El Estado entra en la batalla por los clasificados
La Habana/Una publicación de clasificados acaba de ver la luz bajo el atractivo nombre de Ofertas y con una tirada que supera los 60.000 ejemplares en todo el país. Este tabloide, que se autodenomina como “el camino seguro” para los anuncios de compra y venta, la difusión de alquileres y servicios privados, puede adquirirse al precio de tres CUP en los estanquillos de la capital desde el pasado viernes. Sin embargo, la calidad y cantidad de las opciones que trae este primer número distan mucho de lo esperado por los lectores.
De sus 16 páginas, apenas una de ellas contiene los ansiados clasificados. El resto se completa con artículos sobre la estética y el diseño, la propiedad industrial, un reportaje sobre la refrescante bebida conocida como pru oriental y enormes anuncios publicitarios de restaurantes o alquiler de vestidos de novias, a la manera de unas páginas amarillas. Sin embargo, "el pollo del arroz con pollo" que deberían ser las casas, computadoras, electrodomésticos o misceláneas en venta son numéricamente pobres y con pocos detalles.
Muy pocos usuarios se han atrevido a colocar junto a la explicación de tamaño, condiciones y ubicación de la vivienda el precio que han estipulado para su venta, evidentemente por el temor a que el Estado se entere en detalles de cuánto ganará con el negocio. Motivados en parte porque la gran diferencia entre el precio real y el que se declara al pagar los impuestos sobre la compra-venta, determina que la gente esconda de los ojos oficiales el monto que recibirá en la operación.
Si pretende ser la competencia de 'Revolico', le falta justamente lo que ha hecho popular a ese sitio digital
Si esta nueva publicación pretende ser la competencia del sitio digital Revolico, entonces le sobran frases de autocomplacencia al estilo de "la primera web .cu dedicada a los clasificados en Cuba" y le falta justamente lo que ha hecho popular a ese sitio digital. A pesar de estar bloqueado en los servidores nacionales, Revolico es una referencia para todo cubano y se distribuye en el paquete de audiovisuales que circula de mano en mano en el mercado ilegal.
Por lo tanto, la competencia es dura para Ofertas, que entra con años de atraso y demasiado tufo estatal. Además, la gente recela de las verdaderas intenciones de un Estado que siempre se ha manifestado en contra de las relaciones comerciales entre individuos y ha quedado mantenido la costumbre de fisgonear en la vida privada de los ciudadanos.
La mayor limitación de Ofertas es que es percibido como un medio del Gobierno que busca a través de sus páginas hacerse con el mercado de los clasificados. Si no logra sacudirse esa “mala letra” con la que ha nacido y demostrar que es una publicación que quiere potenciar el intercambio, relanzar la economía privada y servir de puente entre ciudadanos emprendedores, entonces sólo será un tabloide de muchos colores, decenas de miles ejemplares y un cerco de desconfianza alrededor.