"Los que se enfermaron tuvieron que comprar sus medicamentos con su propio dinero"
Los médicos que quedaban en México regresan a Cuba y denuncian la situación en que los tenían
México/Madrid/Los médicos que quedaban en Veracruz, México, como parte de la misión desplegada en ese país para ayudar a combatir la pandemia de covid llegaron este miércoles a la Isla en un avión militar mexicano, y siguen generando controversia.
Uno de ellos habló con 14ymedio de las condiciones laborales en que los mantenían los jefes de la brigada, que incluso les advirtieron de que no podían enfermar porque no había medicamentos para ellos. "Los que se enfermaron tuvieron que comprar sus medicamentos con su propio dinero. Los que tenían, porque muchos no teníamos. Nos dieron 660 dólares de estipendio para gastos al llegar en abril y más nada", se queja la fuente, que pidió el anonimato.
Según este sanitario, que trabajó tanto en la Ciudad de México como en Veracruz, las malas prácticas comenzaron desde el principio. "Fue muy difícil los primeros días, porque nos hicieron una programación de guardia de 24 a 48 horas". La justificación que les dieron los coordinadores es que ellos trabajaban en Cuba "con esa programación". "Por lo menos en el hospital que me tocó, los coordinadores no permitieron un lugar para descansar en las guardias", refiere el médico.
Esto se contradice con algunos testimonios recabados de doctores mexicanos, quienes aseguran que los cubanos no solo no estaban preparados para las tareas
Esto se contradice con algunos testimonios recabados de doctores mexicanos, quienes aseguran que los cubanos no solo no estaban preparados para las tareas a las que supuestamente venían –algo que se ha repetido en el caso de otros destinos, como Andorra o Martinica– sino que trabajaban menos que ellos.
"Iban por turnos de unos 10 médicos, de ocho a tres en la mañana, igual en la tarde y en la noche un poquito menos, pero es el promedio que iban al día, cinco o seis horas", declara un especialista en Medicina Interna de uno de los hospitales donde estuvieron destinados los cubanos en la capital.
En ese centro no acabaron muy contentos con el desempeño de la misión: "Si les pedíamos que tomaran una muestra de sangre, no sabían hacerla y no nos decían que no sabían. Les pedíamos que tomaran la temperatura y se mostraban apáticos. La mayor parte de las veces se iban a un rincón con sus celulares. Hasta que el jefe del departamento les dijo: ¿Saben qué? Muchas gracias, pero no los queremos más aquí".
Los medios locales se hicieron eco en su día de que los gastos de alojamiento y manutención corrieron a cargo del Gobierno mexicano. En concreto, mencionaron que los cubanos se alojaban en el Hotel Imperial del Paseo de la Reforma. El galeno perteneciente a la misión que se sinceró con este diario desmiente que lo que les proporcionaron tuviera la mínima calidad. "La comida siempre fue mala, tanto en el hospital como en los hoteles, y las llevaban muchas veces echada a perder. Tampoco nos avisaban cuándo llegaba. Otras veces íbamos a almorzar o a cenar y ya se había acabado. Cuando se tiene una cantidad exacta de colaboradores en un hotel y todo programado, ¿cómo es posible que se acabe la comida?", denuncia.
En México trabajaron, desde abril, cerca de 700 cubanos, 585 de ellos en la capital y el resto en Veracruz. En julio regresó un primer grupo a Cuba, mientras que otros se quedaron en algunas ciudades veracruzanas.
La misión estuvo rodeada de polémica y opacidad desde el principio. En junio, la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, reconoció que por la misión, el Instituto Nacional de Salud y Bienestar (Insabi), recién creado por el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, pagó 135 millones de pesos (casi seis millones de dólares), que equivaldrían a unos 8.500 dólares por sanitario.
"¿No sería mejor gastar seis millones de dólares en pruebas que pagárselos al régimen de Fidel Castro?", inquirió entonces en una entrevista radiofónica el periodista Luis Cárdenas. La secretaria respondió que ese pago corresponde a un "convenio amplio de colaboración", que incluye asesoría, intercambio de buenas prácticas, protocolización de procesos, trabajo epidemiológico y comunitario y atención directa. "Están haciendo mal las cuentas", se defendió; "no es un pago directo a un trabajador, sino un conjunto de actividades que se apoyan a través de un convenio con el Insabi".
Y no, no era un pago directo al trabajador. Por lo que contó la fuente anónima a 14ymedio, cada sanitario recibió 660 dólares de estipendio y un total de 1.350 dólares de salario por toda la misión.
En cualquier caso, la información hizo que una docena de asociaciones médicas mexicanas pusieran el grito en el cielo, publicando una carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador en la que protestaban por la contratación de los cubanos, que consideraban "una falta grave en contra de los profesionales de la salud".
Ello iba a acompañado de la denuncia de que estos eran, en su mayoría, médicos generales sin especialidad, algo que fue confirmado por varios doctores a este diario
Ello iba a acompañado de la denuncia de que estos eran, en su mayoría, médicos generales sin especialidad, algo que fue confirmado por varios doctores a este diario. "No aparentan ser especialistas", confirmó un cirujano de Veracruz. "Son médicos generales y algunos dicen ser epidemiólogos. Pero no ayudan en mucho en los hospitales". Él mismo transmitió también las quejas de compañeros suyos, en primera línea covid: "Dos de ellos de más de 60 años son médicos generales que no saben nada de urgencias y hospitalizados"; otra doctora cubana les dijo que ella "iba a aprender". "Desplazan a médicos nacionales y no están preparados para esta contingencia", era la queja generalizada.
Por otra parte, una investigación llevada a cabo por el portal Latinus y publicada el pasado 6 de septiembre reveló que los médicos cubanos trabajaron indocumentados en México: que no existe evidencia de una estancia "regular y documentada" como "tarjetas de residencia temporal, temporal estudiante o permanente" ni documento alguno que compruebe la estancia legal de los trabajadores de la salud en la base de datos del Instituto Nacional de Migración (INM). Tampoco, siquiera, entraron como "visitantes", pues la Dirección de Aeropuertos y Puertos Marítimos y la Dirección de Control y Verificación Migratoria no registraron que llenaran la "forma migratoria múltiple", como lo hace todo turista al llegar al país.
La fuente consultada asegura que sí llevaban visados, aunque confirma que en todos sus trayectos fueron transportados por aviones de la Fuerza Aérea Mexicana.
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