‘Glitch art’, la estética del error digital llega a una Habana analógica
La Habana/Los atrevimientos digitales del glitch art contrastan por estos días con una Habana analógica donde los avances tecnológicos llegan a tropezones. La exposición GlitchMix, not an error inaugurada este viernes en los salones de la Embajada de Noruega, y abierta hasta mayo, ensalza la estética del error y del desorden sobre la armonía.
La muestra es la novena que organiza la sede diplomática junto al Estudio Figueroa-Vives, un espacio independiente con más de dos décadas de fundado. Esta colaboración, iniciada en junio de 2014, promueve las creaciones de artistas con reconocimiento internacional y también de otros muchos, más alternativos y menos tenidos en cuenta por las instituciones culturales.
El Estudio también propicia la interacción entre el público nacional y creadores extranjeros que de otra forma hubieran tenido muchas dificultades para exponer en la Isla. La excesiva burocracia y los estrictos filtros que impone el Ministerio de Cultura para lograr un espacio en las galerías oficiales dificulta esa posibilidad.
El Estudio también propicia la interacción entre el público nacional y creadores extranjeros que de otra forma hubieran tenido muchas dificultades para exponer en la Isla
En esta ocasión, el invitado especial en GlitchMix, not an error fue el artista estadounidense Mark Amerika. El creador, que visita Cuba por primera vez y es considerado pionero del arte digital, trabaja las técnicas propias del net art y explora distintas visualidades al manipular imágenes de Google Maps y Google Street View.
Justo al costado de la Embajada noruega, en el vecino inmueble donde radica el Estudio Figueroa-Vives, se mostraban las piezas de los artistas nacionales Yonlay Cabrera y Fidel García que participaron con propuestas de un enfoque mucho más social que reflexiona sobre la realidad cubana.
García señala en su obra Prisionización las “brechas psicológicas” y los “fallos sociales ocurridos en individuos de una misma generación”, mientras Cabrera se apropia para su arte de los pantallazos de fallas ocurridas en la transmisión del Noticiero Nacional de Televisión en su emisión estelar.
Una de las piezas que apasionó al público fue la obra de Mark Amerika, Grammatron. Una de las primeras piezas representativas del net art y que está cumpliendo veinte años. Una técnica que utiliza las nuevas tecnologías como medio para su realización y busca recuperar el gesto humano en un contexto de pantallas, circuitos o kilobytes.
Cuando muchos en esta Isla veían a internet como un punto lejano en el horizonte o no sabían siquiera de su existencia, el artista estadounidense se cuestionaba el universo de la gran telaraña mundial. Sus interrogantes siguen estando vigentes a pesar de la velocidad que han impregnado al ciberespacio las redes sociales, el consumo de audiovisuales y el trasiego de información.
Cuando muchos en esta Isla veían a internet como un punto lejano en el horizonte o no sabían siquiera de su existencia, el artista estadounidense se cuestionaba el universo de la gran telaraña mundial
La pieza de Amerika llega a la Isla justo cuando la Empresa Estatal de Telecomunicaciones (Etecsa) implementa el servicio de Nauta Hogar, la primera opción para los clientes nacionales de contratar una conexión doméstica a la red. De ahí que el público que este viernes contempló la obra no escatimó críticas y burlas contra el monopolio estatal.
La música glitch completó la atmósfera de la mano del DJ Kike Wolf, miembro del laboratorio nacional de música electroacústica y que rindió culto a ese mundo del error o del virus informático, donde el desorden y lo inseguro vencen a toda secuencia programada.
En las paredes de la embajada noruega y en el interior de un estudio independiente triunfa por estos días lo aleatorio. Gana el resultado inesperado y el “fenómeno independiente” en medio de una realidad donde el rígido “código” de lo institucional lucha a brazo partido por perpetuarse.