¿Quién demanda a Gaviota y Meliá por no pagar a los artistas cubanos en la Cayería Norte?
La indefensión frente a las compañías hoteleras y la advertencia de no exponer la situación en las redes sociales están implícitas en el contrato
La Habana/Separada de la vida real de los cubanos por una delgada franja de mar y un pedraplén, la Cayería Norte de la Isla es vendida al turismo internacional como el paraíso en la tierra. Sin embargo, los artistas que logran rebasar esa frontera y presentarse en los escenarios de los opulentos hoteles de la zona atraviesan un viacrucis para recibir el pago acordado.
Aunque el dinero no falta en las cajas fuertes de los gerentes y los militares de Gaviota que gestionan los hoteles de la zona, ni tampoco en el bolsillo de las grandes compañías radicadas en la Cayería como la española Meliá, los pagos de numerosos artistas están retrasados. "En Villa Clara la situación es insoportable y nadie dice nada", cuenta a 14ymedio Sergio, un músico de Santa Clara que viaja periódicamente "al Cayo" –expresión que para los villaclareños es sinónimo de prosperidad– y que prefiere ocultar su identidad.
"Los que trabajamos en el hotel Meliá Cayo Santa María llevamos ya más de dos meses sin que nos paguen. En el Grand Aston Las Brujas nos deben dos meses enteros, en el Grand Sirenis también. Mientras que en el Playa, del que el Gobierno cubano se jacta de ser dueño sin compartirlo con ninguna firma extranjera, no nos pagan desde mayo", lamenta.
"Los que trabajamos en el hotel Meliá Cayo Santa María llevamos ya más de dos meses sin que nos paguen. En el Grand Aston Las Brujas nos deben dos meses enteros, en el Grand Sirenis también"
Los responsables teóricos de proteger a los artistas son la filial provincial de la Empresa de la Música y la compañía Tour Arte, pero en realidad forman parte del "mecanismo de explotación" en contubernio con los hoteles, denuncia el músico. "Esas empresas no hacen nada. ¿Qué van a poder hacer por nosotros si son del Estado?
A los artistas, prosigue, no se les garantiza ni la más mínima logística. Antes de emprender el desplazamiento desde sus lugares de residencia, deben comprar –"carísimos y cuando aparecen", insiste Sergio– alimentos y medicinas. Mientras más lejos quede el municipio del trabajador, más trabajo pasa. No es lo mismo viajar a la Cayería desde una distancia relativamente corta, como desde Caibarién, Remedios o Camajuaní –los pueblos más cercanos– que esperar las conocidas guaguas "de artistas" en Placetas, Santa Clara o más allá. El trayecto, de una manera u otra, suele ser agotador.
Lo peor, concluye Sergio, es la indefensión: no saber a qué instancia dirigirse a presentar una queja por los impagos. "Cuando yo, como director de mi agrupación, voy a la Empresa de la Música a demostrar que se está cometiendo una ilegalidad, la respuesta es siempre: '¿Quién demanda a Gaviota?'".
Eso sí, a quien entra airado a exponer la situación a una oficina estatal, la recomendación, como el que no quieres las cosas, se deja caer: "No publiques nada en las redes sociales, que después de eso sí no hay arreglo".
Mirielis –nombre cambiado para evitar represalias– tiene 22 años y es bailarina en el cuerpo de baile en uno de los hoteles gestionados por Meliá en el Cayo Santa María. "Acabo de decidir que voy a pedir una licencia en mi empresa artística, porque llevo tres meses sin que me paguen y yo tengo un niño chiquito, no puedo estar trabajando sin recibir un centavo", cuenta a 14ymedio.
"Al principio nos dijeron que era una cuestión organizativa, que Meliá estaba negociando algunos contratos con la empresa que nos representa, porque eran acuerdos que se habían hecho en un momento en que se creyó que el nivel de ocupación iba a ser uno que, al final, no se ha logrado alcanzar", añade.
Mirielis lamenta que los afectados sean los empleados. "Yo me tengo que parar frente al público, haya cien personas en el público o una sola. Si el hotel no ha logrado recaudar lo que pensaba la gerencia, no puede ser que las culpas las pague yo y no reciba lo que me deben".
"La mayor parte de lo que gano viene por las propinas", reconoce la bailarina, "porque lo que me llega a través de la empresa que me representa es poco con los precios que tiene todo ahora mismo. Pero si no llegan suficientes huéspedes mis propinas son malísimas. Ni siquiera vale la pena salir de mi casa, gastar mi maquillaje y sudar sobre un escenario, porque no recupero lo que invierto".
"Nada más que en medias panties gasto más de lo que me pagan, pero no puedo ponerme allí debajo de las luces con unas medias rotas. Esas son las cosas que la empresa no calcula y que la administración del hotel tampoco nos repone", enumera.
Los que peor llevan el retraso en el pago, en su opinión, son los músicos que "tienen que estar horas y horas amenizando, y a veces la administración del hotel se pone muy tacaña hasta para darles algo de comer o una cerveza". Pero también los animadores de espectáculos, los magos y los entrenadores deportivos "están en las mismas".
Una habitación doble, por una noche, en el Meliá de Cayo Santa María, cuesta 232 dólares en este mes de julio con todo incluido. "Aunque estén viniendo pocos turistas, sí están llegando clientes y no puede ser que nosotros seamos la quinta rueda del carro cuando están cobrando carísimo por cada cuarto", lamenta la bailarina. "Sin nosotros el hotel no es lo que prometen, pero nos tratan como si no importáramos".
A pesar de las irregularidades en el pago a los artistas nacionales, las autoridades cubanas han sabido encontrar el presupuesto para pagar un exclusivo espectáculo en la Cayería Norte para este verano
A pesar de las irregularidades en el pago a los artistas nacionales, las autoridades cubanas han sabido encontrar el presupuesto para pagar un exclusivo espectáculo en la Cayería Norte para este verano, el Santa Maria Music Fest. El evento, sin embargo, amenaza con convertirse en un fiasco equiparable al del Festival San Remo Music Awards, en cuyo comité organizador se encontraba Lis Cuesta, esposa del mandatario Miguel Díaz-Canel. La desaparición del cartel oficial del evento del rapero estadounidense Arcángel o la solicitud de la cantante puertorriqueña La India de retirar su nombre de los anuncios recuerdan a la desbandada de músicos que caracterizó aquella cita, celebrada en 2022.
Quienes no se han dado de baja del "verano ideal" en el Cayo Santa María son los artistas Tito El Bambino, Charly & Johayron, Ñengo Flow, Fixty Ordara & Ja Ruley, Isaac Delgado y Tekashi 6ix9ine, cuyo extraño vínculo con Cuba –país en el que filmó un videoclip y planea lanzar otro– no ha sido despejado desde que se le atribuyó erróneamente haber lanzado billetes de dólares frente al hotel Packard, de La Habana (en cambio, se dejo filmar cuando repartía decenas de billetes de 100 dólares en un pueblo de Pinar del Río).
A pesar de la polémica desencadenada por el gesto y la campaña desatada por la prensa oficial en su contra, Tekashi ha tenido abiertas las puertas de la Isla y, desde luego, del enclave hotelero en la Cayería Norte.
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