Encandilados por Cuba, los empresarios argentinos prometen inversiones
Díaz-Canel se reúne con emprendedores en Buenos Aires sin que saliera a relucir la crisis que vive la Isla en casi todos los sectores
La Habana/Más turismo, inversiones en el sector alimentario y la apertura de una cadena de supermercados son las promesas de un grupo de empresarios argentinos a Miguel Díaz-Canel. La reunión, en un pequeño salón de Buenos Aires, transcurrió el pasado lunes sin que se mencionara la crisis que vive la Isla en casi todos los sectores ni la deuda millonaria que el Estado cubano tiene con Argentina.
Díaz-Canel, en compañía del canciller, Bruno Rodríguez, el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, y otros funcionarios, estaba seguro de lo que podía pedir a los empresarios, cuya respuesta fue de un optimismo absoluto sobre las posibilidades de negocios en la Isla.
La propuesta más ambiciosa fue la del empresario Hipólito Benzo, presidente de la compañía Trading Sur, quien garantizó la implementación de tres proyectos: uno relacionado con la producción, otro en acuerdo con el ministerio cubano de Comercio Interior para lanzar "una cadena de supermercados mayoristas" y un tercero para la elaboración de alimentos para consumo animal.
"Hay cinco personas de nuestro grupo analizando las tierras, los climas, las semillas, para ver cómo podemos hacer para ayudarlos a producir", expuso Benzo. En cuanto a la comida para animales, aseguró que ya había enviado a la Isla "la primera carga de maíz y de harinas". La delegación cubana comentó, a su vez, que deseaba crear las condiciones para "exportar producciones propias".
La visión idílica de las condiciones de Cuba también fue defendida por el argentino Jorge Neme, secretario de Planificación del Desarrollo y Competitividad Federal, que expuso una relación de "ida y vuelta" con respecto a la producción y comercio de alimentos entre Cuba y Argentina.
"La Isla tiene condiciones propicias para el desarrollo de un conjunto de cultivos que para nosotros son muy complicados. Estamos hablando de frutas tropicales, de productos que aquí no tenemos la tierra ni las condiciones para producir"
"La Isla tiene condiciones propicias para el desarrollo de un conjunto de cultivos que para nosotros son muy complicados. Estamos hablando de frutas tropicales, de productos que aquí no tenemos la tierra ni las condiciones para producir", indicó Neme.
En cuanto al turismo se pronunció Claudio Palacios, director de la agencia turística Julià Tours Argentina. "Los turistas argentinos añoran volver a Cuba a disfrutar de sus playas. La gente repite el destino Cuba en sus vacaciones [por tener] las mejores playas del mundo y una gente maravillosa", dijo Palacios a Díaz-Canel.
El mandatario dijo tener la "convicción" de que los negocios podrían "consolidarse", pero evitó hacer promesas innecesarias a los argentinos, a quienes llamó "amigos y hermanos".
Díaz-Canel achacó la falta de cooperación entre ambos países desde 2019, fecha de su primer encuentro con empresarios argentinos, a la pandemia de coronavirus, al "bloqueo" de EE UU y a la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, lo cual complicó las transacciones y firma de contratos.
El mandatario cubano, presente en la capital argentina para la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), asistió a la reunión a pesar de las críticas contra la participación de los Gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Tanto Nicolás Maduro como Daniel Ortega optaron por no ir.
El retorno de Díaz-Canel a Argentina trajo nuevamente a debate el tema de la ya histórica deuda entre ambos Estados. Desde 1974 La Habana debe una cantidad que, tras décadas de intereses acumulados y penalidades por el retraso, algunos economistas estiman en 15.000 millones de dólares.
El monto inicial, un préstamo solicitado por Fidel Castro hace cincuenta años, ha sido demandado por varias administraciones argentinas, incluyendo la de Fernández, sin reacción alguna por parte del Gobierno cubano.
A pesar de la cordialidad actual entre ambos mandatarios, Fernández quiso cobrar la deuda en 2020, al inicio de su mandato, pero La Habana hizo caso omiso.
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