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Una empresa vietnamita intenta frenar el derrumbe de la producción arrocera cubana

Agri Vma, instalada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, comienza en octubre un programa experimental de siembra con semillas híbridas

La producción arrocera de Cienfuegos cayó casi un 98% en cinco años. / El Artemiseño

26 de septiembre 2024 - 14:44

Madrid/Cuba vuelve a buscar en Vietnam el socio preferente para incrementar la producción de arroz. Coincidiendo con la llegada, la noche del miércoles, del presidente y secretario general del Partido Comunista, To Lam, la prensa oficial ha anunciado el inicio de un programa experimental de siembra con semillas híbridas procedentes del país asiático. 

La responsabilidad, en este caso, viene de una empresa privada que dona la cosecha a Cuba. Se trata de Agri Vma, una de las cinco compañías vietnamitas instaladas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel. La firma –perteneciente al grupo Fujinuco– llegó a Cuba con una inversión inicial de 21 millones de dólares a principios de 2023 y su negocio está centrado fundamentalmente en la alimentación animal, la cría de cerdos y otros tipos de ganado y las aves de corral. 

No obstante, desde el primer día declaró su intención de “importar y comercializar materias primas, insumos y tecnologías relacionadas con la producción agrícola”. En su página web define como objetivo “alimentar el futuro con calidad y sostenibilidad” y, aunque el apartado dedicado a las semillas de arroz aún no tiene contenido, cabe suponer que estará a la venta en adelante, como el de maíz.

Nguyen Thi Thom, directora de la empresa, contó este miércoles a Granma que la primera inversión se desarrollará con el Grupo Agroforestal de Mayabeque, en la Finca Pellejero (Güines). Allí habrá una etapa de siembra de 1.500 hectáreas de las que se espera un rendimiento promedio de siete toneladas por hectárea.

“Realizaremos un intercambio sobre las técnicas aplicadas en el campo, y proporcionaremos atención técnica para asegurar el éxito”, añadió la directiva. La intención es continuar después con la semilla habitual, plantando 15.000 hectáreas en toda la Isla a partir de noviembre, cuando comienza la campaña del frío. “Esta cosecha, al igual que la anterior, será donada a la patria cubana”, remató.

“Esta cosecha, al igual que la anterior, será donada a la patria cubana”, remató

La semilla híbrida se ha adaptado muy bien al suelo cubano en una prueba que se ha realizado antes del despliegue, según William Nieblas Rivas, productor responsable de la finca de Güines. “Los vietnamitas no conocían nuestras tierras y nosotros no conocíamos sus semillas”, dijo.

La afirmación peca de inexactitud. Los vietnamitas llevan más de dos décadas presentes en Cuba para cooperar con el cultivo del arroz. La colaboración se inició con la firma de un acuerdo en 2002 –Proyecto de Cooperación Vietnam-Cuba– en virtud del cual el país asiático enviaba especialistas a la Isla con el fin de introducir mejoras en todos los ámbitos, desde la siembra, la semilla, la investigación, los productos fitosanitarios o la maquinaria, entre muchos otros. 

Según la propia prensa oficial, en 2018 había expertos vietnamitas en las 12 empresas arroceras del país y la producción marchaba todo lo bien que podía ir. En 2017, Cuba produjo 255.000 toneladas de arroz, de las que 197.000 fueron para la canasta, lo que permitió a las autoridades prever 283.000 toneladas para 2018 en lo que calificaron de “expansión escalonada”.

“Aunque existe clara conciencia de que esas cifras aún andan lejos de lo que necesita la nación para cubrir su demanda –todavía debemos importar volúmenes anuales de 400.000 toneladas– se trabaja para cosechar 600.000 toneladas anuales en Cuba, entre el 2023 y el 2025, cifra perfectamente alcanzable”, dijo el entonces director de la división arrocera del  Grupo Empresarial Agrícola. La cifra planificada para la cosecha de este 2024 es un golpe de realidad: 100.000 toneladas. Y nada invita a pensar que se pueda cumplir remotamente. Solo en Cienfuegos, la producción de arroz cayó casi un 98% entre 2018 y 2023.

Una de las fincas estrella del proyecto cubano-vietnamita se ubicaba en La Sierpe, Sancti Spíritus, donde ni la pandemia ni el “recrudecimiento del bloqueo” parecían haber afectado en 2021, cuando la prensa oficial le dedicó un elogioso artículo destacando que, en medio de las dificultades del sector arrocero en la Isla, allí había una fortaleza.

“En una campaña signada por escaseces de todo tipo, Sur del Jíbaro alcanza rendimientos que parecieran de los tiempos de vacas gordas en el cultivo del arroz: 5,3 toneladas por hectárea en la campaña de frío y hasta siete toneladas en las áreas de semilla, algo que no pronosticaron ni siquiera los tasadores más optimistas”, rezaba Granma

“Se fue de sus cabales apenas puso los pies en el terraplén y descubrió a un trabajador de la unidad que se encontraba pintando con lechada de cal el muro de una alcantarilla”

En el texto había un destello de la desgracia posterior. Houng Tran Xuan, un técnico vietnamita presente durante la visita del reportero “se fue de sus cabales apenas puso los pies en el terraplén y descubrió a un trabajador de la unidad que se encontraba pintando con lechada de cal el muro de una alcantarilla”. Preguntado por el periodista, el traductor puso al descubierto la escena: “Dice que las alcantarillas no se pintan, que, en vez de estar perdiendo el tiempo en eso, debiera estar limpiándola y sacando la tierra acumulada en el cauce para que el agua pueda circular mejor”.

En 2023, los vecinos de La Sierpe contaron a este diario la súbita salida de los vietnamitas “cansados de la ineficiencia cubana”. "Llegaron hace 20 años pero se cansaron, porque esto era peor que arar en el mar, era arar en la ineficiencia", reveló un agricultor, aunque la puntilla la dio la falta de combustible, del que los expertos asiáticos exigían una cuota para poder mantener la producción. Un año más tarde, la cosecha se había derrumbado un 62% en esa empresa.

Vietnam ha seguido renovando acuerdos de cooperación con Cuba de manera regular, así como enviando donativos de arroz que resultan ínfimos para las necesidades del país, cuyo consumo anual doméstico se estimaba antes del éxodo masivo de los últimos dos años en 700.000 toneladas. Este abril, el viceprimer ministro Tran Luu Quang visitó la Isla y prometió asegurar el arroz de manera estable a la Isla. A cambio, se llevó el compromiso de Miguel Díaz-Canel de crear “condiciones favorables para los negocios e inversiones de empresas vietnamitas”. 

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