El consumo de droga crece en Cuba

La Habana/El decomiso en 2014 de cerca de 40 toneladas de drogas en los puertos y aeropuertos cubanos desmiente el añejo discurso oficial, que presentó durante décadas el narcotráfico como un fenómeno lejano, característico del "corrupto mundo capitalista". La prensa oficial se vanagloriaba de que la Isla no fuera usada como puente para introducir estupefacientes en otros países.

Sin embargo, ya desde los años noventa, algunos estudios académicos y reportajes periodísticos empezaron a hablar en términos más realistas sobre la adicción y el consumo nacional de sustancias prohibidas.

El pasado octubre, el Noticiero estelar de la televisión cubana publicó un reportaje realizado en el aeropuerto internacional José Martí en el que se mostraban las técnicas utilizadas en la aduana para detectar la entrada de drogas y en el que se informaba de la detección de al menos 40 casos de intento de tráfico de drogas a través de la frontera hasta mediados de octubre.

El reportaje llegaba días después de que la prensa independiente se hiciera eco de una información publicada por la Aduana de la República que reflejaba el caso de un pasajero que trasladaba a la Isla "una determinada cantidad de droga de forma ingerida, la cual estaba destinada al mercado interno de consumo". Esa breve frase concentraba el reconocimiento de la existencia de dos problemas dentro de Cuba: el consumo interno y el uso de "mulas" para el transporte de las sustancias.

El informe de la Aduana, realizado por Moraima Rodríguez Nuviola, jefa del Departamento de Análisis de esa entidad, añade otras cifras. Entre enero y noviembre de 2014, el sistema de enfrentamiento a la droga en frontera descubrió por la vía aérea, marítima y postal 38.843 kilogramos de drogas, de ellos 36.587 de cocaína, 2.224 de marihuana y 0.032 de cannabinoides.

El sistema de enfrentamiento a la droga en frontera descubrió hasta noviembre 36.587 kilos de cocaína y 2.224 de marihuana

La Aduana cuenta ahora con 110 unidades de perros amaestrados en encontrar no solo explosivos sino también drogas. Modernos equipos de Rayos X para el puerto del Mariel, junto a otros medios técnicos de control que se han instalado o se instalaran próximamente en todos los aeropuertos internacionales del país. Entre ellos, el bodyscan intracorporal, que se emplea para saber si una persona tiene droga ingerida, o el bodyscan extracorporal, para ver si hay contrabando adosado al cuerpo.

El reconocimiento oficial de la existencia de un mercado interior de consumo de drogas se ha reflejado en la televisión oficial a través de señales como la aparición de un mensaje anunciando una línea telefónica de ayuda a los adictos o la introducción en los guiones de casos contra redes que distribuyen cocaína, crack y cualquier otra sustancia. Los programas de asesoría psicológica han empezado a incluir consejos a los familiares que conviven con adictos.

El incremento del turismo y la nueva capacidad económica de algunos sectores de la población serían las principales causas del presunto aumento de consumo de drogas. Mientras, el nuevo discurso oficial sugiere que, en la medida en que el país se va pareciendo al resto del mundo, estos fenómenos se hacen inevitables.

Tras el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, la lucha para detener el tráfico de droga podría convertirse en un otro sector de cooperación entre los dos países, ya que la Isla se diferencia de la mayoría de sus vecinos por no ser un importante punto en la circulación de estupefacientes.

"No creo que el Gobierno cubano quiera ser un centro para los traficantes de droga", ha asegurado Barry McCaffrey, un funcionario del servicio antidrogas de la Casa Blanca durante la administración Clinton, en declaraciones al diario The Washington Post. McCaffrey ha asegurado que ya en ese entonces había "todo tipo de comunicación entre EE UU y la Isla" en este sector, aunque no fuera "una cooperación perfecta".