Los ganaderos de Villa Clara entregan 60.000 litros de leche al día, el 40% de hace un año

Según el Estado, los productores acumulan una deuda de más de 10 millones de litros

Los nuevos precios por cada litro de leche de excedente para los productores entraron en vigor el 1 de marzo, subiendo desde los 20 pesos que se pagaban antes a los 38 actuales.
Los nuevos precios por cada litro de leche de excedente para los productores entraron en vigor el 1 de marzo, subiendo desde los 20 pesos que se pagaban antes a los 38 actuales. / 14ymedio
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15 de octubre 2024 - 17:21

Madrid/Acopio está recogiendo apenas 60.000 litros de leche diarios en la provincia de Villa Clara, el 40% de lo que recogieron el pasado año, cuando el promedio era de 150.000. A estas alturas, el Estado cuenta que los ganaderos acumulan una deuda de más de 10 millones de litros, una cantidad que, afirman, va en aumento. El resultado, lamentan, es que “por primera vez en la historia en el mes de octubre no se puede satisfacer toda la demanda de las dietas”.

Los datos los ha dado a conocer el periodista oficial Jesús Álvarez López, reportero de la emisora provincial CMHW, en un artículo de opinión publicado este lunes, en el que califica a los productores y quienes participan en el mercado informal –es decir, la mayor parte de la población– de “mercaderes del desorden” por seguir buscando beneficio con la compraventa la leche por la izquierda, a pesar de que desde marzo Acopio está pagando más por litro. 

Además, acusa a las autoridades de ser “tecnócratas, que ni dedican tiempo a escuchar y meditar y quieren resolverlo todo con dinero”, pero que ni saben gestionar bien los pagos ni los incumplimientos de contrato. En este sentido, señala concretamente a la bancarización, responsable según las conclusiones que Álvarez saca de los comentarios que escucha en la calle. 

"Si hubieran llegado las tarjetas magnéticas a cada productor con la misma velocidad que la recibieron nuestros viejitos jubilados, no se le debería un peso a ningún productor"

“Si hubieran llegado las tarjetas magnéticas a cada productor con la misma velocidad que la recibieron nuestros viejitos jubilados, a quienes nadie les preguntó ni siquiera si tenían celulares, no se le debería un peso a ningún productor. Estaría el dinero en su tarjeta, aunque estuvieran sufriendo las mismas vicisitudes que sufrimos todos cuando nos exigen efectivo por lo que necesitamos adquirir”, reprocha.

Los nuevos precios por cada litro de leche de excedente para los productores entraron en vigor el 1 de marzo, subiendo desde los 20 pesos que se pagaban antes a los 38 actuales. En aquella fecha, Álvarez ya avisó de que la medida podía ser un fracaso. “¿Evitará el incremento del precios el desvío de la leche?. La vida convencerá mucho mejor que mis palabras de alerta desde hace mucho tiempo”, advertía, para continuar aduciendo que si seguía aumentando el costo por litro en el mercado informal y se pagaban, eso supondría que irían “a la calle alrededor de 6.000 millones de pesos”, sin “otro efecto para los consumidores que seguir incrementando la inflación”.

Ahora, el periodista recuerda haber llamado la atención sobre el asunto de que pagar más dinero no era la respuesta. “Hoy estamos peor”, sostiene. Y añade: “Si el Estado decidiera pagar el litro a 100 pesos, los ‘mercaderes del desorden’ lo pagarían más caro y en efectivo.

Álvarez afirma que “no es ético justificar el desvío de la leche o sus derivados para lograr efectivo, mientras se pone en riesgo el alimento destinado a niños y enfermos”, pero no exime de responsabilidad a las autoridades. Asegura que los “grupos municipales de leche no funcionan” y por ello no aportan las soluciones necesarias, mientras que las empresas del Estado ni siquiera se enteran de lo que pasa. 

“Y tanta culpa tiene el que desvía la leche como el que no exige lo que le toca”, zanja.

Las deficiencias del sistema de Acopio son noticia día sí, día también. Hace poco más de una semana, varios ganaderos de Sancti Spíritus denunciaron a este periódico los constantes impagos del Estado, por falta de efectivo. Sin papel moneda, decían, se niegan a cumplir sus compromisos con las empresas oficiales. 

"Estoy vendiendo la leche por mi cuenta desde hace un par de semanas, de todas formas tampoco me daba negocio vendérsela al Estado porque el pago es malo. Ese mismo litro de leche que entrego después de cumplir mi compromiso, que solo me lo pagan a 38 pesos, yo lo vendo en la calle a 120", contó un ganadero a 14ymedio.

La mayoría de la leche contratada por el Estado se distribuye por el mercado racionado para niños menores de siete años y personas con dietas médicas, además de reservar una parte –cuando se puede– a comedores  de mayores y círculos infantiles. 

En la propia Villa Clara, como contó el sábado este diario, se ha comenzado a acarrear la leche en camiones cisterna refrigerados que guarda en almacenes, también climatizados, para disuadir de la venta por la izquierda a los ganaderos. Los guajiros atribuían ocasionalmente sus incumplimientos de contrato –y la derivación del producto al mercado informal– a las malas condiciones del Estado para conservar la leche, pero con este nuevo método ya no hay excusa.

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