El economista Pavel Vidal ve difícil el éxito de una tasa de cambio flotante en Cuba

Se necesita cumplir con cinco factores, entre ellos el "acceso sin restricciones a dólares, euros y otras monedas internacionales”

"Las medidas aisladas y fragmentadas no son suficientes en ningún ámbito, y el sistema cambiario no es la excepción”, dice el economista Pavel Vidal.
"Las medidas aisladas y fragmentadas no son suficientes en ningún ámbito, y el sistema cambiario no es la excepción”, dice el economista Pavel Vidal. / Facebook/Cadeca - Casas de Cambio
14ymedio

10 de enero 2025 - 22:39

Madrid/Dadas las condiciones económicas de Cuba, es difícil que la propuesta de establecer una tasa de cambio flotante anunciada por el primer ministro, Manuel Marrero, ante el Parlamento el pasado diciembre, logre el propósito de “ordenar” el sistema cambiario, hoy mayoritariamente en manos del mercado irregular. Es, a grandes rasgos, lo que se desprende del informe publicado este viernes por el Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), de El Toque, y firmado por el economista cubano Pavel Vidal.

El especialista, profesor en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali (Colombia), duda de la viabilidad de la medida “en el contexto de la crisis económica actual” y pone en cuestión que con ella vaya a desaparecer el mercado informal de divisas. Tal y como advierte, “la formalización del mercado cambiario no significa que el Gobierno pueda manipular la tasa de cambio arbitrariamente”. Si lo hiciera, si el Estado “intentara influir artificialmente en la tasa de cambio, especialmente en el sentido de una apreciación, se generaría un severo golpe a la credibilidad del sistema, afectando su operatividad y sostenibilidad, y no se lograría el objetivo” de ser sustituto del mercado irregular.

Para empezar, el día cero, analiza Vidal, “lo más probable es que se establezca una tasa cercana a la del mercado informal para atraer a los actores que operan en él” –335 pesos por 1 dólar este viernes–. ¿Cuáles serán los criterios y fuentes de información para mover la tasa de cambio diariamente?, se pregunta también el experto, que responde: “En economías de mercado, la competencia entre bancos y casas de cambio permite reflejar los movimientos de oferta y demanda en tiempo real, pero en Cuba, donde el monopolio del mercado cambiario formal seguirá en manos del Estado, se requieren reglas claras y transparentes de la fórmula que se empleará para ajustar la tasa diariamente”.

El especialista duda de la viabilidad de la medida “en el contexto de la crisis económica actual” y pone en cuestión que vaya a desaparecer el mercado informal de divisas

Otra cuestión sin dirimir es si permitirán a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) participar en el nuevo mercado de divisas –sobre lo que no se ha pronunciado el Gobierno–, lo cual sí sería, para el doctor en Economía, “un cambio significativo respecto al sistema actual y crucial para lograr la formalización de sus operaciones”. 

Para que la tasa flotante tenga éxito, en suma, tendrían que darse cinco factores difíciles de conseguir en la Isla. El primero, un mejor escenario macroeconómico. “Dado que los recientes anuncios de política cambiaria no han sido acompañados por la presentación de un programa de estabilización macroeconómica, ni se distingue una voluntad política para aplicar reformas estructurales de peso, es poco probable que exista un escenario cómodo para la sustitución del mercado informal de divisas”, estima Vidal.

El experto recuerda precisamente que si el Gobierno cubano logró, a mediados de los años 90, durante el Período Especial, sustituir el mercado de divisas informal por transacciones en las Casas de Cambio (Cadeca), fue porque “en paralelo se produjo un ajuste fiscal significativo y se introdujeron reformas estructurales importantes en su momento, como la apertura a las remesas, al trabajo por cuenta propia y a las inversiones extranjeras”, además de “una reforma del sistema bancario y financiero”.

En este punto, dice también que “no se esperan mejoras significativas en las condiciones internacionales que puedan favorecer el desempeño de la economía cubana” y que, por el contrario, la inminente Administración de Donald Trump en EE UU augura “un nuevo escalamiento de las sanciones económicas que empeoren aún más las restricciones de balanza de pagos y las condiciones financieras externas”.

“Cuba no es miembro de las principales instituciones financieras multilaterales internacionales ni cuenta con financiamiento para aplicar la reforma cambiaria”, añade el economista. “La participación en los Brics [economías emergentes] no se conoce que de momento vaya a repercutir en un relajamiento de las condiciones financieras externas para la economía cubana”.

“Cuba no es miembro de las principales instituciones financieras multilaterales internacionales ni cuenta con financiamiento para aplicar la reforma cambiaria”, añade el economista

Un segundo factor que tener en cuenta es que el mercado informal de divisas en Cuba “se ha consolidado en esta década como un mecanismo que permite suplir la demanda de divisas que el mercado oficial no logra satisfacer”. Un objetivo factible, propone Vidal, “sería intentar trasladar la oferta y demanda de divisas de la población y las empresas privadas a las casas de cambio y a los bancos ofreciendo seguridad, una tasa de cambio flexible y realista”, así como acceder “sin restricciones a dólares, euros y otras monedas internacionales”.

Sin embargo, el especialista duda que esto se dé. Por el contrario, “es muy probable que el Gobierno equivoque las funciones de un mercado cambiario formalizado e intente utilizarlo como un mecanismo de recaudación y desplazamiento de los usos de las divisas”.

Un tercer aspecto que no se cumple en la Isla y que sería “esencial para manejar la flotación de la tasa de cambio con criterios técnicos y económicos” es la autonomía del Banco Central, pues “una interferencia política podría afectar negativamente la coherencia de los movimientos de la tasa formal”.

Como cuarto factor de éxito para la tasa de cambio flotante –“en principio, una medida positiva”, insiste– expone que debe darse como parte de “una estrategia integral que tenga en la mira la unificación cambiaria y la convertibilidad de la moneda nacional”. Y alerta: “Las medidas aisladas y fragmentadas no son suficientes en ningún ámbito, y el sistema cambiario no es la excepción”.

También es imprescindible que, además de la tasa de cambio flotante en las Cadeca y los bancos para las operaciones con la población, “es imprescindible corregir la tasa de cambio oficial [24 pesos por 1 dólar] que se aplica a las empresas estatales”. Muchas de estas, describe el experto, operan como “empresas zombis”, “sobreviviendo gracias a subsidios y a la sobrevaloración de la tasa de cambio oficial” y sin generar riqueza.

El quinto y último aspecto que pone sobre la mesa Vidal es la débil capacidad logística y tecnológica del país. “Sin una infraestructura eficiente, las limitaciones operativas seguirán desviando a los usuarios hacia el mercado informal”, concluye el profesor.

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