Muere el escritor cubano Eduardo Heras León, "contrarrevolucionario" y leal a Fidel Castro
Fundador del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, recibió el Premio Nacional de Literatura en 2014
La Habana/El escritor, periodista y editor cubano Eduardo Heras León, Premio Nacional de Literatura en 2014, falleció este jueves en La Habana a los 82 años. Fundador del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, fue una de los intelectuales parametrados durante el llamado Quinquenio Gris, a pesar de lo cual siempre defendió a ultranza la política cultural de Fidel Castro.
Heras, conocido desde joven como El Chino, nació en la capital cubana en 1940 y tuvo distintos trabajos hasta que ingresó, en 1958, en la Escuela Normal de Maestros de La Habana, donde participó en distintas conspiraciones contra Fulgencio Batista organizadas por el Movimiento 26 de Julio.
En 1961 se integró como artillero voluntario a las milicias que combatieron en Bahía de Cochinos, un suceso a partir del cual escribió el libro de relatos La guerra tuvo seis nombres (Premio David, 1968). Tras la tensión de los primeros años de la Revolución, Heras comenzó a estudiar periodismo en La Universidad de La Habana y continuó escribiendo cuentos, reunidos luego en Los pasos en la hierba (Mención de Casa de las Américas, 1970), que recibió la desaprobación de la revista El Caimán Barbudo, donde fue acusado de "contrarrevolucionario" en el artículo Otra mención a Los pasos, de Roberto Díaz.
Tras el arresto ejemplarizante del poeta Heberto Padilla por la Seguridad del Estado en 1971, el régimen inició una cacería de brujas contra todos los autores y obras que se apartaban de la ortodoxia ideológica. Desde el Consejo Nacional de Cultura, dirigido por el comisario Luis Pavón, se organizó la defenestración de numerosos intelectuales, entre ellos el propio Heras, cuyos relatos mostraban el "lado humano" y poco heroico de los guerrilleros castristas.
En una entrevista en tono confesional que ofreció al cantautor Amaury Pérez, Heras trató de atenuar el relato de su desesperación durante el Quinquenio Gris
Décadas después, en una entrevista en tono confesional que ofreció al cantautor Amaury Pérez, Heras trató de atenuar el relato de su desesperación durante el Quinquenio Gris, cuando fue expulsado de la carrera de periodismo y enviado a trabajar en una fundición de acero.
Un antiguo colega de Heras en la Escuela de Periodismo de La Habana, evocando su expulsión, contó a 14ymedio que, durante el verano de 1971, el secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas, Arsenio Rogríguez, pasó por las aulas explicando que el escritor "ya no era el candidato de la Escuela para las elecciones de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que había dejado de ser militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y que no sería ya profesor auxiliar. Además, había sido expulsado por contrarrevolucionario". Ante el desacuerdo de varios alumnos, Rodríguez explicó que el anuncio era meramente "una información y no estaba sometido a discusión".
En aquellos años llegó a pensar en el suicidio –usando el revólver que le había regalado Fidel Castro tras su etapa como miliciano– y cifró su experiencia en el volumen Acero, que no fue publicado hasta 1977.
Tras una rehabilitación parcial en 1976, Heras ofició como director de la sección de Narrativa de la recién fundada editorial Letras Cubanas, además de desempeñarse como director del Fondo Editorial de Casa de las Américas y vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Su acercamiento definitivo a Castro se produjo durante el Período Especial, al frente de uno de los cursos televisivos del proyecto Universidad para todos. Allí, Heras dirigió un curso de técnicas narrativas que condujo luego a la creación del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, en la cual recibieron asesoría numerosos narradores de la Isla.
Heras dirigió un curso de técnicas narrativas que condujo luego a la creación del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso
En 2007 se vio envuelto en otra polémica cultural, durante la llamada "guerrita de los emails". Durante la convalecencia de Fidel Castro, que había salido de la arena política el año anterior, y en un clima de tensión política Televisión Cubana emitió varias entrevistas a los comisarios culturales encargados de la parametración de 1971. El debate de cientos de intelectuales y artistas que habían padecido el acoso de personajes como el censor de radio y televisión Jorge Serguera o el propio Pavón hizo saltar las alarmas de la Seguridad del Estado y motivó la traslación de la polémica a un ambiente más "controlado".
Fue precisamente Heras, junto al crítico y editor Desiderio Navarro, además de otras "víctimas" del Quinquenio Gris como Fernando Martínez Heredia y Ambrosio Fornet –autor de la expresión–, los designados para traer el debate hacia la ortodoxia y lavar las manos del régimen, dando por concluida aquella etapa y librando de toda responsabilidad a Fidel Castro.
Las conferencias ofrecidas durante aquellas jornadas fueron reunidas en el volumen La política cultural del período revolucionario: memoria y reflexión (Centro Teórico-Cultural Criterios), que no llegó a ver editado su segundo tomo. Heras dijo entonces que toda su vida, incluidos los episodios vividos en los años setenta, constituían el "testimonio de una lealtad" a la Revolución y a Fidel Castro, de la cual se enorgullecía.
En las últimas dos décadas de su vida, Heras obtuvo numerosas distinciones y medallas otorgadas por el Gobierno cubano, además del Premio Nacional de Edición, en 2001, y el de Literatura, en 2014.
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