En febrero bajaron un 39% los envíos a Cuba de petróleo venezolano en comparación con 2023

La Habana/Reticentes a comprar gasolina tras el aumento, este viernes, de los precios del combustible, los cubanos recibieron otra mala noticia sobre la crisis energética: Venezuela mandó a la Isla en febrero solo 34.000 barriles por día (bpd) de crudo –según Reuters–, una cantidad apenas superior a la de enero y menor, en un 39% que el promedio mensual de 56.000 bpd registrado en 2023.

Caracas, que enfrenta un potencial retorno de las sanciones de EE UU en abril, se ha lanzado a una carrera contra reloj para vender todo el combustible posible –logró exportar 670.000 bpd en febrero– pero La Habana no parece ser una prioridad. La estadounidense Chevron y otras petroleras con proyectos en Venezuela intentan llevarse la mayor tajada antes de que Washington restrinja la venta, opina el especialista Jorge Piñón, de la Universidad de Texas. 

Al rescate ha acudido México, cuyo Gobierno ha enviado a Cuba, en los dos primeros meses de este año, unos 1.970.000 barriles de sus mejores crudos, el Istmo y el Olmeca, lo cual compensa el desplome de los envíos venezolanos. Piñón, que había previsto la caída antes de conocer los datos de Reuters, dijo a este diario que todavía quedan algunas variables por despejar, como la cantidad de petróleo que envía Rusia –el tercer suministrador de Cuba– o si México, aun a expensas de su propia economía, seguirá mandando combustible a la Isla.

Pese a esto, es de esperar que en Cuba se sienta, más que en otros aliados petroleros de Venezuela, el impacto de la temporada de vacas flacas. Según las tablillas que la mañana del viernes –día uno del paquetazo– ya aparecían en algunos de los servicentros, la gasolina especial cuesta ahora 156 pesos o 1,30 dólares en lugar de 30 pesos; regular y diésel a 132 o 1,10, en lugar de 25 y motor (combustible para motos) a 114 pesos o 0,95 dólares, en lugar de 20 pesos. Es decir, más del 400% de aumento en todos los casos y hasta 470% para el combustible de motos.

Los cubanos recibieron las nuevas tarifas con desgano y, a solo 48 horas de su implementación, este sábado, ya empiezan a “descubrir” problemas. El terminal de pago del servicentro de Infanta y San Rafael, en La Habana, indispensable para el cobro electrónico, “ya se rompió”, informaban sus trabajadores a los cuatro choferes en cola. “Vayan al Cupet de Línea y E”, sugerían ante la mirada incrédula de los conductores: en esa gasolinera solo se puede pagar “en dólares”. 

El de Línea y E, en El Vedado, es uno de los 30 servicentros habilitados en toda la Isla para cobrar en divisas. Un artículo publicado este sábado en Cubadebate –e inundado desde el viernes por un alud de críticas de los lectores– notificaba en qué gasolineras de la Isla se podía pagar con la tarjeta cubana Clásica, la de prepago en dólares de Bandec y la Tarjeta del Viajero, además de la rusa Mir, Visa y Mastercard, la china Unionpay, la AIS (American International Service) y la argentina Cabal. 

Sin embargo, no se admite el pago con tarjetas de Moneda Libremente Convertible (MLC) ni con efectivo. 

El Gobierno anunció también que 216 sucursales de Cadeca (Casas de Cambio) –la mayoría ubicadas en hoteles o zonas turísticas– venderán la tarjeta Clásica, creada por Fincimex para la compra de combustible en divisas. Este diario comprobó que este sábado el servicentro de Línea y E vendía gasolina a quien pudiera pagarla. Las chapas de los vehículos parqueados junto a los dispensadores, como era de esperar, lucían la T de la matrícula turística. 

“El cubano de a pie no llena el tanque aquí”, comentaba un transeúnte al ver los choferes “con ropa fina” y “buenos carros” que parqueaban en Línea y E. El único dispensador habilitado era el de gasolina especial y en la puerta del establecimiento lucía el colorido aviso con las únicas tarjetas aceptadas.

“Esta historia ya la viví”, lamentaban varios lectores de Cubadebate, aludiendo a la poca utilidad de las tarjetas en MLC frente a las extranjeras o la Clásica. “¿Por qué la tarjeta MLC, que en su base está sustentada por el dólar, euro y dólar canadiense, no nos sirve para comprar combustible?”. 

“¿Se dolariza nuevamente parte del comercio interno en Cuba? ¿Cuál es la explicación para excluir de la compra de combustible al MLC? Parece descabellado”, se quejaba un usuario. Otro preveía varios nuevos negocios en el mercado informal: de una parte, “los turistas comprando en pesos cubanos el combustible para evadir el gasto en dólares” o, por el contrario, cubanos con familia en el extranjero que cobren por “prestar” su tarjeta Visa o Mastercard. 

La situación en las gasolineras en las que se paga en pesos denuncian otros problemas. “Solo están vendiendo a entidades estatales por falta de combustible”, aseguraba un reportero de este diario desde el servicentro de La Bujía, en Manzanillo, provincia de Granma. Sin embargo, en cola también esperaba un Moskvitch con chapa particular. 

En el Cupet de Chambelón, en Sancti Spíritus, imperaba este sábado la desinformación sobre los nuevos precios. “Ni siquiera tienen el cartel de las nuevas tarifas puesto”, lamentaba un cliente. En el Cupet de Garaita, también en esa provincia, donde sí se vendía según los nuevos precios, había solo dos tipos de gasolina. En el de Yayabo, por otra parte, “el servicio está lentísimo”, constataba otro reportero de 14ymedio. 

En Cubadebate, donde la censura parece haber descuidado su filtro de comentarios este sábado, los lectores sacan sus propias conclusiones sobre la situación: “Un paso más hacia la dolarización de la economía cubana, o dicho de otro modo, un paso más para quitarle poder de compra y de pago al peso cubano”.