"A los familiares nos han prohibido publicar en las redes sociales porque los enemigos se aprovechan para dañar al país"
Sigue "activo el proceso de explosiones" en Melones y "aún no es posible entrar", según las autoridades
Holguín/El armamento obsoleto guardado en el almacén militar que estalló el pasado 7 de enero en Melones, en el municipio holguinero de Rafael Freyre, sigue en pleno “proceso de explosiones” y los expertos no han podido aún llegar al lugar. Tres días después de la primera detonación y con 13 personas desaparecidas –la mayoría reclutas del servicio militar–, el desespero de las familias va en aumento.
"Hay varias madres con crisis nerviosas porque solo les dicen que hay que tener calma, pero no hacen ningún avance en la búsqueda”, cuenta a 14ymedio un allegado de la familia de uno de los jóvenes soldados. “La madre de uno de los muchachitos del servicio militar que está desaparecido es mi amiga y está destrozada. Ayer intentó salir ella sola rumbo a la base militar para intentar buscar a su hijo y tuvimos que pararla, pero es que la falta de respuesta es muy grande, solo nos dicen que hay que esperar".
Según el jefe del Partido Comunista en la provincia y miembro del Comité Central, Joel Queipo Ruiz, las fuerzas de seguridad han autorizado el retorno de algunas personas desplazadas a las casas que están "ubicadas a una distancia de radio que ya no ofrece peligros". En cuanto a las "acciones especializadas se continúan realizando en los límites de un determinado radio hacia afuera del centro del lugar".
Queipo, que se refirió al almacén como una “obra accidentada”, tampoco puso fecha a la búsqueda de los desaparecidos, con cuyos familiares dijo estar en contacto. La zona sigue siendo peligrosa para la “integridad física de cualquier acción humana”, valoró. “En cuanto las condiciones lo permitan se accederá al lugar con todas las medidas de protección establecida”.
"También tenemos miedo”, añade la fuente entrevistada por 14ymedio, “porque nos han dicho que no podemos hablar de esto con nadie ni publicar nada en las redes sociales porque los enemigos se están aprovechando de lo sucedido para dañar al país. Tengo mi WhatsApp lleno de mensajes de familiares nuestros que viven en otras partes de Holguín y tengo miedo de contestarles porque no sé si me va a pasar algo".
Según la fuente, "las familias de los oficiales están gestionando esto de otra manera porque muchos de ellos son personas muy integradas, gente del Gobierno y saben que su esposo o su hijo habían elegido un trabajo que lleva peligros. Pero los padres de los reclutas no tienen esa fortaleza porque ellos no estaban ahí porque querían, estaban obligados. El hijo de mi amiga a veces contaba que los ponían a mover municiones, pero él hablaba de eso como si todo estuviera controlado, como si no hubiera peligro".
En la prensa oficial han circulado varios relatos de intentos frustrados de acercamiento a la zona
"No le he dicho nada, pero ya tengo armado en mi casa un pequeño altar con la foto de él y una vela. No es porque crea que esté muerto, pero si está vivo también va a necesitar eso para salir de ahí". Hay dos cuestiones, afirma, que le provocan mucha angustia: "no saber si está vivo o muerto y pensar, si murió, en lo que pudo haber sufrido, si quizás quedó atrapado y fue algo muy doloroso y largo":
En la prensa oficial han circulado varios relatos de intentos frustrados de acercamiento a la zona. Uno de ellos, publicado en Granma, fue el del presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Rafael Freyre, Alexis Driggs Gómez. El dirigente, según el periódico, “lleva en la frente, entre los ojos, la huella del impacto de un fragmento de vidrio expedido por la primera gran explosión que se produjo en la Unidad Militar”.
Driggs estaba en la zona junto a un grupo de militares, a las dos de la madrugada, cuando la onda expansiva de una de las detonaciones los arrojó al suelo,”en medio de una nube de partículas, tierra y polvo que volaba en todas las direcciones”.
Las autoridades han sido parcas con los detalles del accidente en sí, aunque se calcula que ha habido al menos dos explosiones distintas el primer día, y muchas más en las jornadas siguientes. Sin información sobre la cantidad de material militar que se guardaba en Melones es imposible hacerse una idea precisa de cuánta más munición estallará en la zona.