EE UU exige al régimen cubano la devolución de un terrorista que Fidel Castro asiló en 1988
Marco Rubio y otras autoridades piden que se haga justicia con William Morales, responsable del atentado a la Taberna Fraunces en Nueva York
La Habana/Los responsables de un atentado perpetrado hace 50 años por una organización terrorista puertorriqueña en la histórica Taberna Fraunces de Nueva York viven aún en Cuba. Este viernes, varias autoridades estadounidenses –incluyendo el secretario de Estado, Marco Rubio, y la Embajada de EE UU en La Habana– exigieron al régimen entregar a los fugitivos.
El 24 de enero de 1975, miembros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional Puertorriqueña (Faln) detonaron una bomba en el edificio –hoy museo y restaurante–, cuya explosión dejó más de 50 heridos y causó la muerte de cuatro personas: Alejandro Berger, Frank Connor, James Gezork y Harold Sherburne.
Rubio recordó el nombre de las víctimas en un comunicado oficial por el 50 aniversario del atentado y dijo que “hasta el día de hoy”, el régimen protege a los responsables, además de a otros “fugitivos y terroristas” buscados por EE UU. En el texto, el secretario de Estado señala en particular a William Morales, cabecilla del grupo terrorista a quien “el dictador Fidel Castro brindó un refugio seguro”, en 1988.
“Hoy, recordamos las vidas perdidas en ese día trágico”, señaló Rubio. “También debemos comprometernos una vez más a exigir que los fugitivos buscados por EE UU y bajo la protección del régimen cubano sean llevados ante la Justicia. Le debemos a las víctimas y al pueblo estadounidense nuestro compromiso irrestricto de pedir cuentas al régimen cubano”.
El atentado en la taberna Fraunces, añadió el jefe de la diplomacia de EE UU, es un recuerdo del “impacto devastador del terrorismo y del dolor que inflige a las familias y comunidades”. Por su parte, la Embajada en La Habana suscribió y reprodujo el mensaje de Rubio.
El pasado mayo, cuando la Administración de Joe Biden decidió retirar a Cuba de la lista de los países que no colaboran con los esfuerzos de Washington para erradicar el terrorismo, Joe Connor, hijo de una de las víctimas, pidió a su Gobierno reconsiderar la decisión. “Mi padre fue asesinado por terroristas patrocinados por Cuba”, le escribió al entonces secretario de Estado, Antony Blinken.
“Traigo este asunto a su atención para que el Gobierno de Estados Unidos tome las medidas necesarias para que este terrorista condenado fugitivo sea devuelto a una prisión estadounidense para cumplir su pena. Le agradezco de antemano el regreso de Morales”, dijo. La extradición “proporcionaría un cierto cierre a esta herida abierta que nuestra familia ha sufrido todos estos años”, añadió.
Justo antes de dejar la Casa Blanca, Biden acabó sacando a Cuba de otra lista, más relevante: la de países patrocinadores del terrorismo. Revertir esa decisión fue una de las primeras medidas del recién investido presidente Donald Trump.
Connor, junto a los hijos de las demás víctimas, participó este viernes en un homenaje en Nueva York. Allí, Connor recordó que el sitio escogido para el ataque no fue fortuito: allí tuvo lugar el banquete donde el general George Washington negoció la paz con los británicos tras la Guerra de Independencia, en 1776.
Allí también ofreció el prócer un banquete para sus soldados, “hijos de la libertad”, dijo Connor. Este es el tipo de simbolismo que las Faln no podían tolerar, dijo el hombre, que volvió a reclamar una negociación para la captura de Morales.
Nacido en Nueva York en 1950, Morales fue detenido en 1979 por posesión de explosivos y logró escapar, primero a México, desde donde viajó a Cuba. Se le atribuye la confección de todas las bombas que usó el Faln durante su actividad. De hecho, perdió un ojo y nueve dedos durante la detonación involuntaria de una bomba de tiempo en su propia casa. Lo sentenciaron a 99 años de prisión, pero escapó gracias a un médico miembro de una organización comunista.
El FBI y otras agencias, recordó Rubio, intentaron en vano dar con el terrorista, que se había implicado en otros atentados durante los años 70. Cuando intentaron arrestarlo en Puebla (México), antes de su fuga a La Habana, murieron dos policías. En la capital cubana se casó y tuvo hijos, aunque no se conocen más detalles sobre su vida actual.
La Administración de Bill Clinton le negó la amnistía que solicitó en 1997 y tampoco volvió a EE UU tras la restauración de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, cuando varios medios auguraron que tanto él como la terrorista Assata Shakur –ex miembro del Black Liberation Army– serían entregados a La Habana.
El FBI ofrece 100.000 dólares a quien brinde información que contribuya a su captura.