Por falta de combustible, el humo de las patanas turcas ya no contamina el cielo de La Habana

La Habana/Extrañar la fea columna de humo que despedían al cielo de La Habana las tres patanas turcas ancladas en la bahía, parecía impensable. Pero su ausencia, desde ayer, ha desatado la incertidumbre entre los residentes de la capital. Que las plantas de generación se enciendan solo en las noches se lee en clave de alarma en las calles y los hogares. Ahora sí la cosa se puso mala", decía ayer un vecino de Nuevo Vedado. 

Desde la llegada de la primera de estas centrales eléctricas flotantes, en 2019, al paisaje citadino se le añadió una permanente y extendida nube oscura que se desplazaba hacia la zona de El Vedado y Playa o en dirección a Guanabacoa y La Habana del Este, según los vientos. A veces estaba tan baja que parecía posarse sobre los edificios más altos y otras trazaban una línea casi paralela sobre el mar. De tanto estar, pasó a ser parte del paisaje y se colaba en fotos, reportes informativos y la garganta de los vecinos más cercanos al puerto.

Este miércoles, sin embargo, el horizonte de La Habana amaneció limpio de esa gran mancha de polución. A pesar del cielo nublado, debido a la cercanía del potencial huracán Helene, quienes se asomaron desde temprano a sus balcones y azoteas se toparon con una escena más nítida y natural. Durante la madrugada, las patanas habían estado funcionando con el poco combustible del que se dispone para echarlas a andar, pero nada más acercarse el amanecer volvieron a enmudecer.

El silencio de las centrales y la falta del humo que despiden a la atmósfera se traduce en más apagones en la ciudad. Este será entonces otro día de comercios que no pueden despachar mercancía porque no funcionan sus dispositivos de venta y de oficinas que deben parar los trámites durante horas debido al apagón. Otra jornada en que la crisis entra por cada rendija de las casas como lo hacía hasta hace poco el humo de las patanas.