mucho conmigo y me dio confianza. Me cayó bien. Nunca se propasó. Me invitó junto a mi familia al día siguiente a cenar al palacio Dupont", rememora Álvarez sobre el día en que conoció al argentino, con 16 años, que en Cuba se considera legalmente mayoría de edad.
"Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia", confiesa la mujer, que en la actualidad reside en EE UU y aseguró que en aquel entonces no ejercía la prostitución.
Al poco tiempo Maradona la llevó a vivir en La Pradera, un Centro Internacional de Salud donde el régimen cubano le había habilitado dos casas: una para él y otra para su séquito de amigos. "Mi mamá no lo tomó nada bien. Tampoco mi papá. Pero a esa edad uno suele ser muy rebelde y no tener en cuenta el criterio de los padres".
A partir del instante en que decide irse con el argentino, la relación cambia. "La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer (...) Nunca imaginé que después me metería en las drogas y de las que me costó tanto trabajo salir".
"La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer (...) Nunca imaginé que después me metería en las drogas y de las que me costó tanto trabajo salir"
Álvarez afirma que no contó antes su historia porque "tenía miedo de que hubiera alguna represión de parte de Maradona o del Gobierno de Cuba", pero que al cabo de los años asegura sentirse avergonzada de sí misma, por "saber que tenía 16 años" y ser "parte de todo eso".
Diego Armando Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años de un paro cardíaco en Buenos Aires, el mismo día pero cuatro años después que su amigo Fidel Castro.
Sobre los años que vivió en Cuba, contó en una entrevista al canal deportivo TyC Sports que Castro lo "llamaba a las dos de la mañana para hablar de política, o de deporte, o de lo que se diera en el mundo". "El número uno de los revolucionarios fue el Che, con Fidel a la cabeza. Yo vengo en el pelotón de atrás", agregó.
"Él me habló muchísimo de la droga, me habló muchísimo de recuperaciones, me habló de que podía y pude. Y estoy aquí, hablando de él y lamentablemente hace tres años, quizás en el inconsciente mío, me fui a despedir", contó el exfutbolista.
Con una vida de excesos a sus espaldas y varios tratamientos para alejarse de la adicción a las drogas, Maradona había pasado los últimos años de su vida entre escándalos y contratos para asesorar equipos de fútbol en varios países.
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