Se enciende y se apaga la refinería de La Habana en un intento de producir combustible
A poca distancia de la Ñico López sigue anclado el buque 'LPG Emilia', que fue construido para transportar gas licuado de petróleo
La Habana/Las intensas llamaradas que salían, la noche de este viernes, de la torre de la refinería Ñico López, en la bahía de La Habana, daban la impresión de que se había reiniciado la producción de combustible. La alegría de los miles de cubanos en las colas de las gasolineras duró poco: en la madrugada de este sábado, la antorcha de la planta volvió a apagarse.
Desde la Redacción de 14ymedio, al atardecer del viernes, se divisaba una llama más potente que de costumbre en la Ñico López, lo cual sugería que las instalaciones estaban procesando el crudo que llegó en varios tanqueros de México y Venezuela. A poca distancia de la refinería, sigue anclado el LPG Emilia, que fue construido para transportar gas licuado de petróleo.
Otro signo de que a La Habana llegó un suministro de combustible en días pasados es la humareda, más intensa desde el viernes, que emiten las chimeneas de la central flotante contratada a la compañía turca Karpowership. Los habaneros se han acostumbrado a que la dañina columna de humo que sale de la patana significa que los apagones darán una tregua. El impacto medioambiental de la actividad de esas centrales flotantes, no obstante, pasará cuenta al ecosistema de la bahía, como ya han advertido varias previsiones.
Sería lógico que, si bien intermitente, el refinamiento de crudo en la Ñico López alivie, aunque sea de forma temporal, la escasez de combustible de las gasolineras de la capital
Sería lógico que, si bien intermitente, el refinamiento de crudo en la Ñico López alivie, aunque sea de forma temporal, la escasez de combustible de las gasolineras de la capital. Hace solo un día, la crisis daba señales de haber llegado a un punto muerto: el cierre de importantes instituciones culturales "por ahorro energético", las calles sin un solo automóvil y las paradas llenas de gente, a la espera de una guagua que no llega o pasa repleta.
Según señala el especialista de la Universidad de Texas Jorge Piñón a este diario, la planta de La Habana debería estar procesando al menos 22.000 barriles de crudo por día, una cantidad que –a juzgar por el trasiego de petroleros en los puertos de la Isla– no sería imposible de cumplir en las condiciones actuales. Sin embargo, el pasado jueves, como constató un reportero de 14ymedio, la antorcha de la refinería estaba apagada.
A inicios de septiembre, la Ñico López volvió a procesar crudo, después de un año sin funcionar. El arranque fue funesto: un insoportable olor a gas emitido por las instalaciones fue denunciado por miles de habaneros en sus redes sociales. Las quejas obligaron a las autoridades a dar una explicación y la estatal Cuba-Petróleo (Cupet) tuvo que admitir que la peste emanaba de la refinería.
"La operación de la refinería, unido a la calma del aire que ha existido en los últimos días (sobre todo en horas de la madrugada y la mañana), ha ocasionado que los gases, producto de la combustión en la antorcha, generen los olores detectados en algunos repartos de La Habana", aseguró la compañía.
El fallo era injustificado, ya que Cupet había asegurado que sus técnicos "revisaron los sistemas de manipulación de los gases no condensables de desechos, comprobando que los mismos fueran dirigidos a la antorcha o flare para su quema, que es el destino tecnológico que deben recibir".
No obstante, la promesa de "minimizar estos efectos desagradables" no contentó a los habaneros, que siguieron publicando quejas ante la imposibilidad de frenar el mal olor, aún cerrando puertas y ventanas.
Por el momento, Cupet no ha comentado la intermitencia productiva de la Ñico López aunque los aliados energéticos de La Habana, como el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, han asegurado que seguirán ayudando a la Isla "con todo lo que se pueda", incluyendo el envío de petróleo.
Mientras, el discurso del mandatario cubano Miguel Díaz-Canel sigue siendo el de plaza sitiada. En una larga entrevista transmitida en Televisión Cubana, aseguró que al país le faltan divisas, y que usa el poco dinero que tiene para comprar "un poco" de combustible. Sobre el transporte –el sector al que impacta la crisis de manera más notable– dijo que sus empresas estaban "casi quebradas". Eso sí, a pesar del flujo continuo de tanqueros de los que el Gobierno no da la más mínima noticia, Cuba vive, en opinión del mandatario, una cruenta "persecución energética" con el "objetivo malvado" de que el país no tenga combustible.
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