Sube a seis el número de muertos por las fuertes lluvias en el oriente de Cuba
La prensa oficial relega a un segundo plano a los fallecidos: dos hombres en Granma, dos en Camagüey, uno en Las Tunas y otro en Santiago de Cuba
Madrid/Seis personas han perdido la vida en Cuba como consecuencia de las fuertes lluvias caídas en los últimos días en el oriente de la Isla, aunque los dos principales medios de prensa oficial han rechazado titular con la noticia. Granma y Cubadebate han preferido reservar la información para el subtítulo y poner en letras grandes Intensas lluvias en el oriente: Evento no típico para el que debemos prepararnos.
La nota ofrece el saldo de los daños que se han producido en cada provincia, antecedidos por numerosos párrafos con las valoraciones de las autoridades, encabezadas por Miguel Díaz-Canel.
Los fallecidos son dos hombres en Granma, dos en Camagüey, uno en Las Tunas y otro en Santiago de Cuba. Las únicas identidades que han trascendido por el momento son las de las víctimas de Camagüey. Uno de ellos es José Vásquez Olivar, de 56 años, residente en la localidad de Senado, en Minas; que murió ahogado y fue encontrado en la Presa Máximo.
El otro es Ramón Varona Leyva, de 67 y originario de Haití, en Santa Cruz del Sur, cuyo fallecimiento está siendo aún investigado.
En cuanto a los daños materiales, el balance es desastroso, con Granma a la cabeza, donde hay más de 9.000 personas afectadas. También sufrieron desperfectos 145 viviendas y 118 "facilidades temporales", como denomina el Gobierno a las precarias construcciones que levanta tras el paso de algún desastre con el objetivo de alojar de manera provisional a los afectados, pero cuya vida útil termina alargándose eternamente.
Los municipios más perjudicados fueron Jiguaní (donde residía uno de los fallecidos), Yara, Manzanillo, Media Luna y Niquero. Además, 105 comunidades quedaron aisladas –de las que 10 continúan en esa situación–, 91 por la crecida de los ríos y 14 por deslizamientos de tierra, afectando a 18.585 personas
Las lluvias, que han llenado los embalses hasta un 95%, dañaron carreteras y vías ferroviarias; pero, sobre todo, dejaron sin agua a 125 comunidades en las que residen casi 85.000 personas y aún están sin servicio eléctrico cerca de 1.700 clientes. Por último, 4.795 hectáreas sufrieron las inundaciones y se prevé sembrar unas 2.000 de productos de ciclo corto para intentar paliar el desastre.
En Camagüey, además de los dos fallecidos, se cuantificaron daños totales y parciales en 550 viviendas, 860 hectáreas de cultivos y 4.503 de caña; y casi 90 kilómetros de carreteras. En cambio los problemas del servicio eléctrico ya se han resuelto para todos los hogares.
Lo mismo ocurre en Las Tunas, donde además de resolverse las averías de luz y telecomunicaciones ya han podido regresar a sus casas los más de 1.500 evacuados. 76 comunidades se inundaron y el mismo número de viviendas tiene daños totales o parciales, pero hay más de mil inundadas. Además, 1.175 hectáreas se han echado a perder.
Holguín no ha tenido que lamentar la pérdida de vidas humanas, al menos que haya trascendido hasta la fecha, pero más de mil personas fueron evacuadas –de las que 200 aún están albergadas–, en torno a mil hectáreas están afectadas y hay unas 224 viviendas con daños. Las principales precipitaciones ocurrieron en los municipios de Cueto y Mayarí. Por último, se informó de un fallecido en Santiago de Cuba, sin más detalles sobre su identidad o localidad de origen. Fueron evacuadas 1.700 personas, de las cuales 35 siguen a resguardo, y 40 asentamientos quedaron incomunicados, de los que solo dos –en Guamá– seguían en esa situación este lunes. Las incidencias en servicios ya han sido resueltas de forma generalizada, a excepción del agua, que está turbia y aún no han llegado químicos para potabilizarla. En cuanto a la agricultura, se han perdido 2.676 hectáreas de cultivos.
"La gente no se desmoronó, respondió", enunció Díaz-Canel como si hubiera otra opción para quienes ahora se afanan en recuperar lo antes posible la normalidad. El dirigente aseguró que, tras una sequía extrema, estas lluvias dejaron inundaciones que no se veían "en los últimos 30 años".
Díaz-Canel afirmó que las agencias de Naciones Unidas que operan en Cuba y, por su parte, Venezuela han ofrecido su ayuda, y pidió a los presentes que resuelvan los problemas con celeridad: que resuelvan el abasto de agua, que difundan los números de cuentas bancarias para recoger donativos, que se evalúe con el sector público y privado cómo resolver los problemas de vivienda y mobiliario generados, que se siembre aprovechando "las condiciones de humedad", que se vigile la venta controlada para evitar la especulación, que se "busquen soluciones" para responder a los problemas del transporte y así hasta un sinfín de peticiones que costará más materializar que citar.
Terminada la lista, el mandatario elogió la labor del Ejército y del ministerio del Interior por los esfuerzos realizados para evacuar a miles de personas. "Se trabajó de una manera muy oportuna para evitar más fallecidos que los que hemos tenido", dijo Díaz-Canel, que no anunció ninguna partida de dinero específica para arreglar los daños, pero sí dijo que todo lo que se arregle sea para que quede "mejor que como estaba".
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