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Las gallinas de Isla de la Juventud pasaron de poner 42.000 a 1.000 huevos diarios

Los animales llegaron a sufrir una dieta que redujo su alimentación en un 50%

Las gallinas de Isla de la Juventud han recuperado parcialmente la producción después de meses hundida. / Victoria
14ymedio

07 de octubre 2024 - 17:21

Madrid/Las gallinas de Isla de la Juventud han tenido un verano aciago, y con ellas los vecinos del municipio especial. La producción de huevos se está recuperando por fin después de unos meses de derrumbe sin paliativos. De las 42.000 unidades diarias que se obtenían regularmente hasta mayo, se pasó a solo 1.000. Tras ese abismo, casi se puede calificar de milagro que hoy se estén obteniendo unos 22.000 al día, según Frank Páez Martínez, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Avícola.

El funcionario da todo detalle al diario oficialista local, Victoria, ahora, cuando ya se ha superado lo que califica de “bache” y puede dar una buena noticia, “una recuperación paulatina”. Los habitantes de Isla de la Juventud, que llegaron a tener 12 huevos por la libreta de racionamiento, vieron su cuota reducida a la mitad, y eso en el mejor de los casos, pero las autoridades se comprometen a volver a entregar, poco a poco seis cada 15 días.

El número no es poca cosa si se tiene en cuenta que en La Habana la asignación es inferior, de cinco huevos al mes, cuando llegan, pero las gallinas pineras se habían mostrado extraordinariamente cumplidoras en medio de una rotunda crisis del sector a nivel nacional. En mayo, según Páez Martínez, la producción total ascendió a 1.140.000 unidades de las 1.104.000 previstas, es decir, un 3% más de lo planificado.

"En junio comenzamos a decaer, muchos consumidores sí recibieron la docena, mientras a otros apenas les llegamos con seis"

“Sin embargo, en junio comenzamos a decaer, muchos consumidores sí recibieron la docena, mientras a otros apenas les llegamos con seis porque ya no alcanzaba. Se fueron corriendo los meses porque los niveles productivos no permitían llegar a las cifras habituales”, describe el funcionario, que atribuye a “las dificultades” con el abastecimiento del pienso el grueso del problema. 

Las gallinas han tenido que someterse a una dieta radical, con una reducción del alimento del 50%. “Fue un momento muy difícil porque ese déficit con el pienso ocurrió en reiteradas ocasiones e imposibilitó estabilizar la recuperación que íbamos logrando”, dice el funcionario. 

Y es que la “desgracia” no vino sola. A ello se unió la incapacidad de renovar la masa animal. “Tenían que arribar a la Isla 162.000 animales y solo hemos traído 20.000; esas aves jóvenes iban a concretar una mejor producción y hoy no están aquí, por lo cual continuamos trabajando con gallinas más adultas”, lamenta Páez Martínez.

“A las ponedoras no se les puede aplicar un alimento alternativo porque no producen, llevan un pienso específico que es balanceado por el grupo nacional con especificidades como minerales, aminoácidos esenciales para la obtención de huevos, por eso le llamamos pienso de ponedoras”, explica. 

Esa alimentación implica incorporar maíz, trigo, soya, aceite y otras materias primas que Cuba debe comprar en el exterior. Importarlos para fabricar el pienso en la Isla, detalla, es más económico, “pero las trabas que impone el bloqueo estadounidense dificultan esta opción, provocando su búsqueda, pagar al momento e, incluso, tener que importar el pienso, que resulta más caro”, se queja. De hecho, las gallinas están comiendo actualmente un pienso importado. 

El viento y las intensas lluvias afectaron todo el proceso, no solo a los animales, también al traslado del personal

Páez considera que, pese a las dificultades, la empresa ha sabido organizarse y cuidar la salud de las gallinas mientras han estado “a dieta”, para que cuando llegase la comida pudieran reaccionar adecuadamente. No explica cómo se gestionó el asunto, pero si sus cifras son ciertas, los trabajadores han logrado recuperar en un sorprendente corto plazo la producción. 

Los problemas para las autoridades cubanas nunca tienen, no obstante, fin. Así que llegó “otro inconveniente, con el mal tiempo. El viento y las intensas lluvias afectaron todo el proceso, no solo a los animales, también al traslado del personal, la recogida del huevo, la distribución del pienso. Esas circunstancias provocaron otro bajón en la producción que nos obligó a adoptar estrategias para asegurar que las gallinas no se quedaran sin comer”, prosigue.

Ahora, los problemas parecen estar llegando a su fin: el pienso –de alta calidad, remarca– está asegurado y la producción se ha multiplicado por 22, todo un hito. “Es apreciable la respuesta de las aves. Con la disponibilidad del alimento que tenemos nos vamos a recuperar. No obstante, para satisfacer a la población con los 12 huevos aún falta”, admite. 

A corto plazo, será fundamental renovar la masa animal. Las futuras ponedoras llegan directamente desde La Habana cuando apenas tienen un día de vida y existen dos granjas previas a la de producción: la de inicio y la de desarrollo, donde hay 14.000 animales, que se incorporan después a la granja de ponedoras. Allí permanecen las gallinas durante un año, aunque actualmente llegan a estar dos, uno de los problemas más señalados por las autoridades, que lamentan el envejecimiento de la masa avícola, con repercusiones lógicas en la productividad. 

“El movimiento de rebaño debería ser más joven”, deplora el funcionario, que añade que las gallinas “van a empezar a incubar ahora, sin embargo los atrasos en el movimiento de rebaño se extienden a toda la nación. Está previsto que lleguen, mas no será la cifra que nos debería tocar”.

Los problemas en la alimentación de las gallinas así como las fallas energéticas que las dejan sin luz y agua durante días han lastrado la producción de huevos en Cuba, que bajó de cinco millones de unidades al día en 2020 a 2,2 en 2023. 

Las autoridades se han visto obligadas a importar de manera masiva el producto, como lo refleja la expansión de las exportaciones de República Dominicana a la Isla. Solo entre junio de 2023 y agosto de 2024 el dato creció un 1858,4% interanual. Desde julio de 2023, cuando se empezó a adquirir este producto en el país vecino, hasta el cierre de ese año el gasto fue de 1,5 millones de dólares, mientras que en los 8 meses que van de este año ya se han invertido más de 5,2 millones de dólares. 

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