La fábrica de 'rompe pechos' de Holguín apenas cumplió con el 33% de su plan de producción
Actualmente, se pueden llegar a pagar más de 120 pesos por una cajetilla de Criollos
La Habana/En el resto del mundo, el tabaco afecta al coronavirus, pero en Cuba es al revés: el coronavirus ha acabado afectando al tabaco. Según las autoridades, la fábrica que comercializa los cigarros Criollos en Holguín apenas ha podido complir con el 33% de la entrega acordada para el mes de septiembre por problemas derivados de la materia prima importada, pero también por la incidencia que el covid-19 ha tenido en la planta productora.
La escasez ha convertido a esta marca de factura nacional, conocida entre los cubanos por su escasa calidad que le valió el nombre de "rompe pechos", en un objeto de deseo que ha puesto su precio por las nubes. Actualmente, se pueden llegar a pagar más de 120 pesos por una cajetilla.
"El otro día me pararon por la calle para ofrecerme una caja de Criollos y pregunté por cuánto. Me dijeron: '150 pesos'. Y yo le dije: '¿Tú estás loco?'", cuenta Ever. Este habanero, que fuma desde hace unos 20 años, recuerda cuando la denostada marca apenas costaba 7 pesos.
"Por ejemplo, la rueda de cigarrillos Popular la revenden en la calle en 800 y 1.000 pesos y una sola cajetilla de H.Upmann cuesta hasta más de 100"
"Eran de una calidad terrible, estaban mal pegados, manchados, pero eran una solución para quienes trabajábamos en el sector estatal y cobrábamos poco más de 310 pesos", dice.
Los trabajadores del sector privado, con mayor poder adquisitivo, podían permitirse comprar mejores marcas, pero la escasez ha llegado a todos los cigarrillos. La situación mantiene a los fumadores cubanos en alerta permanente en los últimos meses.
Las colas que se forman cada vez que sale a la venta el producto liberado están entre las más conflictivas, según los propios vecinos. Aunque la mayoría de los compradores, más que fumadores, suelen ser revendedores.
"Por ejemplo, la rueda de cigarrillos Popular la revenden en la calle en 800 y 1.000 pesos y una sola cajetilla de H.Upmann cuesta hasta más de 100", contaba a este diario una habanera hace apenas 15 días.
En el caso de los Criollos, cuenta Ever, los precios se han multiplicado en cuestión de días, aunque siguen siendo los más asequibles. "Un día costaban 40 o 50 pesos, al otro estaban ya en 80, luego en 100 y después ya en 120", lamenta. Los de sabores especiales, como los mentolados o de fruto rojo, y los light pueden alcanzar los 350 pesos.
En junio, la venta de cigarros pasó a estar racionada en La Habana, inicialmente limitada a 16 cajetillas por consumidor, que terminaron reduciéndose a la mitad. En aquel momento, lo que faltaba era acetato, una de las materias primas "determinante para el acabado", además de averías en la maquinaria.
La medida se extendió a los pocos días a todo el país y entonces, la titular del Ministerio de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, explicó que, aunque no se trata de un producto que forma parte de la canasta familiar normada, se controlará su venta debido al "déficit de una demanda mensual ascendente a 37 millones de cajetillas" para "evitar acaparamientos".
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