Fuentes oficiales registran 12.000 "casos sospechosos" de Oropouche en Cuba

Salud Pública aspira a desarrollar test rápidos de diagnóstico y estudiar la viabilidad de una vacuna, mientras advierte de posibles complicaciones neurológicas desconocidas

El Instituto Finlay de Vacunas participó junto a otras 26 empresas cubanas en la XXVII Feria Internacional de Comercio de Vietnam. (Radio Reloj)
El Instituto Finlay de Vacunas valora si es posible hacer una vacuna contra el Oropouche. / Radio Reloj
14ymedio

25 de septiembre 2024 - 15:00

Madrid/Las autoridades cubanas reconocieron ayer una cantidad de 12.000 “casos sospechosos” de Oropouche, sin despejar la duda de cuántos de ellos ha podido diagnosticar. La última cifra al respecto la facilitaron en agosto, cuando situaron en 506 los contagios detectados en laboratorios. Un mes atrás, habían hecho referencia a la aparición de 35.000 “cuadros febriles” entre los que se confirmó la enfermedad para un número nunca revelado. 

El dato se presentó este martes en un encuentro de científicos y expertos del campo de la Salud con Miguel Díaz-Canel para abordar la situación respecto a este virus. El ministerio de Salud Pública dijo tener como prioridad la elaboración de un test rápido para diagnosticar el Oropouche, un asunto en el que trabaja el Centro de Inmunoensayos, mientras que el Instituto Finley estudia si es viable una vacuna contra la enfermedad. 

Ileana Morales Suárez, médico y directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del ministerio, explicó que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) elogió recientemente el plan integral que presentó el Gobierno cubano basado en la observación del virus, cuyo primer caso se diagnosticó en mayo, en Santiago de Cuba.

La alta funcionaria reivindicó que la Isla tiene no solo “las capacidades para hacerlo”, sino “las lecciones aprendidas durante el enfrentamiento a la pandemia de covid-19”

“Cuba empezó a diagnosticar Oropouche y rápidamente pudo establecer criterios clínicos, diagnósticos y la vigilancia entomológica, que rige las acciones sobre el vector, como dónde se mueve, cómo se mueve, las poblaciones”, dijo la doctora, que presumió de la carpeta “de investigación, de innovación y de desarrollo” para dar respuesta a situaciones como esta.

La alta funcionaria reivindicó que la Isla tiene no solo “las capacidades para hacerlo”, sino “las lecciones aprendidas durante el enfrentamiento a la pandemia de covid-19”.

Entre las investigaciones anunciadas por Morales Suárez está la del propio mosquito –vector del virus– y la influencia del cambio climático en su mayor presencia y virulencia en los brotes. Además, se intenta caracterizar el curso de la enfermedad en adultos mayores, embarazadas y niños. Lo más novedoso, sin embargo, quedó para el final, cuando la doctora anunció hallazgos hasta ahora desconocidos. 

“Aunque parezca increíble, hay temas que estamos viendo en Cuba, como complicaciones neurológicas y otras que estamos estudiando y manifestaciones clínicas, que aún es temprano para hablar de ellas, pero que no están descritas en la literatura”, explicó. 

La doctora recordó que es preciso publicar solo lo que sea evidencia sólida e indicó que en los pocos meses que lleva el Oropouche en la Isla, ya se han publicado tres papers de investigadores del Instituto Pedro Kourí, y del Ministerio, “en revistas de muy alto impacto, que están circulando por el mundo y que están siendo muy valoradas”, además de media docena de “manuscritos listos para mandar a revistas especializadas”. 

Morales Suárez disertó sobre la importancia de la “comunicación social, para tener informada a nuestra población” e insistió en que es prioritario y ya lo fue en la pandemia de covid-19, porque conociendo los síntomas y complicaciones, la ciudadanía es más “proactiva”. El capítulo contrasta con los hechos. 

Morales Suárez disertó sobre la importancia de la “comunicación social, para tener informada a nuestra población” e insistió en que es prioritario

Si bien las autoridades han ofrecido a la población información general de la enfermedad, cómo reconocerla y evitarla, los datos siempre han sido incompletos e impiden conocer la dimensión real del brote en el país. El pasado agosto, Salud señalaba que Cuba era, entre los países afectados, uno de los de menor incidencia de la enfermedad, sobre todo comparado con Brasil, Colombia, Bolivia y Perú. Sin embargo, el número de casos diagnosticados es inútil comparativamente, ya que la población de esos países es mucho mayor que la de la Isla, que, además, carece de medios diagnósticos. 

La denuncia de falta de reactivos para confirmar la presencia del virus ha sido una constante desde el inicio, lo que impide tener una idea de la dimensión del brote. Además, y sabiendo esta circunstancia, muchos se resisten a ir al médico de antemano. 

Aunque la mayoría de países en los que se han presentado casos de la enfermedad, incluyendo algunos europeos que la importaron de Latinoamérica, la caracterizan como un virus de curso generalmente benigno, la enfermedad no está exenta de riesgos, particularmente para personas vulnerables. Esta semana, precisamente, se conoció el fallecimiento del coronel Lázaro Delgado Chaple, por complicaciones derivadas del Oropouche. 

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