Francisco habló de “reconciliación” en respuesta al discurso combativo de Castro
La Habana/Un viento fuerte en el Aeropuerto Internacional José Martí hizo volar el solideo del papa Francisco cuando bajaba del avión procedente de Roma, que aterrizó en la tarde de este sábado a las 15:48 horas.
Jorge Mario Bergoglio se dirigió al presidente Raúl Castro y le pidió “que transmita [sus] sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel”. En especial mención quiso que “[su] saludo llegase especialmente a todas aquellas personas que por diversos motivos no podré encontrar y a todos los cubanos dispersos por el mundo”.
En su discurso de bienvenida, Raúl Castro recordó “el encuentro memorable” que sostuvo con el papa en mayo pasado en el Vaticano y que “brindó la oportunidad de intercambiar ideas acerca de algunos de los asuntos más importantes del mundo”.
El presidente cubano consideró que “el Gobierno y la Iglesia Católica en Cuba mantienen relaciones en un clima edificante”. “Hemos seguido con mucha atención sus pronunciamientos, la exhortación apostólica ‘La Alegría del Evangelio’, acerca de los temas sociales, y la carta encíclica ‘Alabado Seas’”, agregó Raúl Castro.
“Hemos agradecido su apoyo al diálogo entre los Estados Unidos y Cuba”, puntualizó el dirigente cubano, que calificó al restablecimiento de relaciones diplomáticas como “un primer paso en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos países”. Pero insistió sobre la necesidad, en las relaciones entre naciones, de “respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político”.
Francisco habló de la victoria de la cultura del “diálogo y el encuentro sobre el sistema, muerto para siempre, de dinastía y de grupos”
“Avanzamos resueltamente en la actualización de nuestro modelo económico y social para construir un socialismo próspero y sostenible”, aseguró. No perdió oportunidad para recordar “el bloqueo, que provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas”, al que catalogó de “cruel, inmoral e ilegal” y llamó a que “debe cesar”. La emprendió también contra la “acción depredadora de los países ricos y las grandes transnacionales”.
Por su parte, el papa animó en sus palabras a los Gobiernos de Cuba y de Estados Unidos a "continuar avanzando" en la normalización de sus relaciones y a "desarrollar todas sus potencialidades". Repitió la advertencia que ha pronunciado en varios oportunidades: “El mundo necesita reconciliación en esta atmósfera de tercera guerra mundial por etapas que estamos viviendo”.
Ha generado especial simpatía entre los demócratas cubanos la elección por parte del Obispo de Roma de una cita de José Martí al evaluar que el proceso de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos es un signo de la victoria de la cultura del “diálogo y el encuentro sobre el sistema, muerto para siempre, de dinastía y de grupos”.
Francisco recordó que “este viaje apostólico coincide además con el centenario de la declaración de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, por Benedicto XV”. Recordó que su programa en Cuba lo llevará “al Cobre, como hijo y peregrino, para pedirle a nuestra Madre por todos sus hijos cubanos y por esta querida Nación, para que transite por los caminos de justicia, paz, libertad y reconciliación”.
Juan Pablo II estuvo presente también en el discurso del papa, al evocar “su ardiente llamamiento” a que “Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba”.
Al finalizar su discurso, la comitiva papal comenzó un extenso recorrido por las calles habaneras en dirección a la Nunciatura en el municipio Playa.