Encendido debate en el Congreso de Honduras contra un tratado aéreo con Cuba
"No queremos que nuestro país se convierta en espacio abierto al tráfico de drogas y de migrantes"
La Habana/El Congreso de Honduras puso en tela de juicio este viernes el tratado aéreo con Cuba que pretendía implementar el Ejecutivo de Xiomara Castro, afín al régimen de La Habana. La principal reticencia de los diputados para aprobar el documento es la posibilidad de que a Tegucigalpa vuelen no solo aviones comerciales y de carga, sino también militares.
En un encendido debate, los líderes de los principales partidos discutieron además las implicaciones políticas del tratado –presentado el pasado 12 de julio y suscrito en La Habana en noviembre de 2023 por el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila–, que interpretan como un paso más de acercamiento a La Habana por parte de Castro.
“¿Qué ganaría Honduras?”, preguntó el diputado Nelson Márquez, en una intervención recogida por el diario El Heraldo. “En realidad no estaría ganando mucho nuestro país, porque no va haber generación de divisas, los cubanos no tienen las posibilidades económicas de decir que van a venir a hacer turismo”.
Otros diputados han sido más radicales en su crítica. “A los comunistas, ni un centímetro de espacio aéreo”, insistió el político Toño Rivera. “No queremos que Honduras se convierta en espacio abierto al tráfico de drogas y de migrantes”.
El plan de Castro, según los periódicos locales, no solo ha despertado “alarmas” en la oposición, sino también numerosas “dudas” entre los seguidores de Castro. El argumento del Ejecutivo es que abrir rutas aéreas fomentará el turismo y traerá beneficios económicos para el país, una justificación endeble dada la crisis en todos los sectores que atraviesa la Isla.
Otros diputados han sido más radicales en su crítica. “A los comunistas, ni un centímetro de espacio aéreo”
La oposición subraya que el tratado prevé el arribo o la escala de “aviones no comerciales”, una fórmula que existe en el documento que rige las relaciones aéreas entre Nicaragua y La Habana, y que posibilita el movimiento de aeronaves militares y de otro tipo. Otros partidos, que todavía no tienen una opinión clara sobre el documento, pidieron al Congreso tiempo para consultar a los operadores aéreos de Honduras y analizar pros y contras.
El documento prevé cuatro servicios entre ambos países: el derecho de realizar vuelos a través de los espacios aéreos de Cuba y Honduras sin tener que aterrizar; el derecho a escala en ambos territorios “con fines no comerciales” –el inciso más polémico–; el derecho de operar servicios aéreos internacionales en rutas que figuren en el Anexo del tratado; y el derecho a realizar escalas en puntos autorizados por ambas partes.
El Partido Nacional, que se opone al acuerdo, exige más claridad sobre las atribuciones que el texto ofrece a La Habana y una lista de beneficios para Honduras. Piden que se aporten estadísticas para saber cuántos hondureños viajan a la Isla para hacer turismo, para así calibrar mejor la pertinencia del acuerdo.
Algunos ofrecieron argumentos idílicos a favor del acuerdo, como el deseo de que los cubanos fueran “a visitar las Ruinas de Copán”, lo cual recibió una dura contestación por parte del congresista Antonio Rivera: “¿Queremos una Honduras llena de cubanos? Creería que no y me hago la siguiente pregunta. ¿Van a venir divisas de Cuba hacia Honduras o de Honduras a Cuba, van a venir más cubanos a Honduras o hondureños a Cuba? No comparto que van a venir los cubanos a ver las Ruinas de Copán o a Roatán, no creo que tengan la capacidad. Sí creo que van a ir muchos hondureños a turistear o por razones de salud”.
Otros han planteado que Cuba podría ser un mercado interesante para inversionistas hondureños, “o viceversa”. El diputado Luis Redondo argumentó que la Isla también “es atractiva por su turismo médico, del que –aseguró– hacen uso centenares de hondureños todos los años”. No pocos hondureños viajan a Cuba –haciendo escala en Colombia o Panamá– porque estudian carreras, sobre todo médicas, en la Isla.
Otros han planteado que Cuba podría ser un mercado interesante para inversionistas hondureños, “o viceversa”
La prensa hondureña ha señalado que muchos de los argumentos del partido de Castro son, como mínimo, ingenuos. Honduras, recuerdan, es uno de los países que conforman la ruta de cubanos –y de otros miles de migrantes– hacia la frontera sur de Estados Unidos. Añadieron que huir de la precariedad y la crisis es un punto común entre cubanos y hondureños, y que no hacer mención a esta realidad es un hecho sospechoso por parte del Ejecutivo.
“La izquierda radical decía que no quería que Honduras fuera patio trasero del imperio”, razonó Rivera al final de su intervención. “Parece que esa misma izquierda sí quiere que Honduras sea patio trasero de Cuba, Venezuela, Irán o China”.
El tratado ya se ha enfrentado a dos debates en el Congreso, igual de reticentes, y le espera un tercero próximamente. Además del partido de Xiomara Castro, únicamente la bancada de la Democracia Cristiana –que consta de un solo diputado– ha apoyado el acuerdo.